Julian Marsh y Traian "Tray" Popov en su boda el pasado 19 de octubre del 2012 en Brooklyn, Nueva York.
STEVE ROTHAUS
Dos hombres de Fort Lauderdale son la primera pareja de casados del mismo sexo reconocidos por Estados Unidos para una tarjeta de residencia, ganando una batalla de inmigración dos días después que la Corte Suprema ordenó al gobierno federal reconocer los matrimonios de homosexuales.
“Estamos en los libros de historia”, dijo Julian Marsh, un bien conocido productor de música y disc jockey gay, quien patrocinó a su esposo nacido en Bulgaria, Traian “Tray” Popov, para una tarjeta de residencia. “Oh Dios mío, esto es totalmente increíble”.
Marsh recibió la buena noticia el viernes, en su cumpleaños 55. Dos días antes, la Corte Suprema falló que era inconstitucional la sección 3 de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) de 1996. La sección 3 ha sido el párrafo usado por el Departamento de Seguridad Nacional para negar tarjetas de residencia a cónyuges nacidos en el extranjero en los matrimonios del mismo sexo.
“Estamos eufóricos de que nuestro país reconozca nuestro matrimonio”, dijo el domingo Marsh. “Nunca dudé que la Corte Suprema no cambiaría a DOMA. Nunca. Estaba en mi mente que era imposible que alguien pudiera detener el amor”.
Marsh conoció a Popov, de 41 años y un estudiante de la Universidad Nova Southeastern, en marzo del 2011 en una fiesta en Plantation. Ellos se volvieron a encontrar en otra reunión en Fort Lauderdale una semana después.
“Dije, ‘Oye, siéntate un poco a mi lado’. Comenzamos a conversar y así fue. Hemos estado juntos desde entonces”, recordó Marsh. “Cuando cumplimos seis meses de conocernos, le dije, ‘Te quiero y quiero que te mudes conmigo’”.
Poco tiempo después decidieron casarse. “Quiero saber si podemos estar juntos por siempre. Tray está aquí con una visa de estudiante. Mientras se mantenga en la escuela, podemos hacerlo”, dijo Marsh. “Reconocimos entonces que cuando Tray se graduara, tendríamos que dejar nuestra casa y nuestro país. Queríamos hacerlo. Planeábamos hacerlo. Discutíamos a dónde mudarnos. Gracias a la Corte Suprema podemos quedarnos ahora en nuestra casa. Podemos estar en el país que amamos”.
Marsh y Popov no se pudieron casar en la Florida, que en el 2008 aprobó una enmienda constitucional que prohíbe las uniones civiles homosexuales y define al matrimonio como entre un hombre y una mujer.
El 19 de octubre del 2012, Marsh y Popov se casaron en Brooklyn, Nueva York. Ellos viven con un par de terriers Yorkshine en Fort Lauderdale. “Esa es nuestra familia feliz”, dijo Marsh. “Tray, yo y nuestros dos perros”.
Aunque aliviados de que ellos no tendrán que mudarse a otro país para permanecer juntos, Marsh y Popov están enojados de que la Florida no reconozca aún su matrimonio.
“Todo lo que tenemos en el Condado Broward es una escasa asociación doméstica que sólo permite visitas de hospital”, dijo Popov, quien estudia solución de conflictos. “Obviamente, eso no es suficiente”.
Su abogado de inmigración, Lavi Soloway, de Nueva York y California, cree que el caso de Marsh y Popov “acelerará el cambio” en la Florida.
“La nueva realidad cambia la perspectiva de muchos floridanos que probablemente nunca pensaron en la igualdad de matrimonios”, dijo Soloway, cofundador del Proyecto DOMA para parejas binacionales gays y lesbianas.
Soloway, quien dice que representa a “muchas” parejas similares en el Sur de la Florida, está complacido de que la primera pareja gay obtenga una tarjeta de residente del Estado del Sol.
“La Florida está en tercer lugar después de California y Nueva York en parejas gays binacionales”, dijo Soloway, aún enojado de que el mes pasado, el senador Marco Rubio, republicano por la Florida, dijo que “dejaría” la reforma migratoria si se incluía a las parejas gay.
El miércoles, Rubio dijo que estaba en desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema respecto a DOMA: “En vez de tener cortes que redefinan el matrimonio para todos los estadounidenses, mi esperanza es que el pueblo estadounidense, a través de sus legislaturas estatales y referendos, pueda continuar decidiendo la definición de matrimonio”, dijo Rubio.
Soloway acusó a Rubio de “marginalizar y usar como chivo expiatorio a los gays estadounidenses”.