Todas las noches, la noche
Película sobre balseros cubanos se estrena en Los Angeles, Nueva York y Miami con el apoyo de Spike Lee
Nos urge una filmografía reaccionaria, de derecha indecente, neocon. El filme 'Una noche', de Lucy Molloy, lo confirma.
Orlando Luis Pardo Lazo | Nueva York
Pueblo ya sin Dios y sin Estado, tras las incesantes muertes mediáticas de Fidel Castro, como en un aula-jaula que se hubiera quedado sin su déspota profesor, nuestra sociedad está abocada a desquiciarse de la noche a la mañana. Incluso en una sola noche, sin necesidad de esperar a la mañana, nuestras viditas pueden experimentar las mil y novecientas cincuentinueve anécdotas y no extraer de ellas ni un solo significado.
En efecto, Cuba comienza a parecerse a un tele-play, revolucioncita temática de clase Z. Serie sin captions. Pasto para producciones foráneas. Escenario donde todos los personajes son extras: hojitas de un guión flotante en el viento de la insoportable insulsez insular.
Nada es viejo bajo el mismo sol post-socialista. Lineamientos del Eclesiastés. Neohabla, neohistoria, Neo. Cuba no es el tedio de una cinta fílmica de Moebius sin adentro ni afuera, sino una aventura vacía al mejor estilo The Marxtrix, donde el poder despótico no se ve pero se presiente. Y donde lo único que aún brilla en medio de la barbarie son las gafas del General Presidente, cuya claqueta controla no el cambio fraude sino un fraude incambiable. Ad islinitum.
Mucho de esta velocidad televisiva se incluye de copy-and-paste en el filme neoyorkino Una noche, de la realizadora Lucy Molloy, una película made in Manhattabana que hasta sus actores confundieron con un reality-show, al usarla como catapulta para escapar de las catacumbas castristas de nuestra Norcorea del Caribe.
Aquí en el principio y al final es el verbo: la acción, la persecución que no persigue otra cosa que ganarle a la muerte algunos minutos de rodaje, cut to the Che. Poética del video-clip, de lo efectista efímero, de la superficie que casi siempre es un síntoma mucho más sincero que la llamada profundidad.
Corre-corre de secuencias trucadas, ira y apuro, por momentos con dejos de fake documental policiaco. Las palabras como patadas. El lenguaje libre, loco y locuaz, como le corresponde a un reparto profesionalmente amateur. Y, de fondo, además de la música redundantemente cubana, ni siquiera es necesario poner en off aquel desplante de Desnoes de que nuestra capital "parece una Tegucigalpa". Y es que no lo parece a estas alturas de la historieta. La ironía de Memorias del subdesarrollo contra las ilusiones de izquierda, a la vuelta de medio siglo de totalitarismo, es ya un background inevitable, que ocupa de manera espontánea incluso la peor de las fotografías turísticas de la propaganda oficial.
Una noche no es un mal story-board para cuando Lucy Molloy vuelva a La Habana una noche, no sólo para recrear sino a crear la tragedia. Necesitamos eso, una cultura sin culpas capitalistas de resultar a la postre "injusta" con el pueblo cubano. O "inapropiada" ante el altar de la academia norteamericana (sin Revolución no habría tesis de PhD ni copyright por concepto de libros de texto). Me temo que nos urge una filmografía reaccionaria. De derecha indecente. Neocon. Películas dispuestas a precipitar la debacle no desde el arte, sino desde el desastre.
Lo otro sería otro medio siglo de kitsch.
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Película sobre balseros cubanos se estrena en Los Angeles, Nueva York y Miami con el apoyo de Spike Lee
Cuando Lucy Mulloy comenzó hace seis años a realizar un cortometraje para la universidad que narraba la historia de los cubanos que se lanzan en balsa al mar en busca de libertad, nunca imaginó que terminaría haciendo un largometraje, que iba a ganar distintos premios internacionales y que lo estrenaría bajo el aval del director, guionista, productor y actor Spike Lee en las salas de cine comerciales de Estados Unidos, reporta la AP.
Bajo el título Spike Lee presents: Una noche, la película, laureada en 2012 con los premios al mejor actor, director y cinematografía en el Festival de Cine de Tribeca, entre otros reconocimientos, se estrena el viernes de manera limitada en Los Angeles, Nueva York y Miami, y a partir del lunes estará disponible en iTunes.
"Este apoyo (de Lee) es muy importante porque es mi profesor, lo respeto y él me ayudó al momento de editarla. A él le gusta la película y por eso puso su nombre para respaldarla", dijo a la AP Mulloy, una realizadora inglesa radicada en Nueva York, en una entrevista telefónica desde Miami, donde promocionaba su ópera prima.
La cinta, que sigue a tres jóvenes que deciden emprender el viaje en balsa de La Habana a Miami, cobró vida en los medios en abril del año pasado cuando dos de sus protagonistas, Anailín de la Rúa de la Torre y Javier Núñez, decidieron hacer realidad su propio sueño de libertad y se fugaron del grupo que viajaría a Nueva York a presentar el filme en Tribeca.
Como otras veces, Mulloy, quien pasó seis años en Cuba para la realización del filme, dijo que la desaparición estos jóvenes con los que había trabajado tanto tiempo la tomó por sorpresa.
"No tenía idea de que iban a escapar. Yo estaba esperándolos en Nueva York y quedé sorprendida cuando no aparecieron. Pero la vida es más importante que una película y estoy feliz de que ellos puedan vivir su vida y que se sientan bien por sus decisionesdijo la directora en un fluido español.
"Nosotros ya teníamos decidido desde Cuba, cuando supimos de la posibilidad del viaje, que una vez pisáramos Estados Unidos íbamos a pedir asilo político y, por su puesto, lo mantuvimos en secreto", expresó por su parte Núñez, quien actualmente vive junto a De la Rúa en Las Vegas.
El otro protagonista del filme, Daniel Arrechada, siguió los pasos de sus compañeros poco después.
Mulloy aseguró que Una noche se basa en historias reales y que su intención es mostrar los riesgos que corren las personas que deciden abandonar Cuba, ya sea en balsa o por otros medios.
"Quería contar algo que para mí era muy fuerte como tirarse al agua para poder escapar... Muchas veces se ven las historias en las noticias pero no se conoce sobre las personas y sus experiencia, por lo cual quise que la gente se pudiera identificar con los personajes", dijo.
De igual manera, la película aborda la problemática social que se vive en Cuba.
"Todo lo que filmamos son cosas reales y fueron inspiradas por lo que yo estaba viviendo. Estuvimos grabando en casas de verdad, con gente real y ningún escenario fue creado", expresó la directora, y acotó que en ningún momento pretende hacer una crítica, sino se trata de una reflexión de lo que conoció y vivió durante 2007 y 2011, tiempo que tardó en realizar la cinta.
Indicó que siente gran satisfacción de que la comunidad cubana en Estados Unidos pueda ver la película y dijo que espera que con todo el cuidado que le puso a las escenas para hacerlas lo más realistas los haga sentirse identificados.
"Cuando enseñamos la película por primera vez en Tribeca había un hombre en la audiencia que había llegado de Cuba en balsa y estaba llorando muy emocionado al ver Una noche y para mí eso es muy importante, porque mi intención siempre fue que alguien de Cuba pudiera ver la película y sentir que es una historia hecha por un cubano y no por una extranjera", dijo Mulloy.
La película también cuenta con una extensa trayectoria en festivales internacionales que incluyen la Berlinale, donde se presentó por primera vez; el Festival Internacional de Cine de La Habana, el Festival Internacional de Cine de Brasilia y el Festival de Cine de la India, entre otros.