¿Te sigue extrañando que un probable campeón del mundo de boxeo sea gay?
Orlando Cruz, 32 años es campeón olímpico en Sidney y primer boxeador que 'sale del armario'
José J. Alonso
Orlando Cruz tiene 32 años es campeón olímpico en Sidney y es el primer boxeador que 'sale del armario'. En apenas unos días, el próximo 12 de octubre y en el Thomas & Mack Center de Las Vegas, puede ser también el primer campeón del mundo que se declara abiertamente gay. Ese día podría conquistar el título vacante de peso pluma por la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Un hecho que estadísticamente es irrefutable, debería estar normalizado socialmente, pero todavía extraña a demasiada gente. ¿Si fuese usual, usted haría este reportaje? Podrían preguntarme. Precisamente... lo hago porque ustedes lo ven inusual.
Este 2013 puede ser el año más feliz en la vida de Orlando Cruz. El púgil boricua, que hace un año declaró ser gay y el pasado agosto se comprometió vía Facebook con su pareja, disputará su primer título mundial el 12 de octubre, cuando se enfrente al mexicano Orlando 'Siri' Salido. El boxeador, que siempre ha defendido su profesionalidad ante todo, ha declarado muchas veces que quiso romper estereotipos porque "el boxeo es un deporte muy fuerte, muy machista".
Ese combate tendrá elementos épicos: Cruz, al que apodan 'El Fenómeno' y que el pasado mes de agosto fue incluido en el Salón de la Fama del Deporte Gay en Chicago, anunció que su pelea la dedicará a la memoria del ex campeón Emile Griffith quien murió, el pasado mes de julio gritando al mundo que era "heterosexual, gay y bisexual"... O lo que es lo mismo, sin gritar nada. Su orientación sexual era para muchos un secreto a voces. "Mis condolencias a su familia y a él dedicaré mi pelea", dijo sobre él Orlando Cruz.
Se da la circunstancia de que la carrera de Emile Griffith, aquel campeón mundial, estuvo marcada por la paliza mortal que le propinó a Bennie Paret en 1962, en el Madison Square Garden de Nueva York. Se dijo siempre que en el pesaje el cubano Paret le gritó varias veces: "Eh, tú, maricón". Puede ser verdad. O quizá no.
El caso es que la orientación sexual de dos púgiles nos mete, a golpes de realidad, en el asunto. Hay deportistas gais, como hay albañiles, profesores, dentistas y periodistas gais. Los hay, y los habrá también, premios Nobel, ganadores del Oscar y catedráticos o próceres de algunas patrias. Como campeones del mundo de boxeo. Y eso que debería ser normalmente aceptado, sigue sin serlo tanto.
En el mundo son legión los deportistas profesionales y famosos que 'salieron del armario' y viven con normalidad su condición sexual. En España no tanto. En nuestro país, que en los últimos años ha dominado un gran número de disciplinas deportivas, todavía ningún atleta de élite ha admitido públicamente ser homosexual. Un caso para el recuerdo fue el de Aitor Ocio, bravo central del Athletic de Bilbao y el Sevilla, que levantó una gran polvareda cuando posó en la revista 'Zero'.
¿MÁS FÁCIL PARA ELLAS QUE PARA ELLOS?
Y aunque es verdad que 'Spain is different', no se puede negar que en todo el mundo hay muchas más deportistas femeninas que chicos que reconocen su gusto por el mismo sexo. Y puede que algo de eso se deba a las pioneras, como Martina Navratilova, la campeonísima tenista estadounidense de origen checo. Por el camino le siguieron Amelie Mauresmo, Chewryl Swoopes, Gro Hammerseng, Katja Nyberg y un largo etcétera...
Para Zoraida Rodríguez, psicóloga del deporte, la cuestión es que "hay valores que se asocian a la práctica de un deporte que, por mentalidad, a muchos aficionados se les hace imposible atribuir a un chico homosexual". Rodríguez apunta al fútbol: "Se antepone el valor del fútbol como campo de batalla, como la guerra cruenta encaminada a la victoria. Y entonces entran a jugar un papel muy importante los estereotipos. ¿Por qué un gay no puede ser un guerrero perfecto para esa lucha?".
En el caso de las mujeres, tristemente, la sociedad da por supuesto que para practicar según qué deportes, ellas tienen que ser lesbianas. "Algo enteramente absurdo, como lo contrario", asegura Rodríguez.
Esta profesional asegura que las resistencias de los deportistas de élite gais parecen lógicas: "tienen el temor fundado de que, lo que vulgarmente se conoce como 'salir del armario' pueda afectarles en su profesión".
¿Por qué decimos esto? Por casos como el de John Amaechi, retirado de las canchas de la NBA en el
2003, John Amaechi jugó con Cleveland Cavaliers y los Orlando Magic, con un salto a los Panathinaikos de por medio, antes de hacer pública su identidad sexual en el 2007. Su salida del armario se encontró con reacciones contrapuestas, ya que aunque recibió el apoyo de compañeros del prestigio de Grant Hill, Shaquille O'Neill o Charles Barkley, otros tuvieron una reacción, hablemos claro, cavernícola, anteponiendo los miedos al 'qué hubiese pasado' dentro de los vestuarios.
Daniel Kowalski es un caso parecido. Nadador de media y larga distancia, ha sido oro olímpico cuatro veces, en Atlanta'96 y en Sydney'2000 y récord del Mundo en 4×200 en los Juegos de la Commonwealth en 1998. Kowalski decidió hacer pública su homosexualidad en abril de este año, tras una larga juventud anclado en depresiones por tener que ocultar su identidad sexual.
Y es que hay que tener en cuenta que en un vestuario, los compañeros y rivales pueden ser bombas atómicas para la autoestima y la confianza de cualquiera. Las actitudes dentro del deporte han rozado, en algunos casos, la persecución.
Se dice que grandes jugadores de fútbol dejaron de venir a España porque algunos presidentes de clubes vetaron su contratación por ser... presuntos gais. Y hay que recordar los informativos y periódicos dando la noticia de aquel beso de pódium entre Kseniya Ryzhova y Yuliya Guschina en los últimos mundiales de atletismo. Cuando estaban en el podio Ryzhova y Gushchina, no dudaron en besarse en los labios, ante la mirada de sus compañeras. En seguida tuvieron que explicar a todo el mundo que en la sociedad rusa este tipo de besos entre personas del mismo sexo es una cuestión culturalmente arraigada.
¿Y el fútbol? Es uno de los deportes más beligerantes ante la homosexualidad. Hay muchos ejemplos, como el del delantero italiano Antonio Cassano, que durante la concentración de su selección en la pasada Eurocopa de 2012, mostró su deseo de que no hubiera homosexuales entre sus compañeros de banquillo: "si digo lo que pienso se monta un follón. ¿Si hay maricones en el vestuario? Es un problema de ellos y no me afecta. Pero yo espero que no... Lo dejo así, si no, ya sabes, vienen los ataques de todas partes". Otro italiano, el exjugador del Real Madrid Fabio Cannavaro, aseguró en 2009 que estaba en contra de los matrimonios entre homosexuales: "No, soy italiano", dijo al Corriere della Sera. Por si fuera poco, el entonces seleccionador transalpino Marcello Lippi, afirmó que "en 40 años de profesión nunca he conocido a un futbolista gay".
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