La NBA derriba el tabú gay
El veterano Jason Collins, nuevo pívot de los Brooklyn Nets, se convirtió con su debut contra
Los Angeles Lakers en el primer jugador abiertamente gay de la NBA.
*Su nombre se une a los de Michael Sun (universitario fútbol americano) o
los futbolistas Robbie Rogers (EEUU) y Thomas Hitzlsperger (Alemania)
El propio Jason Collins (35 años) reconocía no estar acostumbrado a tantas atenciones. El veterano pívot californiano ha forjado durante más de una década una carrera sólida aunque discreta como jugador secundario. De ahí que se sintiera extraño recibiendo una modesta ovación del Staples Center, concediendo entrevistas y ofreciendo dos ruedas de prensa en la misma tarde. Es el peso de la historia o, como él dice, "parte de la vida". Con su debut contra Los Angeles Lakers, Collins se convirtió en el primer jugador abiertamente gay de la NBA. [Álbum: El volver a empezar de Collins]
Jason Collins hizo pública su condición sexual el pasado mes de abril en una carta publicada en la prestigiosa 'Sports Illustrated' y desde entonces ha estado buscando trabajo. Durante diez meses se ha especulado con un posible veto homófobo, aunque no fuera extraño que faltaran ofertas para un jugador ya veterano y con promedios de 1.1 puntos y 1.6 rebotes la pasada temporada. Su fichaje por los Brooklyn Nets, la franquicia en la que pasó los primeros seis años y medio de su carrera profesional, rompe el tabú.
"Ahora mismo estoy centrado en aprender los esquemas del equipo. No he tenido tiempo de pensar en [haber hecho] historia", confesó en rueda de prensa, aportando normalidad a su regreso. Collins ha estado entrenándose en solitario desde el pasado verano, preparándose para una oportunidad que empezó a tomar forma hace menos de dos semanas. Los Brooklyn Nets buscaban un pívot defensivo para cubrir la baja de Brook Lopez y, tras la negativa de Glen Davis, apostaron por el jugador californiano.
Jason Collins ha firmado un primer contrato de diez días con la franquicia, un procedimiento normal a estas alturas de la temporada. Deberá ganarse su continuidad, aunque de entrada ha vencido las supuestas reticencias. "Estamos en 2014. Ya era hora", atajó su compañero Deron Williams, que valoró la posibilidad de que fuera la excesiva atención mediática lo que echó para atrás a otros equipos. "Pero no creo que eso sea un problema para nosotros".
Collins además conoce bien el vestuario. Fue compañero de su actual entrenador, Jason Kidd, cuando los Nets perdieron las dos únicas Finales que han disputado (2002, 2003), jugó con Joe Johnson en los Atlanta Hawks y la temporada pasada compartió pista con Paul Pierce y Kevin Garnett como jugador de los Boston Celtics. La bienvenida ha sido unánime y el ejemplo queda marcado. "Mi mensaje para los otros deportistas es que sean ellos mismos, que nunca tengan miedo o se avergüencen de ser ellos mismos".
Valor de primer precedente
Su caso gana notoriedad dos semanas después de que Michael Sam, un prometedor jugador de fútbol americano, hiciera también pública su homosexualidad en una entrevista concedida a la ESPN. Sam desveló que sus compañeros de equipo en la Universidad de Missouri conocían la noticia desde principios de temporada, pero aprovechó el altavoz de la prestigiosa cadena deportiva para anunciarlo a tres meses vista del draft de la NFL.
Lo hace por tanto antes de empezar su carrera, rompiendo una tendencia de deportistas que hacían pública su homosexualidad después de colgar las botas. Fue el caso de John Amaechi, ex jugador de la NBA que confesó su condición sexual en el libro 'Man In The Middle' cuatro años después de haberse retirado. O de Thomas Hitzlsperger, internacional alemán que hizo lo propio este mes de enero, medio año después de abandonar los campos de fútbol.
Robbie Rogers, internacional estadounidense, fue un paso más allá y anunció su retirada del fútbol en la misma entrada de blog en la que confesaba ser gay. Un día después de que Jason Collins publicara su cara en 'Sports Illustrated', Rogers firmó por Los Angeles Galaxy, poniendo de relieve la importancia del camino abierto por el pívot californiano, el primer deportista de las cuatro grandes ligas norteamericanas (NBA, NFL, MLB y NHL) en afirmar su homosexualidad.
Casualmente también otro equipo de Brooklyn, los Dodgers, ficharon hace casi seis décadas (1947) al legendario Jackie Robinson, el primer jugador negro en esos cuatro gigantes del deporte norteamericano. Quizá no tan casualmente han sido los Brooklyn Nets, equipo en propiedad de Mikhail Prokhorov. Este magnate ruso, activo en política, se posicionó hace unos meses en contra de las leyes homófobas de Vladimir Putin que han vuelto a estar de actualidad con ocasión de los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi.
Jason Collins es ahora en Estados Unidos un símbolo de la lucha por la integración de los homosexuales. Acudió como invitado de Barack y Michelle Obama al Discurso sobre el Estado de la Unión y más recientemente a la recepción del presidente francés François Hollande en Washington. Cuando los Nets regresen a Brooklyn, recuperará probablemente su dorsal 98, que llevó la temporada pasada en recuerdo al año en que fue asesinado un estudiante de la Universidad de Wyoming en un crimen homófobo (1998).
"Soy un pívot NBA de 34 años. Soy negro. Y soy gay. Nunca me planteé ser el primer deportista abiertamente gay en las grandes ligas norteamericanas, pero estoy encantado de empezar la conversación. Nadie quiere vivir con miedo. No duermo bien. Nunca lo he hecho. Pero cada vez que se lo digo a otra persona, me siento más fuerte y duermo un poco más profundo", confesó en aquella carta. Completado su debut, Jason Collins podrá descansar mejor que nunca.
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