Una de las críticas a los cubanos en la isla es el abuso al pedir marcas, al protestar por recibir un producto de menor calidad a la que esperaban. No niego que esto ocurra, yo mismo lo he visto con mis propios ojos. Pero sostengo que somos cómplices de esta actitud al no hablar claro y decir NO.
Comentaba esto con mi esposa y me dio una respuesta inesperada: Los cubanos son iguales donde quiera, allá y acá: El mes pasado has gastado 120% de tu salario, la mayoría en cosas no programadas o realmente no necesarias.
Los cubanos no amamos el dinero, nos amamos más a nosotros mismos. Da igual cuando nacimos o donde estemos.
Me contaba mi padre, que vivió en la miseria más espantosa, que con la miseria que el gallego de la bodega le pagaba, se compró su traje de Drill 100 y su zapato de dos tonos. Porque para eso trabajaba ¿o no? Mientras el gallego dueño de la bodega seguía usando pantalones de saco de harina.
En Madrid he conocido varios cubanos sin trabajo que usan abrigos de cuero de 200 euros y zapatos de 120. La tienda de bajos precios “Los guerrilleros” no se hizo para ellos. Porque la elegancia es una prioridad en nuestra mente.
No es raro que un cubano en el extranjero haya visitado más de 10 países en vacaciones. Muchos de ellos han visitado en menos tiempo (desde que salieron de la isla) más destinos turísticos que un europeo medio. Eso es lógico, la prohibición a viajar produce hambre de conocer.
No creo que después de tantas privaciones vengamos a caer en ahorros ridículos. Pa´lante con el salario que la vida son dos días. Mañana ya veremos, pero hoy, hoy que nos quiten lo baila´o.
Eso es también prueba de que no nos deshacemos ni podemos deshacernos de la identidad.
Alguien para demostrar las diferencias entre culturas, me dijo un día hagamos la siguiente prueba:
Reúne un alemán, un americano, un mexicano, un español y un cubano y dale a cada uno un millón de euros y chequea que hicieron con el dinero en un año.
- El mexicano se meterá en la taberna más cercana. Invitará al pueblo entero y a tequilazo se beberán hasta el último centavo.
- El español previsor, esperando por tiempos malos lo meterá bajo la cama y le dará un beso cada noche.
- El alemán inventará una máquina, la patentará, construirá una fábrica para producirla.
- El americano tratará de vender la máquina alemana a los otros cuatro.
- El cubano se tirará contra la boutique más cercana, se comprará una muda de ropa de un millón pa´ llegar a especular a La Habana.