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General: VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 08/09/2014 19:44
Toda Cuba navega en el bote de Cachita
 Religion-Cuba.jpg (565×353)
No fue poco lo que consiguió el fidelismo al desconocerla
públicamente, durante decenios, como Patrona de la isla  y al proscribir en la práctica su adoración
  
    Por  José Hugo Fernández  |  LA HABANA  |  Cubanet
Nada parece contener un mensaje más sólido para los cubanos, en el día de hoy, que ese bote que navega desafiando el mal tiempo bajo la protección de la Caridad del Cobre. Es algo que no sólo nos sirve como particular motivo de esperanza, en una coyuntura en la que vivimos igual que náufragos sin costas a la vista. También nos extiende una lección histórica, al indicarnos que no son los gobernantes ni los poderosos quienes determinan el real alcance de un símbolo, por más que se empeñen.
 
Las representaciones de la fe no obedecen a dictados, ni a planes de conquista. Son muros infranqueables que se levantan solos en el espíritu de la gente y contra los que todo poder material resulta inútil.
 
Nuestra Cachita ejemplifica esa lección de la manera más rotunda. Primero, debió resistirse al modelo impuesto a fuego y látigo por los conquistadores españoles. Después tuvo que enfrentar el ninguneo racista y los prejuicios de clase que impusieron su fécula nociva durante la época republicana. Al punto que aunque su imagen, en forma sincrética, era adorada desde hacía más de tres siglos, la primera fiesta pública de celebración de Ochún tuvo lugar en Cuba en el año 1936, según Fernando Ortiz. Luego, para colmo, los revolucionarios de Fidel Castro, una vez que se habían valido de su halo para conquistar la simpatía popular, quisieron borrarla del mapa, olvidando que el signo de su trascendencia no radicaba en las estampitas ni en los altares, sino en el alma del pueblo.
 
No obstante, no fue poco lo que consiguió el fidelismo al desconocerla públicamente, durante decenios, como Patrona de Cuba, y al proscribir en la práctica su adoración. Algún día los historiadores quizá se animen a establecer hasta qué punto ese atropello de la más representativa inspiración espiritual de los cubanos incidió en la fractura de la unidad nacional y en la separación de las familias y en la adopción del miedo y la desesperanza y en las derivas del comportamiento indecoroso como nuevos signos de nuestra identidad. Cachita nos hizo falta durante demasiado tiempo.
 
La suya fue una ausencia por la que el Papa y sus nuncios difícilmente podrán recompensarnos. Toda vez que en su propia casa, la iglesia católica cubana, y entre sus más encumbrados moradores de los predios capitalinos, ante el imperativo de escoger entre la complicidad y la total anulación, hubo quienes parecen haber pactado con los mismos que la anulaban. Fue como si Jesús, en vez de arrojar a los mercaderes del templo, les rentara tarima para compartir con ellos los beneficios de la venta.
 
Pero la historia es testadura, y con ella, los símbolos populares, que conforman su expresión más elocuente.
 
La Caridad del Cobre, nuestra Cachita, mestiza y sincrética a pesar de los pesares, ha sido llevada al fin a los muy exclusivos Jardines del Vaticano, hace pocos días. Mientras, coincidentemente, el embajador del Papa en La Habana, arzobispo Bruno Musaró, declaraba que aquí, “aún medio siglo después se habla de revolución, se alaba a ésta, pero la gente no sabe cómo alimentar a sus propios hijos”. Nunca es tarde cuando la dicha es cierta, afirma el refrán. Y claro que en esta ocasión también lo es.
 
Por nuestro lado, medio siglo de ateísmo impuesto por el poder político, si bien han dejado sus secuelas, como todo atropello a los más elementales derechos de las personas, no logró erradicar, ni reducir siquiera la innata tendencia de los espíritus crédulos a mirar hacia arriba en procura del divino socorro.
 
Y desde allá arriba -nadie se llame a engaño-, no es la imagen de Fidel Castro, ni la del Che o Marx o Lenin, las que guían hoy al pueblo cubano. Es la de Cachita, esforzándose por evitar que naufraguemos en medio de la tormenta y sin otro suelo más sólido para pisar que el de un bote a la deriva.





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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 08/09/2014 19:49
-del-cobre.gif (300×397)
 
CARTA DE LA VIRGEN DE REGLA, DESDE CUBA,
A LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE DE MIAMI.
  
CACHITA, HERMANA QUERIDA
COMO DE TI NO RECIBO
NI UNA CARTA, YO TE ESCRIBO
PORQUE ME SIENTO AFLIGIDA,
TÚ, QUE ESTÁS EN LA FLORIDA
ALEJADA DE ESTE BRETE
COMIENDO POLLO Y FILETE
SIN PENSAR EN TU HERMANITA,
YO TE SUPLICO, CACHITA
QUE ME MANDES UN PAQUETE.
 
DICEN QUE TIENES AHÍ;
UNA CASA MUY BONITA
QUE NO ES IGUAL, MI HERMANITA
A LA QUE YO TENGO AQUÍ;
POR ESO CUANDO TE VI,
CON TU MANTO TAN BONITO
Y OBSERVÉ QUE TU NEGRITO
MÁS BIEN PARECE UN ARTISTA
PENSÉ EN MANDARTE UNA LISTA
DE LO QUE YO NECESITO.
 
AQUÍ, TE ENVÍO MI TALLA
PORQUE QUIERO QUE ME MANDES,
DOS AJUSTADORES GRANDES,
UNA BLUSA Y UNA SAYA.
TAMBIÉN QUIERO UNA TOALLA
DOS SABANAS Y UN MANTEL;
Y MÁNDAME UN CARRETEL
DE HILO Y UNA BUFANDA
Y SI PUEDES TAMBIÉN MANDA
UN ROLLITO DE PAPEL.
 
LO QUE AQUÍ, TE ESTOY PIDIENDO
EN VERDAD LO NECESITO
CRÉEME POR DIOS BENDITO
QUE EN NADA TE ESTOY MINTIENDO,
PUES NO TE ESTARÍA ESCRIBIENDO
SI NECESARIO NO FUERA;
MÁNDAME ESO CON CUALQUIERA;
POR ESPAÑA O POR TORONTO
EL CASO ES QUE LLEGUE PRONTO
PORQUE YA ESTOY CASI ENCUERA.
 
SI ME PUDIERAS MANDAR
UNA MANTILLA BONITA
PORQUE ESTA YA ESTÁ VIEJITA
Y LA QUIERO RENOVAR.
MÁNDAME PARA MI ALTAR
UN ROLLO DE LENTEJUELAS,
VARIOS COLORES DE BOLA
ESTAMPILLAS DE JESÚS
Y COMO AQUÍ NUNCA HAY LUZ,
MANDA UN PAQUETE DE VELAS.
 
MANDA TAMBIÉN CHOCOLATE
QUE YO SÉ QUE ALLÁ LOS HAY
MÁNDAME JABÓN CAMAY
Y UN TUBITO DE COLGATE.
ESTO AQUÍ ES UN DESBARATE
UNA DESTRUCCIÓN COMPLETA;
LA GENTE NO ME RESPETA
ME TIENEN ABANDONADA
Y NO PUEDO COMPRAR NADA
PORQUE NO TENGO LIBRETA.
 
COMO TAMBIÉN QUIERO IR
A VISITARTE A MIAMI
MÁNDAME PRODUCTOS DE SAMMY
PARA PODER PRESUMIR
DICEN QUE TE HACEN LUCIR
DIEZ AÑOS MÁS JOVENCITAS,
QUE LAS ARRUGAS TE QUITAN
Y TE DEJAN COMO NUEVA.
YO QUISIERA HACER LA PRUEBA
MÁNDAMELOS MI HERMANITA.
 
Y NO VAYAS A PENSAR
QUE TE LO ESTOY EXIGIENDO
SI NO PUEDES YO TE ENTIENDO,
NO TE VOY A REPROCHAR
SI NO ME PUEDES MANDAR
TODO LO QUE TE PEDÍ,
TENDRÉ QUE SEGUIR AQUÍ,
VIVIENDO ENTRE LAS TORTUGAS,
ENCUERA, LLENA DE ARRUGAS
Y PRIETA COMO UN TOTÍ.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 08/09/2014 20:22
Nuestra Señora de la Caridad
Virgen-de-la-Caridad.jpg (523×698)
Reina, Protectora y Patrona de Cuba, su festividad se celebra el 8 de setiembre.

tu_comenta(432×76) En el siglo XVI aumentó en Cuba la cría del ganado. Era necesario para los españoles en camino hacia los nuevos territorios. En 1598 comenzó la explotación del cobre en las montañas de la región oriental de la isla. A 15 leguas de las minas el gobierno español estableció el hato de Varajagua o Barajagua que contaba con mucho ganado. Por eso era necesaria la sal que prevenía la corrupción de la carne.
 
En los primeros años del siglo XVII, fueron a buscar sal en la bahía de Nipe dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años. Se llamaban respectivamente Juan de Hoyos, Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, conocidos por la tradición como "los tres Juanes". Mientras iban por la sal ocurrió la aparición de la estatua de la Virgen. He aquí el relato de Juan Moreno, dado en 1687, cuando tenía ochenta y cinco años:
 
«...habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo Francés antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para la dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios "parece una niña", y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: "Yo soy la Virgen de la Caridad", y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto, llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua...»
 
El administrador del término Real de Minas de Cobre, Don Francisco Sánchez de Moya, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y estableció a Rodrigo de Hoyos como capellán.
 
Una noche Rodrigo fue a visitar a la Virgen y notó que no estaba allí. Se organizó una búsqueda sin éxito. A la mañana siguiente, y para la sorpresa de todos, la Virgen estaba de nuevo en su altar, sin que se pudiera explicar, ya que la puerta de la ermita había permanecido cerrada toda la noche.
 
El hecho se repitió dos o tres veces más hasta que los de Barajagua pensaron que la Virgen quería cambiar de lugar. Así se trasladó en procesión, con gran pena para ellos, al Templo Parroquial del Cobre. La Virgen fue recibida con repique de campanas y gran alegría en su nueva casa, donde la situaron sobre el altar mayor. Así llegó a conocerse como la Virgen de la Caridad del Cobre.
 
En el Cobre se repitió la desaparición de la Virgen. Pensaron entonces que ella quería estar sobre las montañas de la Sierra Maestra. Esto se confirmó cuando una niña llamada Apolonia subió hasta el cerro de las minas de cobre donde trabajaba su madre. La niña iba persiguiendo mariposas y recogiendo flores cuando, sobre la cima de una de las montañas vio a la Virgen de la Caridad.
 
La noticia de la pequeña Apolonia causó gran revuelo. Unos creían, otros no, pero la niña se mantuvo firme en su testimonio. Allí llevaron a la Virgen.
 
Desde la aparición de la estatua, la devoción a la Virgen de la Caridad se propagó con asombrosa rapidez por toda la isla a pesar de las difíciles comunicaciones.
 
Fue en el Cobre, en 1801, que los mineros, alentados por el Padre Alejandro Ascanio, obtienen la libertad por Real Cédula del 7 de abril.
 
Con los años se adquirió un recinto mayor para construir un nuevo santuario que pudiese acoger al creciente número de peregrinos, haciéndose la inauguración, con el traslado de la Virgen el día 8 de Septiembre de 1927.
 
Durante la guerra de independencia, las tropas se encomendaban a la Virgen de la Caridad. No es que se pueda ver a la Virgen como una aliada en la guerra. Mas bien ella, como madre, sufre y se preocupa de todos, busca la paz entre sus hijos, finalmente cuando los corazones no le permiten otra cosa, busca atenuar los odios y fomentar la reconciliación y el perdón.
 
Después de la guerra de independencia, los veteranos pidieron al Papa que declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. En documento firmado el día 10 de Mayo de 1916 por el Cardenal Obispo de Hostia, Su Santidad Benedicto XV accedió a la petición, declarando a la Virgen de la Caridad del Cobre Patrona Principal de la República de Cuba y fijando su festividad el 8 de Septiembre.
 
En 1977, el Papa Pablo VI eleva a la dignidad de Basílica al Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
 
Durante los meses de preparación para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, diez imágenes peregrinas de la Virgen de la Caridad recorrieron las distintas diócesis del país con gran respuesta del pueblo.
 
El 24 de enero de 1998, en la homilía que Su Santidad Juan Pablo II pronunció durante la celebración eucarística en Santiago de Cuba momentos antes de coronar la venerada imagen, le recordó a los cubanos lo siguiente: «Amados fieles, no olviden nunca los grandes acontecimientos relacionados con su Reina y Madre. Con el dosel del altar familiar, Céspedes confeccionó la bandera cubana y fue a postrarse a los pies de la Virgen antes de iniciar la lucha por la libertad. Los valientes soldados cubanos, los mambises, llevaban sobre su pecho la medalla y la "medida" de su bendita imagen. El primer acto de Cuba libre tuvo lugar cuando en 1898 las tropas del General Calixto García se postraron a los pies de la Virgen de la Caridad en una solemne Misa para la Declaración mambisa de la Independencia del pueblo cubano. Las diversas peregrinaciones que la imagen ha hecho por los pueblos de la Isla, acogiendo los anhelos y esperanzas, los gozos y las penas de todos sus hijos, han sido siempre grandes manifestaciones de fe y de amor». La Virgen de la Caridad fue coronada por S.S. Juan Pablo II como Reina y Patrona de Cuba.
 
El rostro de la imagen es de barro cocido, recubierto de una pulida capa de fino polvo blanco, posiblemente pasta de arroz, y su tez ha sido pintada de color moreno; es interesante notar que su color original tendía más al rojizo indio, pero en la última restauración se prefirió conservar en su tez el color mestizo moreno al que sus fieles están acostumbrados. La profunda renovación de la imagen realizada hace pocos años sacó a la luz los finos rasgos que innumerables capas de pintura habían desfigurado. Una nariz bien formada y un rostro de hermosas proporciones con grandes y amorosos ojos, comunican una dulce nobleza e invitan a la confianza y a la oración. La Virgen de la Caridad del Cobre mide aproximadamente unos 84 centímetros. La imagen se apoya en una brillante media luna, cuyas puntas inclinadas hacia abajo, enmarcan la nube de plata en la que se asoman tres querubines de alas doradas.
 
El Niño que la imagen nos muestra a su izquierda, levanta una de las manos en actitud de bendición, y en la otra sostiene un globo terráqueo de oro rematado en pedrería. Arropa la imagen un pesado manto, que le confiere una forma triangular típica.
 
Sus vestiduras originales eran blancas, sin embargo la imagen posee trajes color de oro o de plata, regalo de sus hijos agradecidos. Por ser Nuestra Señora de la Caridad un símbolo importante de la nacionalidad cubana, las estatuas populares acostumbran a representarla vestida con túnica blanca, manto azul y con el niño vestido de rojo; colores de la bandera cubana.
 
El traje que viste en la actualidad, copia de otro antiguo, es de grueso lamé bordado en hilos de oro; en su falda ostenta el escudo nacional de la República de Cuba.
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