La humorista, fallecida el pasado jueves, siempre quiso tener un funeralextravagante y al más puro estilo Hollywood. Lo ha conseguido
EN PAZ DESCANSE Hace aproximadamente tres semana un paparazzi le pregunto si ella creia que EE.UU tendria algun dia un presidente gay en La Casa Blanca
a lo que ella respondio..Ya lo tenemos es Barack Obama.
Por Javier Ansorena
La humorista, fallecida el pasado jueves, siempre quiso tener un funeral extravagante y al más puro estilo
Joan Rivers imaginó para sí misma un funeral a su altura: excesivo, estrafalario y muy divertido. La humorista, fallecida el pasado jueves a los 81 años, escribió en su libro «Odio a todo el mundo… Empezando por mí misma» que quería que sus exequias fueran «un acontecimiento del mundo del espectáculo, con luces, cámara, acción…». Rivers deseaba la presencia de paparazzi, «publicistas montando un follón» y Meryl Streep llorando «con cinco acentos diferentes». Cambiaba elegías y «rabinos divagando» por unvestido de Valentino y un ventilador para que «incluso en el ataúd, mi pelo ondee como el de Beyoncé».
La realidad se le ha acercado mucho. Ayer, el templo judío Emanu-Elera un jaleo desde la mañana. Los medios y los seguidores se agolpaban en las vallas de seguridad instaladas en la acera de Central Park frente a la sinagoga, en la esquina de la Quinta Avenida con la calle East 65th. Para Rivers, un funeral debía ser «un show de alfombra roja para gente muerta». La lista de personalidades de Hollywood, Broadway, la televisión y los negocios que acudieron a su despedida estaba a la altura de los grandes acontecimientos: Sarah Jessica Parker, Carolina Herrera, Michael Kors, Barbara Walters, Whoopi Goldberg, Donald Trump o Rosie O’Donnellfueron algunos de los invitados que se pudieron ver a la entrada del templo.
Meryl Streep no lloró ante su féretro, ni Rivers se libró de la elegía, que corrió a cargo de la estrella de la radio Howard Stern. Pero todo apunta a que la humorista hubiera quedado satisfecha de su funeral (aunque probablemente dijera lo contrario con un chiste ácido). La ceremonia fue «como poco, irreverente», dijo en un tweet el presentador de radio y televisión Billy Bush, que aseguró que a Rivers «le hubiera encantado» y que la definió «el mejor funeral posible». Elprograma que recibieron los asistentes estaba repleto de sus frases más famosas. El Coro de Hombres Gay de Nueva York cantó «What a Wonderful World» y clásicos de musicales como «Big Spender» (de «Sweet Charity») o «There Is Nothing Like a Dame» (de «South Pacific»). La cantante de Broadway Audra McDonald –ganadora de seis premios Tony- interpretó la canción «Smile» y Hugh Jackmantambién ofreció un número musical. Hablaron su hija Melissa, su amiga Margie Stern, la columnista Cindy Adams y la presentadora de televisión Deborah Norville. Sonaron las gaitas de la banda de la Policía de Nueva York, que cerraron la ceremonia tocando «New York, New York» a la salida del templo.
La circunstancias de la muerte de Rivers, que estuvo una semana en coma tras sufrir un paro cardiaco durante una endoscopia rutinaria, están bajo investigación de las autoridades sanitarias de Nueva York. Ayer, sin embargo, sólo había lugar para un homenaje donde no faltó la diversión, como a ella le hubiera gustado. «Sé que su última voluntad hubiera sido que volviéramos a reír pronto», dijo su hija Melissa tras conocer el fallecimiento.
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Joan Alexandra Molinsky, más conocida como Joan Rivers, que era su nombre artístico, nació en Nueva York el ocho de junio de 1933,ciudad donde ha fallecido a los 81 años de edad, y tras una vida entera dedicada a la televisión estadounidense.
Sus monólogos cómicos en programas de televisión desde mediados de los años 60 hicieron crecer su popularidad, y desde entonces fue considerada como una de las figuras más representativas de la comedia en vivo. Tuvo numerosos programas de televisión donde pasaron todos los personajes de su época.
Rivers fue igualmente célebre por haberse realizado múltiples cirugías plásticas e intervenciones cosméticas. En una entrevista, la humorista confesó que han sido tantas cirugías, que ya perdió la cuenta hace varios años y no sabe a ciencia cierta cuántas son. Condujo el programa «Fashion Police en la cadena E!», y fue protagonista del reality «Joan & Melissa: Joan knows best?».
Estuvo casada en dos ocasiones: en primer lugar, y durante seis semanas, con el empresario James Sanger; y a partir de 1965 con el productor de televisión Edgar Rosenberg, quien se suicidó en 1987. Con él tuvo a su única hija: Melissa Warburg Rosenberg (conocida artísticamente como Melissa Rivers, con quien protagonizó un programa), y que en la actualidad se desempeña como productora y presentadora. También tuvo un nieto: Edgar Cooper Endicott(nacido en el año 2000).