EN NUESTRA OPINIÓN:
La Florida y el matrimonio gay
Tarde o temprano, la igualdad matrimonial será la ley en todos los Estados Unidos
Ahora que el Tribunal Supremo ha dado luz verde al matrimonio gay en 30 estados y el Distrito de Columbia, es hora de que la procuradora general de la Florida, Pam Bondi, tire la toalla. No hay razón para negar la igualdad en el matrimonio a todas las personas del Estado del Sol, y no hay razón sensata para que Bondi —y el gobernador Rick Scott— apoyen la prohibición.
Al dejar intactos cinco fallos favorables sobre el matrimonio en tres cortes federales de apelaciones, el tribunal envió la indicación más fuerte posible de que la indefendible prohibición del matrimonio gay está prácticamente difunta. Bondi sin duda lo sabe.
La acción del tribunal ha sido bienvenida por los que creen en la igualdad en el matrimonio. Desde que el más alto tribunal de la nación declaró que las leyes contra el matrimonio interracial eran inconstitucionales, hace casi 50 años (Loving v. Virginia, 1967), la corte ha avanzado cada vez más en el rumbo de la justicia y la igualdad para todos.
En este siglo, la decisión del 2003 que abolió las leyes contra la sodomía y la decisión del año pasado que eliminó la Ley de Defensa del Matrimonio —la última barrera legal— debieron haber hecho obvio para todos, incluso para los más tenaces defensores de un sistema injusto, que el futuro era imparable.
Los oponentes del matrimonio entre personas del mismo sexo han perdido muchas decisiones desde entonces.
La opinión pública ha cambiado notablemente en apoyo de la igualdad en la ley, lo cual los jueces deben de haber advertido. Pero el cambio de la opinión popular no es el factor determinante. La igualdad matrimonial ganó porque la ley y la Constitución están de su lado.
Aquí en la Florida, el juez federal de distrito Robert Hinkle, de Tallahassee, hizo una declaración fundamental y válida en el fallo emitido este año contra la prohibición en la Florida: “Los que forman matrimonios con una pareja del sexo opuesto no sufren ningún daño en absoluto cuando otros, incluidos estos demandantes, tienen la libertad de escoger a sus parejas y se les muestra el respeto del matrimonio formal”.
El juez Hinkle pospuso su fallo en espera de la apelación de Bondi en la 11ª Corte de Circuito de Apelaciones en Atlanta, pero después de la acción del Tribunal Supremo de esta semana, la posposición debe eliminarse, como solicitaron los demandantes el martes. El estado tiene 17 días para responder, pero Bondi parece decidida a seguir peleando a toda costa.
Parece inconcebible que la corte en Atlanta falle contra un derecho a la igualdad matrimonial cuando esa igualdad es ya ley en gran parte del país, gracias al Tribunal Supremo. Tarde o temprano, la igualdad matrimonial será la ley en la Florida. Bondi puede retrasar ese momento, pero no detenerlo.
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