El balsero y su fe Mario G. tiene la esperanza de llegar con vida a las costas de la Florida desde Cuba.
Solo espera que se vaya el frente frío para lanzarse al mar.
Jorge Olivera Castillo | La Habana, Cuba |
Mario G. tiene la esperanza de llegar con vida a las costas de la Florida desde Cuba. Solo espera que se vaya el frente frío para lanzarse al mar. Se reconforta en la idea de que muchos han tenido éxito sobre embarcaciones de peor factura que la de él.
Tal artefacto, construido junto a seis amigos, con tubos metálicos, pedazos de plástico y poliespuma, se asemeja a otros que han podido avanzar entre marejadas y ventoleras.
El protagonista de su futura hazaña es el motor de un automóvil ruso, con sus respectivas adaptaciones. No es una garantía, pero por último está seguro de que servirá para, al menos, desplazarse más rápido en las primeras horas de la travesía.
La expedición saldrá por la costa norte habanera en los próximos días. Seguramente no será la única. El incremento de las salidas ilegales este año alcanza cifras que apuntan a una crisis migratoria.
Recientemente 33 cubanos fueron rescatados en alta mar, a 11 kilómetros de la ciudad costera de Boca Ratón, ubicada en el sudeste de la Florida. Mario G. espera correr una suerte distinta, espera llegar a tierra firme.
La idealización de que Estados Unidos es el “paraíso perdido” crece en la medida de que las reformas económicas impulsadas por Raúl Castro naufragan, entre falsas promesas e inconsistencias.
La miseria de muchos y la relativa prosperidad de pocos, es una de las cualidades de las “actualizaciones del socialismo”. No se aguanta más.
Mario y sus acólitos aguardan por el Día Cero. Dicen que hay probar suerte. Que es demasiado el tiempo perdido.
Él no piensa en la dimensión del desafío. Solo quiere vivir de su trabajo y en libertad.
Tiene 40 años de edad, 12º de escolaridad y sabe realizar varios oficios. “Voy con mente positiva”, me dice antes de partir hacia su casa, ubicada en una zona del municipio Habana del Este.
Ni su esposa, ni los dos hijos serán parte de la expedición. El plan es sacarlos en un futuro mediante el programa de reunificación familiar.