Al menos 33 hombres han sido detenidos acusados de libertinaje
La presentadora del espacio celebró el cierre de 'una madriguera de sexo entre hombres'
Una televisión egipcia difunde la redada contra homosexuales en un baño público
Por Francisco Carrióne / Especial para EL MUNDO / El Cairo
Semidesnudos, esposados y filmados por las cámaras. Un total de 33 hombres han sido arrestados en un baño público del centro de El Cairo acusados de "libertinaje" en la mayor redada de la última década contra la comunidad homosexual. Los aterradores fotogramas de la detención y el rostro de las víctimas ocuparon este lunes el 'prime time' de una televisión privada en una nueva vuelta de tuerca del régimen egipcio contra las libertades públicas.
La batida tuvo lugar a última hora del domingo en un 'hamman' (baño público) de la zona de Ramsés, en el centro de la capital egipcia. La policía asaltó el lugar arrestando a los clientes, el propietario de 60 años y sus empleados. Ligeros de ropa, fueron trasladados a furgones de las fuerzas de seguridad, que recibieron el chivatazo desde el canal de televisión privada 'Al Qahera wal Nas' ('El Cairo y la gente', en árabe).
Según la cadena, su espacio 'Al Mestajabi' ('Lo escondido') había grabado durante semanas las orgías homosexuales y la prostitución masculina que se registraban en el local. "Hoy es un buen día para este programa. Hemos logrado cerrar una madriguera de sexo entre hombres. Todos fueron arrestados", proclamó su presentadora, Mona Iraqi, como avance al episodio que mostró anoche la redada y detención de los usuarios del baño.
Las autoridades aseguraron que los detenidos están acusados de "practicar el libertinaje" y acudir a un centro donde se celebraban "actos inmorales e indecentes". Los detenidos permanecerán cuatro días bajo arresto mientras se investigan los cargos y son trasladados a una corte penal. El arresto -el último de la escalada que lleva a cabo la policía contra el colectivo gay desde el golpe de Estado de julio de 2013- ha sido denunciado por activistas locales e internautas.
Alarma entre los activistas
La publicación de las imágenes de la redada ha alarmado a activistas como el estadounidense Scott Long, quien dirigió hasta 2010 el departamento de homosexuales, bisexuales y transexuales de Human Rights Watch (HRW) y reside en El Cairo. "Lo que es evidente es queotro medio de comunicación defensor de Al Sisi [el ex jefe del ejército convertido en presidente del país] está trabajando en estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad para producir un espectáculo con imágenes espantosas y terribles e invadir así la privacidad y destruir vidas de inocentes", lamenta Long en su blog.
Acusada de traspasar todos los límites y violar todos los códigos éticos, la presentadora que destapó el supuesto escándalo y participó en la grabación de los detenidos ha defendido su profesionalidad y la utilidad de la presunta investigación. "La foto en la que apareces grabando a los hombres que entran en el furgón policial te perseguirá toda la vida", le advierte un internauta en la página de Facebook del programa.
La terrible redada y su eco se producen un mes después de que la Justicia egipcia condenara a ocho hombres a tres años de prisión por aparecer en el vídeo de la supuesta "primera boda gay" celebrada en el país árabe. La corte de delitos menores de Qasr al Nil, en El Cairo, les declaró culpables de "incitar el libertinaje" y "ofender la moral pública" después de que los acusados fueran sometidos a un infame examen médico, una práctica denunciada por las organizaciones de derechos humanos. La prueba, llevada a cabo por las autoridades forenses a petición de la fiscalía general, determinó que "no eran homosexuales".
El Ministerio Público, sin embargo, trasladó el caso a una corte penal para "salvaguardar los valores de la sociedad y hacer justicia". Los ocho condenados fueron detenidos a principios de septiembre después de que circulara por internet y los medios de comunicación locales el vídeo del supuesto primer enlace homosexual de Egipto, festejado a bordo de un barco en el Nilo.
Tras días de escándalo mediático, una de las personas que participó en la polémica fiesta negó su supuesta homosexualidad en una llamada a una televisión local. "He tenido que hablar. No puedo quedarme de brazos cruzados y ver empañada mi reputación. Tengo miedo de caminar por las calles y muchas ganas de gritar y decirle a la gente que no soy como piensan", explicó.
En el punto de mira
Desde la asonada que desalojó del poder a los Hermanos Musulmanes, el aparato policial y los tribunales egipcios han puesto en su punto de mira a la comunidad homosexual, acostumbrada a vivir en la sombra. A finales de septiembre un tribunal egipcio condenó a dos años de cárcel a seis supuestos homosexuales arrestados en el apartamento donde -según el fallo- cometían "actos de libertinaje".
Al mismo tiempo que el régimen ha perpetrado una brutal campaña de represión contra cualquier disidencia, las redadas contra la comunidad gay se han multiplicado en un intento de demostrar el compromiso del nuevo Gobierno con la moralidad y competir con el ideario ultraconservador de los proscritos Hermanos Musulmanes.
La cascada de detenciones ha propagado el pánico entre los homosexuales egipcios. Algunos han dejado de usar Grindr, una aplicación de citas a través del teléfono móvil que permite contactar con otros usuarios cercanos, por miedo a que la policía pueda estar utilizándola para su cacería. Las fiestas y los lugares de encuentro también se han convertido en sitios a evitar.
La prácticas policiales son un calco de los tiempos en los que el dictador Hosni Mubarak sojuzgaba a los egipcios. Perseguidos por la policía y la moral más conservadora, los homosexuales egipcios están acostumbrados a ser blanco del escarnio público con redadas como la que tuvo lugar el 11 de mayo de 2001. Aquella noche 52 hombres fueron arrestados en el Queen Boat, un club nocturno a orillas del Nilo, y acusados de "libertinaje" y "conducta obscena", según una legislación de 1961 destinada a combatir la prostitución. Durante su martirio en prisión, fueron golpeados, torturados y sufrieron incluso abusos sexuales.
*La ley de Egipto no persigue explícitamente la homosexualidad, sino
"el libertinaje", por lo que los procesados siempre afrontan acusaciones de prácticas inmorales.
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