Incidente homófobo protagonizado por el pastor Javier Soto
avergüenza al Congreso de Chile y a las propias iglesias evangélicas
La unión civil entre personas del mismo sexo en Chile recibe el apoyo del Parlamento -
Vergonzoso incidente el ocurrido la semana pasada en el Congreso de Chile, donde el pastor evangélico Javier Soto volvió a hacer gala de su homofobia ante los diputados de la Comisión de Constitución que acababa de dar su visto bueno al proyecto de ley de uniones civiles abierto a parejas del mismo sexo que se tramita en ese país. El presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo, ha anunciado la presentación de acciones legales contra Soto.
Javier Soto es bien conocido por su homofobia. Hace varios meses atribuyó dos de las más recientes tragedias que han asolado Chile (el terremoto que afectó a su zona norte y el incendio de Valparaíso) a la “ira de Dios” por el hecho de que Chile se plantee aprobar leyes de reconocimiento de las parejas del mismo sexo. Ya antes de eso se había plantado ante el Palacio de la Moneda con un altavoz anunciado “miles de muertos en la quinta región del país” si el Congreso de Chile aprobaba el reconocimiento de las parejas del mismo sexo. Soto ha sido denunciado además por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) ante el Servicio Nacional de Menores por utilizar a niños en un vídeo de carácter homófobo.
Al parecer, Soto fue invitado al Congreso de Chile por el diputado de la Democracia Cristiana Jorge Sabag, con el que mantuvo un encuentro en la cafetería del edificio, aunque luego Soto desapareció de su vista y se personó a iniciativa propia en la sala donde se reunía la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Allí increpó a gritos a los diputados que habían votado a favor del proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja (por 11 votos a 1), que calificó de “perversión e inmundicia”, encarándose con ellos y siendo finalmente desalojado por guardias de seguridad. Incluso el diputado Cristián Monckeberg, actual presidente de Renovación Nacional (uno de los partidos de la oposición conservadora) ayudó a expulsarlo de la sala:
El presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo (Democracia Cristiana), anunciaba solo un día después la presentación de acciones legales en el Ministerio Público de Valparaíso contra Javier Soto por su escena de “inusitada e inaceptable violencia al interior de la Cámara, arriesgando la integridad de los presentes”.
Cornejo pide que Soto sea castigado con una pena de reclusión en grado mínimo o una sanción económica. “Esto se realiza precisamente para resguardar el libre y normal acceso al Congreso, pero, también, para dejar un claro precedente para quienes perturben e interrumpan el normal funcionamiento de la Corporación. Las ideas se debaten y se dialogan, la violencia no es forma ni método para imponer visiones distintas; mucho menos las agresiones e improperios verbales que presenciamos ayer”, expresó.
Las iglesias evangélicas, abochornadas
La vergonzosa actuación de Soto ha merecido incluso las críticas de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas. El sujeto protagonizó un bochornoso incidente al intentar agredir a parlamentarios a raíz del AVP. "Este tipo de proceder nos remota a las acciones de la Edad Media", dijo la Mesa Ampliada de Iglesias. La Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas rechazó, a través de una declaración pública, el incidente protagonizado en la víspera por el pastor Javier Soto, quien interrumpió a gritos una sesión de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados en la que se aprobó el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP).
Soto llamó "cochinos", "sucios" y "pervertidos" a los parlamentarios, encarando violentamente a Pedro Browne (Amplitud) antes de que el presidente de RN, Cristián Monckeberg, reaccionara para sacarlo a empujones de la sala.
"El mundo evangélico no comparte en ningún caso las manifestaciones de violencia verbal o física. Éstas son contrarias a la libertad de opinión y de conciencia", dice la declaración de la Mesa, firmada por su presidente, el obispo Emiliano Soto.
"Creemos legítimo tener diferencias sobre un tema en particular. Esta legitimidad no permite a nadie pretender imponer conciencia, valores y religión a punta de amenazas del infierno y la condenación eterna. Este tipo de proceder nos remota a las acciones de la Edad Media, en donde el oscurantismo y la intolerancia llevó a millones a la hoguera", agrega la nota.
"Los evangélicos pedimos respeto para todas las personas, al margen de su condición y pensamiento. Rechazamos de la forma más categórica la discriminación, el acoso y fanatismo religioso inspirado en la intolerancia. En este sentido, creemos importante que la sociedad en su conjunto se proteja de estos brotes de incitación al odio", finaliza el comunicado.