Cubanos preparan la Navidad,con regalo anticipado de Obama
*En los barrios de la ciudad se organizan fiestas infantiles
con un abrigado Santa Claus repartiendo obsequios en medio del calor tropical.
POR FRANCISCO JARA /AFP Tiendas estatales, restaurantes privados, supermercados, hoteles y muchas casas de La Habana exhiben decorados de Navidad, un día que antes ni siquiera era feriado en la isla comunista pero que este año será especial tras recibir un regalo anticipado del presidente Barack Obama.
“La Navidad era una tradición muy arraigada en Cuba, se interrumpió durante 38 años, que no es poco, y sin embargo vuelve a resurgir”, dice a la AFP el secretario de la Conferencia Episcopal, José Félix Pérez.
Numerosos automóviles también tienen adornos navideños, lo mismo que el edificio de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), que pronto se convertirá en embajada, tras la reconciliación anunciada la semana pasada por el presidente estadounidense Barack Obama y el mandatario cubano, Raúl Castro, que puso fin a medio siglo de enemistad.
“Todo lo que se anunció por ambos se está viviendo con mucha esperanza, esperanza de que van a haber mejores condiciones de vida, un mejor entendimiento”, indica Pérez.
Cadenas de tiendas estatales sacaron a la venta canastas navideñas con un surtido de vinos, licores y turrones, mientras restaurantes del Estado y privados promocionan cenas de Nochebuena.
Los hoteles también lanzaron promociones, como el “Ambos Mundos”, donde vivió el escritor estadounidense Ernest Hemingway, que ofrece una cena de Nochebuena por $40, que incluye cuatro platos y “mojitos” de coctel.
El espíritu navideño ha ganado terreno al amparo de las reformas de Raúl Castro, que abrieron espacio al sector privado en la economía y a la Iglesia Católica en la sociedad.
En las calles adoquinadas de La Habana Vieja, jóvenes promotoras con ceñidos trajes de Santa Claus reparten en estos días volantes de restaurantes entre los turistas.
Mientras, en barrios de la ciudad se organizan fiestas infantiles con un abrigado Santa Claus repartiendo obsequios en medio del calor tropical. En algunos restaurantes estatales los mozos atienden con un gorro de Santa Claus.
“Antes no había nada de arreglos de Navidad, es algo totalmente nuevo”, destaca un diplomático latinoamericano a la AFP.
El Año Nuevo era la principal celebración de las familias cubanas, pero ahora la Navidad ha recuperado terreno, aunque no alcanza las dimensiones, ni los gastos, que en otros países.
“Ciertamente se va extendiendo el sentido de la Navidad como celebración tradicional”, indica Pérez.
Hasta 1998, la Navidad era un día hábil como cualquier otro, pues Fidel Castro eliminó el feriado en los años 60 en tiempos de tensiones con la Iglesia.
Las familias creyentes la siguieron celebrando en privado, pues el país era oficialmente ateo (hasta 1991), y nadie quería tener problemas con los “CDR”, los Comités de Defensa de la Revolución creados en 1960 para vigilancia vecinal.
“Los cristianos celebrábamos, pero en forma discreta”, explica la jubilada María Rosa Díaz.
Fidel restituyó el feriado navideño tras la histórica visita del papa Juan Pablo II en 1998, pero la tolerancia hacia la religión se hizo plenamente evidente después de que el padre de la revolución fue sustituido por su hermano Raúl en el 2006.
Raúl entabló en el 2010 un diálogo con los obispos católicos, cuyo primer fruto fue la excarcelación de unos 130 presos políticos. Además, restituyó a la Iglesia inmuebles confiscados en los años 60 y asistió a la inauguración del primer seminario abierto en la isla en medio siglo.
Esta nueva relación permitió que el cardenal Jaime Ortega celebrara en el 2010 la primera misa navideña en una cárcel cubana desde 1959. Ahora los obispos difunden mensajes de Navidad por la televisión, algo impensable bajo Fidel.
Las parroquias tendrán misa de Nochebuena y en muchas también habrá conciertos de Navidad.
La nueva relación con la Iglesia favoreció la visita del papa Benedicto XVI en el 2012, ocasión en que Raúl restituyó el feriado de Viernes Santo en un país donde los católicos no son mayoría, sino los fieles de cultos africanos.
El fin de la enemistad con Washington augura mejoras económicas en la isla, que ha soportado largas penurias. Por eso el histórico paso dado por Obama llegó como obsequio de Santa Claus para los cubanos, aunque el padre Pérez aclara que “Dios es el que hace los regalos”.