Washington y La Habana rompen el hielo
Un par de años después del intento de invasión de Estados Unidos a Cuba en 1961, la desastrosa intervención armada conocida como la Bahía de Cochinos, un enviado secreto del presidente John F. Kennedy a La Habana, planteo una pregunta extraña al líder cubano, Fidel Castro. "¿Sabes cómo los puercoespines hacen el amor?" preguntó James Donovan , para hacer un punto de lo difícil que sería establecer una relación de confianza entre Washington y La Habana. "Con mucho cuidado."
Más de medio siglo después, cuando funcionarios estadounidenses y cubanos se enfrentaron la semana pasada por las históricas conversaciones para iniciar la normalización de las relaciones, era evidente que la confianza sigue siendo escasa. Pero este primer paso en la distensión actual es un buen augurio para un proceso que requerirá paciencia y manejo hábil de las expectativas en ambos países.
Después de haber sidos adoctrinados durante décadas para ver al gobierno estadounidense con recelo y resentimiento, los cubanos en toda la isla quedaron fascinados por una semana que fue tan notable para algunas de las cosas que sucedieron como lo fue para los que no lo hicieron.
Un diplomático cubano de alta voz, Josefina Vidal , sustantivamente respondió preguntas sobre el deshielo de los periodistas internacionales y cubanos durante una conferencia de prensa televisada, un espectáculo poco común en un país donde las declaraciones oficiales son típicamente oblicuo y emitida por escrito. Declaraciones a la prensa por Roberta Jacobson , Estados Unidos subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, también fueron televisadas y cubiertos por los medios estatales de Cuba sin el tono condenatorio habitual reservados a la política estadounidense.
Las dos mujeres estuvieron de acuerdo en no estar de acuerdo en un terreno, incluyendo el papel que Washington podría desempeñar para promover mayores libertades en la nación autoritaria. Pero romper con una tradición de la retórica cargada en ambos lados, Sra. Vidal y Jacobson se trataban civilmente.
"A pesar de las profundas diferencias entre los dos países, los intercambios se desarrollaron de una manera respetuosa y profesional", dijo Vidal.
Sra. Jacobson mantuvo una reunión de alto nivel con los disidentes; el gobierno cubano no se detuvo o públicamente condenan. Asimismo, visitó la casa de un prominente blogger, Yoani Sánchez , donde dio una entrevista al sitio de noticias independiente Sra. Sánchez va desde su sala de estar. "Como periodistas, estamos presenciando día histórico, en el que la información es un ganador", Sra. Sánchez tuiteó.
José Daniel Ferrer, un destacado disidente, dijo que ha reevaluado su temprana preocupación de que la normalización de las relaciones alentaría al gobierno cubano y perjudicar a la causa de los que han estado presionando por reformas democráticas . "El camino va a ser muy largo y duro", dijo Ferrer, el jefe de la Unión Patriótica de Cuba, quien se reunió con la Sra Jacobson y otros diplomáticos de alto nivel durante su visita. "Pero creo que si somos capaces de trabajar con inteligencia y dar lo mejor de nosotros, podemos avanzar mucho bajo estos nuevos parámetros."
Pegado a la noticia, los empresarios cubanos eran un hervidero sobre las oportunidades de la nueva relación podría traer. Algunos periodistas cubanos, por su parte, sugirió que podría ser el momento para más medios para operar independiente del control del Estado.
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Lo que era sin duda más llamativo de la semana trascendental en La Habana fue que ninguno de los hermanos Castro fue visto o escuchado hablar. Pero esta semana, Fidel Castro rompió su silencio sobre la nueva era con los Estados Unidos, haciendo una breve mención de las negociaciones al final de una larga carta publicada el lunes por el periódico del Partido Comunista, Granma.
"No confío en las políticas estadounidenses", escribió Castro, añadiendo que apoyaba sin embargo las negociaciones sobre las diferencias de los países a través de la diplomacia. "Siempre defenderemos cooperación y amistad con todas las naciones de la tierra, entre ellos nuestros adversarios políticos".
El presidente Raúl Castro, por su parte, dijo en un discurso el miércoles que el camino hacia la normalización será largo, ya que aparece una larga serie de quejas, incluyendo la base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo y las sanciones contra la isla.
"Hemos sido capaces de avanzar en esta negociación reciente porque tratamos unos a otros con respeto, de igual a igual", dijo.
Con un montón de gente en ambos países escépticos acerca de los méritos de un deshielo, los funcionarios cubanos y estadounidenses tendrán que ser pragmático y paciente ya que comienzan a desenredar una relación tóxica cargada de cinco décadas de amargura, el resentimiento y la desconfianza. Dado el entusiasmo y la expectativa de la nueva era ha desatado entre los cubanos de a pie y los estadounidenses por igual, lo que permite la distensión colapso sería una pérdida para ambas partes.
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