y a sus santos, dejo un legado musical y una familia orgullosa
WILMA HERNÁNDEZ - MIAMI - Celina González ha muerto y la cultura cubana nuevamente se envuelve de luto. Pero a ella, para quien la vida era la música misma, la fuerza vital del punto guajiro y un canto de alegría a Changó, la recordaremos siempre arropada por los trajes típicos de la campiña, vestida de rojo o blanco, con una flor detrás de la oreja y con sus canciones, que cobraron un valor simbólico en el patrimonio sonoro nacional y la dieron a conocer en el mundo entero.
La cantautora Celina, conocida como la reina de la música campesina cubana, que internacionalizara populares guarachas como A Santa Bárbara (¡Qué viva Changó!) dedicó sus cantos a la cubanía y a pesar de que varios de sus hijos emigraron a Miami, ella nunca quiso abandonar la isla.
La intérprete, reconocida como una de las voces más emblemáticas de su género, falleció este miércoles a los 86 años a las 10:20 a.m. luego de haber vivido varios meses postrada en cama a causa de múltiples derrames cerebrales que sufrió el pasado septiembre, según informó uno de sus hijos Lázaro “Reutilio” Domínguez.
“Sus cinco hijos vivimos orgullosos de ella. Dios ya dio su manto y Yemayá, que era su ángel de la guardia, para que descansara porque estaba sufriendo”, expresó Domínguez .
La intérprete popularizó temas como Yo soy el punto cubano, entre otros. Cuba sin duda está de luto con esta pérdida, pues difícil es encontrar un cubano que no haya tarareado los temas de la llamada “Diosa Guajira” que a menudo aparecía en el representativo programa dominical Palmas y Cañas.
Gonzáles le cantaba a la campiña cubana y sus temas resaltaban la influencia de la religión yoruba que practicaba. A través de sus canciones, la intérprete intentaba relacionar los santos católicos con los africanos, logrando la aceptación del público. “Fue una artista que amó a Cuba, a su pueblo”, expresó Domínguez.
Su dolencia Según Domínguez, que emigró hace dos años a Miami y durante años conformó un dúo con su madre, la intérprete padecía de hipertensión y a pesar de llevar un tratamiento médico y una dieta rigurosa, su presión arterial tendía a elevarse hasta 300 la máxima y 120 la mínima, con la peculiaridad que subía mientras la cantante dormía y no presentaba síntomas.
De hecho, los médicos no se explicaban como permaneció con vida después de los cinco derrames que sufrió durante el mismo día en 2014.
“Cuando llamábamos a mi hermano para saber de su estado, él le ponía el teléfono al oído y su respuesta eran lágrimas”, comentó Domínguez sobre los últimos días de su madre.
La cantante perdió el habla como secuela del trauma cerebrovascular, enfermedad que ya se le había manifestado y la mantuvo alejada de los escenarios durante la última década. En el año 2000, dos derrames cerebrales interrumpieron su visita a Miami, así como una gira mundial para promocionar 50 años como una reina, álbum que logró una nominación al Grammy Latino en 2001.
Legado Nacida en 1928 en Jovellanos, Matanzas, la cantautora debutó a dúo en 1948 con su también fallecido esposo Reutilio Domínguez.
El dueto se disolvió en 1964 tras la ruptura del matrimonio y González continuó su carrera como solista. Luego de 20 años inició otro dúo con el segundo de sus tres hijos varones y juntos exportaron la música cubana alrededor del mundo. Resultó elegida como artista de la feria durante su última presentación en 1999 en la Feria de Cali en Colombia, tierra que consideraba su segunda patria. Fue en suelo colombiano donde más fue aclamada en el exterior. Aunque México también la amaba. De hecho en 2006, celebraron su cumpleaños en la plaza Garibaldi donde 1000 mariachis le cantaron Las mañanitas.
“30.000 voces le gritaron Celina Colombia te ama. Fue impresionante”, expresó Domínguez sobre la primera ocasión en que la que el dúo se presentó en Cali en 1984.
Sus raíces Su amor por Cuba fue entrañable hasta el punto que nunca quiso emigrar, a pesar de haber tenido numerosas oportunidades durante sus viajes a Europa, Latinoamérica y África.
“Ella no quería vivir fuera de Cuba porque amaba a su tierra”, expresó. “Mi mamá era una mujer de carácter fuerte. Era difícil de que a ella le dijeran algo y ella lo cumpliera, porque ella era absoluta la ley de ella era la ley de ella”, comentó Domínguez.
Además del amor a sus raíces guajiras, su familia también la mantuvo anclada a su tierra. “Como madre mi mamá no tuvo calificativa. Ella vivía para sus hijos, muy apegada a su familia. Ese fue uno de los motivos por los que nunca abandonó Cuba”.
Los hijos de la cantante emigraron paulatinamente a EEUU. Las primeras en salir en 1971 de la isla fueron sus hijas, Celina y Nieves, seguidas por su hijo menor Francisco en el año 2000 y más tarde se unió Domínguez a la familia en el exilio. Aunque Bárbaro, el primogénito de la fallecida, aún vive en la isla y fue el cuidó de ella hasta sus últimos días.
Además de cinco hijos, González dejo atrás 17 nietos y varios bisnietos y tataranietos. El cuerpo de la intérprete será sepultado este jueves en el cementerio Colón en la Habana.
Tema anterior
Primer 