La Guerra de Independencia de Cuba (o la Guerra de 1895) es el nombre con el que se conoce a la última guerra por la independencia de los cubanos contra el dominio español y se trata de una de las últimas guerras americanas contra el Reino de España. La guerra se inició el 24 de febrero de 1895 en un levantamiento simultáneo de 35 localidades cubanas, en el Grito de Oriente (antes conocido como Grito de Baire) y terminó en 1898 con la rendición del ejército colonial español ante el avance militar estadounidense, con la asistencia y el apoyo de los mambises (miembros del ejército independentista cubano) en la conocida generalmente como Guerra hispano-estadounidense (llamada «Guerra hispano-cubano-estadounidense» dentro de la isla).
Este 24 de febrero se conmemora el 120 aniversario del comienzo de la guerra que dio lugar siete años más tarde, el 20 de mayo de 1902, a la instauración de la República de Cuba. El camino fue largo y difícil, lleno de obstáculos, sangre y dolor. En 1878, después de la heroica lucha de la Guerra de los 10 Años, se firmó el armisticio conocido como “La Paz del Zanjón” que dio fin a la lucha armada de los patriotas cubanos contra el coloniaje español. El Convenio del Zanjón propuesto por el ejército mambí contenía cláusulas que trataron de preservar el honor de la causa libertadora.
El general español Arsenio Martínez Campos, conocido como El Pacificador, fue consecuente con las aspiraciones de los cubanos y aceptó muchas de las proposiciones del convenio. El escritor cubano Elías Entralgo describió la Paz del Zanjón como: “Dos impotencias, la impotencia cubana para expulsar la dominación española y la impotencia española para exterminar la rebelión cubana, confluyeron en una transigencia”. En el interregno de 1878 a 1895 Cuba entró en una etapa de transición. El gobierno de Madrid les permitió a los cubanos participar en las Cortes españolas celebrando elecciones para diputados, que aunque restringidas les abrían a los criollos cierta participación en el gobierno. Se organizó un partido, El Autonomista, pero después de un breve período de restringidas libertades, elementos conservadores en la isla trataron de imponer de nuevo estrictos controles a las aperturas políticas. Muchos, sobre todo obreros tabacaleros, decidieron exilarse a Tampa y Cayo Hueso y crearon importantes fábricas de tabaco torcido. La cercanía a los Estados Unidos creaba una actividad económica más activa con la nación americana que la que existía con la metrópoli en la península Ibérica, aunque un férreo control político se ejercía desde España. Esta dualidad política fue la causa de algunas intentonas bélicas que fallaron. Pero desde New York, Tampa y Cayo Hueso la figura excelsa de José Martí se erigía como un líder capaz de organizar a los patriotas exilados así como a los héroes de la pasada Guerra de los Diez Años, como Antonio Maceo, Máximo Gómez, Guillermo Moncada, Bartolomé Masó y muchos otros, para comenzar de nuevo la gesta libertadora interrumpida por el armisticio del Zanjón en 1878.
La fecha del levantamiento fue informada por una proclama firmada por José Martí, por el General Mayía Rodríguez y el Comandante Enrique Collazo y fue dirigida a Juan Gualberto Gómez, hombre de confianza de Martí en La Habana. La fecha fue el 24 de febrero de 1895. La guerra libertadora de 1895 fue una de las epopeyas más nobles y heroicas libradas en el continente americano y solamente duró 3 años. En 1898 estalló en la bahía de La Habana el acorazado norteamericano Maine, lo que provocó la Guerra Hispano-Americana. Como resultado España perdió el control de Cuba y firmó su rendición el 10 de diciembre de 1898 en lo que pasó a la historia como el Tratado de París, y comenzó a la intervención de los Estados Unidos en Cuba. Para muchos cubanos de la época y muchos ahora en el presente, la intervención americana fue una intromisión que descarriló la marcha de la Guerra de Independencia hacia un triunfo total de las fuerzas mambisas, pero los hechos corroboran la buena fe del gobierno americano. Comenzó con la Resolución Conjunta del Congreso de los Estados Unidos aprobada por el presidente McKinley con el reconocimiento en su texto de que: “La isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”. Los gobernadores John R. Brooke y Leonard Wood fueron buenos administradores que prepararon el camino para la instauración ordenada de la República de Cuba el 20 de mayo de 1902 cuando se izó por primera vez la gloriosa bandera de la estrella solitaria en el castillo del Morro de la Habana.
El otro 24 de febrero Raúl Castro, el hombre que hoy gobierna Cuba, designado por el dedo de su hermano, igual que en el pasado se nombraban los reyes en las monarquías, fue la persona que ordenó el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, pulverizando en el aire a tres ciudadanos americanos y a un residente legal: Armando Alejandre, Mario de la Peña, Pedro Morales y Carlos Rojas. Según un artículo de Wilfredo Cancio Isla, publicado en el Nuevo Herald en el 2006, esa orden fue revelada en una grabación de la propia voz de Raúl Castro. Gerardo Hernández, un espía de la Red Avispa condenado a dos cadenas perpetuas por su participación en esta criminal acción, fue recientemente canjeado con otros dos espías por Alan Gross por la presente administración, en un vergonzoso acuerdo con la tiranía castrista.
El 24 de febrero de 1895, una fecha gloriosa en la historia de Cuba, celebrada con orgullo todos los años en la antigua república precastrista, fue manchada en 1996 con ese horrible asesinato aéreo ordenado por Raúl Castro.
DANIEL F. CALDERÍN
Miembro del Colegio de Periodistas Cubanos en el Exilio y de la Unión de Colaboradores de Prensa.
El inicio, 120 años atrás, de la Guerra Necesaria, no ocurrió exclusivamente en la localidad santiaguera
Por Roberto Jesús Quiñones Haces | Guantánamo, Cuba | Cubanet & Cuba Eterna Este 24 de febrero del 2015 se cumplen 120 años del inicio de la “Guerra Necesaria” convocada por José Martí, fecha que todavía se recuerda con el nombre de “Grito de Baire”, un título que desvirtúa el carácter simultáneo del levantamiento y distorsiona la verdad histórica.
En el libro titulado “Dos fechas históricas: 10 de octubre de 1868 y 24 de febrero de 1895”, publicado por la editorial Ciencias Sociales en 1989, de los historiadores Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, esta última señaló: “Los dirigentes patrióticos de este lugar (se refiere a Baire) -que ha ganado merecido sitio imborrable en la historia de Cuba por haber sido escenario de uno de aquellos levantamientos dignificadores con que se acudió al llamado que Martí, con sobrada autoridad política y moral, hizo en nombre de la patria-no fueron los primeros en lanzarse al campo de combate, y tampoco fueron sus fuerzas las primeras en atacar al ejército del colonialismo español ni en derramar su sangre en la nueva contienda” .
Y también consignó lo siguiente: “Hacer del heroico Baire el centro aislado o principal del levantamiento, sería desconocer que el 24 de febrero de 1895, como resultado de una sabia orientación táctica de Martí, lo que tuvo lugar fue-aunque no en la escala prevista y necesitada por el proyecto martiano- un levantamiento simultáneo…” .
¿Quiénes se levantaron en armas el 24 de febrero de 1895?
En la zona occidental de Cuba hubo levantamientos armados en Ibarra, provincia de Matanzas, liderado por Juan Gualberto Gómez; en Jagüey Grande, Matanzas, liderado por Martín Marrero y en Los Charcones; Aguada de Pasajeros, comandado por los habaneros Joaquín Pedroso, Alfredo Arango y Charles y Jorge Aguirre, pero en ninguno de estos lugares hubo acciones militares ese día ni otras significativas en los siguientes. Todos estos alzamientos fracasaron y los sublevados se entregaron al gobierno español para acogerse al indulto ofrecido por éste.
En Oriente hubo levantamientos en Santiago de Cuba, con el general Guillermo Moncada al frente; en Bayate, distrito de Manzanillo, bajo el mando del general Bartolomé Masó; en Bayamo, dirigido por los coroneles Joaquín Estrada Castillo, Esteban Tamayo y José Manuel Capote; en Baire, con Saturnino Lora al frente, en Jiguaní, comandado por el coronel Fernando Cutiño Zamora y en Guantánamo, bajo el mando del general Pedro “Periquito” Agustín Pérez.
Solamente en Guantánamo hubo acciones militares significativas ese día cuando el coronel Enrique Tudela, cumpliendo órdenes de “Periquito” Pérez atacó y tomó el fuerte español en Jatibonico, causándole dos bajas al ejército colonial e hiriendo a tres soldados. Además obtuvo armas y municiones. Ese mismo día Tudela atacó el fuerte El Toro pero no pudo tomarlo. Esas fueron las primeras y únicas acciones militares realizadas el 24 de febrero de 1895.
Fue en Guantánamo, además, donde se realizaron más de doce acciones combativas entre el inicio de la gesta independista y el 31 de marzo de ese año, algo que no ocurrió en ningún otro lugar del país.
Baire y Guantánamo: La verdad histórica Ni Hortensia Pichardo ni Fernando Portuondo mencionan en el libro de su autoría el texto “El 24 de febrero de 1895”, del poeta, periodista, abogado, profesor e historiador guantanamero Regino E. Boti, precisamente el ensayo histórico que le sirvió para formalizar su ingreso ante la Academia de la Historia de Cuba y la primera investigación que develó la verdad sobre lo ocurrido ese día.
El libro, publicado en 1923 y reeditado en el 2008, constituye un exhaustivo análisis en el que Boti afirma que en Baire lo que hizo Saturnino Lora fue descargar los seis tiros de su revólver en la plaza del pueblo y marchar con una bandera española con franjas blancas (la de la Autonomía) hacia la finca donde estableció su campamento.
Reflexionando sobre la magnitud de los acontecimientos Boti concluyó que fue Guantánamo la región que tuvo la participación más activa y destacada ese día y lo definió así: “¿Qué es dar el grito? Si por tal se toma la extensión de un documento el grito se dio en Manzanillo y Guantánamo, dándole, provisionalmente, todo valor cronológico a la proclama de Masó. Si por tal se toma emitir protestas o lanzar vítores, se dio en Guantánamo, Ibarra, Jiguaní y Baire. Si por tal se entiende disparar el arma, se dio en Baire. Si por tal se entiende combatir, matar, aprisionar y despojar al enemigo de pertrechos y posesión, se dio en Guantánamo. Guantánamo es el lugar que suma mayor número de circunstancias” .
El 24 de febrero de 1895 Guantánamo era la zona del país mejor preparada para el levantamiento, no sólo porque desde octubre de 1894 Pedro Agustín Pérez estaba alzado en la manigua sino porque existían núcleos patrióticos en más de nueve localidades y cada una de ellas contaba con uno o dos jefes. Lo ocurrido entre ese día y el 31 de marzo de 1895 lo demuestra. No en balde Antonio Maceo y José Martí escogieron esta zona para desembarcar.