“¡¿No lo vieron anoche?!…quieren poner Internet pero como los chinos, y ni aquí somos chinos ni el Internet chino es Internet…”, dijo un tipo en la cafetería donde desayuno.
El inquietante reportaje transmitido el pasado miércoles 18 de febrero por el canal Cubavisión hace suponer que las autoridades de la Isla han comenzado a plantearse en serio un escenario en el cual los ciudadanos cubanos acceden a Internet.
Desde el título -Cuba en la era digital- el material resulta en muestra científica de atraso cultural respecto a la tecnología: correcto hubiese sido llamarle “Cuba en el paleolítico inferior”, o “Cuba hacia la era digital… en la era mundial de la teletransportación”.
Varios especialistas opinaron sobre cómo debemos insertarnos en la sociedad de la información, y sobre los monstruosos retos infraestructurales y de seguridad nacional que supone abrir las piernas para un país que anda en tanga.
Guerra cibernáutica
Se dijeron barbaridades que comprometen tanto a la gramática española como al sentido común: “Hay una guerra cibernáutica…”.
En un pico dramático del relato alguien dijo que el envío indiscriminado de Spam era un peligro mayor del que habría que protegerse. ¡Y así fue como el Spam se convirtió en la nueva “última milla” de la falta de Internet en Cuba!
Luego otro funcionario propuso la creación de un “Telesur del entretenimiento”… Yo lo pensé una vez: ironizando con el absurdo propuse una selección titulada “Lo mejor del Internet”, escogida y distribuida por el Ministerio de Comunicaciones, pero no creí que alguien fuera a considerarlo más allá del absurdo.
Otro de los entrevistados se cuestionó con dolor por qué cuando uno googlea “José Martí” la primera referencia es a una página norteamericana y no a la del Centro de Estudios Martianos…
Creo que si googleáramos “Rihana” la primera referencia no sería a una web de Barbados, que es el país donde nació la cantante. Luego puede ser que la CIA tenga un programa ultrasecreto para aplastar los valores culturales de la islita caribeña, o puede ser que en cualquier parte del mundo se escriba y se interactúe digitalmente con la palabra Rihana más que en Barbados.
El reportaje también se dedicó a ponderar las virtudes de la red interna nacional,… tan útil que los privilegiados que pueden acceder a ella no lo hacen.
Entre Ecured y La Tendedera
ECURED, enciclopedia parcializada que nadie elegiría sobre Wikipedia; Cubava, plataforma de blogs que nadie elegiría por encima de la peor gratuita de internet, y La Tendedera, ensayo de red social que debe entrar en shock con menos de 100 usuarios conectados a la vez, fueron los ejemplos mencionados.
De milagro no exhibieron el sitio Cuba Soy, una web de la Unión de Jóvenes Comunistas, que de tan entretenida, juvenil y revolucionaria que pretende ser, no atrapa ni al senil de pocos años más ideológicamente robustecido.
Entre todos los criterios del material me quedo con el de Raúl Garcés, quien acaso por bien entendido se aparta de los que llaman a Internet “potro salvaje” y reconoce que “la tecnología es lo mejor que nos ha pasado”. Pero Garcés dijo también que “no hay que tenerle miedo a la tecnología”, lo cual no es del todo cierto porque depende de quién esté pensando en ella…
En Cuba ahora mismo hay gente con sobradas razones para temerle a una cosa que despierta el espíritu crítico en la ciudadanía.
Actualmente el acceso a internet en Cuba es igual a un puñado de profesionales que lo tienen gratis por interés estatal, y algunos ciudadanos que pueden pagar la tarifa de 4.50 dólares/hora, impuesta al servicio por el único operador de telecomunicaciones del país (ETECSA).
Estas conexiones no pueden contratarse para los hogares, y para los teléfonos móviles solo está disponible el correo electrónico del propio operador.