Rosita Fornés regresa a las tablas de Miami
La ‘vedette’ Rosita Fornés hará una actuación especial
en la obra ‘Rosita, mi monólogo interior’, inspirada en su trayectoria.
POR ARTURO ARIAS-POLO
Rosita, mi monólogo interior cerrará el XIV Festival Latinoamericano del Monólogo Teatro a una voz en la sala Havanafama, el sábado 28 de febrero.
La obra devuelve a la escena de Miami a una de las leyendas del espectáculo cubano, la vedette Rosita Fornés, que hace una aparición especial en una historia sobre su vida, interpretada por Jean Marc Rodríguez.
El texto, escrito y dirigido por José Antonio Jiménez, yerno de Fornés, aborda momentos clave de su trayectoria, de más de siete décadas, que incluye el esplendor del teatro lírico cubano, la Epoca de Oro del cine mexicano, los grandes momentos del cabaret habanero y los inicios de la televisión en la isla.
“Me dio gusto que a José Antonio se le ocurriera hacer una obra sobre mi vida. Así todo quedaría entre familia”, dijo Fornés a el Nuevo Herald en la residencia del suroeste de Miami donde pasa gran parte del año.
La artista no se presentaba ante el público local desde que estrenóRosita, el cine y la música (2009), un recuento de su paso por la pantalla grande, producido por Jiménez, y dirigido por Jorge Lorenzo, que ocupó The Place of Miami.
Sobre la creación del texto la artista de 92 años recordó que durante la etapa de investigación respondió las preguntas de su yerno “como si tratara de una entrevista que le concediera a un periodista”. Y al referirse al trabajo de Jean Marc Rodríguez, celebró que la personificara “con mucho respeto, ya que no se trataba de disfrazarse, sino de manifestarse como yo”.
“Me reconocí en el personaje. Jean Marc me admira y me tiene mucho cariño”, aseveró la vedette.
El actor, que reside en La Habana, evocó que los encuentros diarios que sostuvo con su alter ego fueron decisivos “ya que interpretar a Rosita, un personaje tan importante de la cultura cubana, era como caminar por una cuerda floja”.
“Sin esa comunicación no hubiera podido sumergirme en su espíritu para recrearla en escena”, reveló Rodríguez.
Rosita, mi monólogo interior tuvo su estreno mundial en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba, en el 2012.
Fornés, hija de españoles, nació en Nueva York el 11 de febrero de 1923. Desde pequeña se estableció en La Habana, donde inició su carrera en 1938.
“La obra llena un vacío en el espacio teatral cubano, llevando a las tablas, en forma autobiográfica, los momentos trascendentales de la vida de una artista famosa”, comentó el autor-director, en cuyo montaje empleó vestuario, accesorios, fotografías, pistas de audio y material audiovisual de la vedette.
Jiménez recordó que los antecedentes del texto aparecen en el documentalRosita Fornés, mis tres vidas (1995), producido por él, y dirigido por Luis Orlando Deulofeu, y en el libro biográfico Rosita Fornés (1988), original de Evelio R. Mora.
Por su parte, Rosa María Medel, única hija de Fornés y asistente de la puesta, agregó que el espectáculo Recordando a una Rosa (2011), dirigido por su esposo en el teatro América de La Habana, con Jean Marc y un grupo de transformistas “de gran nivel” que personificaron a Fornés, fue otra fuente de inspiración.
La fascinación que Rosita ejerce sobre los transformistas, y los gays, se pierde en el tiempo.
“Siempre me han admirado y yo les he agradecido su cariño”, dijo Fornés, tras evocar que, a finales de la década de 1960, las autoridades culturales le suspendieron los conciertos en el desaparecido teatro Amadeo Roldán, ubicado en la barriada habanera de El Vedado, esgrimiendo que ella no atraía un público “de gente seria y normal”.
“En esa temporada emprendieron una guerra contra los gays. Sin embargo, nunca tuve miedo de defenderlos. ¿Por qué iba a temer, si se trataba de seres humanos?”, enfatizó.
Por esa misma época, la artista se atrevió a cantar el tema Sin un reproche, de Meme Solís, condenado al ostracismo por su deseo de abandonar la isla.
“Tampoco sentí miedo. Estrené Sin un reproche, en un momento en que Meme estaba vetado en Cuba, y a partir de ahí se convirtió en uno de mis himnos”, dijo la artista.
Pero lo que sí preocupa a Fornés es no “lucir bonita” para sus admiradores ni colmar sus expectativas.
“Mi miedo es que no guste lo que voy a representar. Nunca he sentido miedo escénico. No tengo ‘ritos’. Antes de salir a escena solo me encomiendo a Dios”, reveló Fornés, devota confesa de la Virgen de la Caridad.
La vedette se vanagloria de haber protagonizado decenas de dramas, comedias y musicales en el teatro, el cine y la televisión. Y aunque le cuesta elegir sus personajes favoritos –“porque todos los hice con amor y me dieron mucho éxito”–, reconoce que la Ana de Glavary, de la opereta La viuda alegre, y la Duquesa Carolina, de la zarzuela Luisa Fernanda, quedaron en la memoria del público.
“Todo el mundo decía que mi Viuda alegre tenía algo especial. Debe ser porque yo no solo salía a cantar el papel, sino a interpretarlo”, explicó Fornés, que no olvida cuando los autores de Luisa Fernanda le dijeron que su duquesa era “única”.
En cuanto a su filmografía, la artista se queda con la comedia Se permuta(1983), un taquillazo que multiplicó el éxito de la temporada teatral.
“Tengo una habitación llena de trofeos y reconocimientos y hasta una medalla que me envió el Rey de España. Sin embargo, considero que mi premio más grande es el cariño que recibo del público cuando salgo a la calle. ¡Son cuatro generaciones que siguen queriéndome!”, destacó Fornés, que le gustaría ser recordada “como alguien que le dio su vida al público cubano, de aquí y de allá, que es el mismo”.
‘Rosita, mi monólogo interior’, sábado 28, 8:30 p.m., en Havanafama Teatro Estudio, 752 SW 10 Ave. (786) 389-1716. www.havanafama.org.