Ha vuelto a suceder su única ‘culpa’ ha sido la de ser homosexual
Ha vuelto a suceder. El Estado Islámico ha vuelto a ejecutar a un homosexual, haciéndonos volver a siglos pasados que todos queremos olvidar. Son escenas duras, siniestras, horripilantes. Escenas que no deberíamos ver jamás. Pero están ahí, son hechos que existen, hechos que tenemos que denunciar.
Ha sucedido en Siria, y más concretamente en Raqqa. Pero anteriormente, había sucedido ya en Irak. El Estado Islámico se ha asentado en estos países con fuerza y usa su fuerza y su barbarie para imponer su modelo de sociedad. La forma de ejecutar a este hombre cuya única ‘culpa’ ha sido la de ser homosexual, es empujarlo al vacío salvajemente para castigar sus ‘pecados’.
El reo tiene los ojos vendados, esperando a que los milicianos encapuchados del Estados Islámico lo empujen, y abajo, en la calle, y en los edificios cercanos, una multitud aguarda la ejecución gritando ‘Alá es grande’. Una escena que pone los pelos como escarpias y que nos debería hacernos replantearnos muchas cosas. La primera, la barbarie a la que quieren someter al mundo desde esta organización islámica con su particular sentido de la justicia.
Y la segunda, que las primeras víctimas del Estado Islámico son los propios musulmanes. Cuando hace unos meses el mundo occidental se sobrecogió con el atentado de París, los europeos nos horrorizamos porque habían atentado contra los pilares básicos de nuestras sociedades democráticas, y en amplios sectores de la sociedad europea surgió un rechazo más o menos velado contra el conjunto de los musulmanes.
El rechazo al atentado fue porque nosotros fuimos las víctimas, porque nos tocó de cerca. Pero el atentado de París fue una minucia en comparación con todos los muertos que hay día sí y día también entre atentados y ejecuciones en Irak, en Siria, o en Libia, por poner solo unos ejemplos. Ejecuciones como la de este joven homosexual, o la de mujeres por vestir a lo occidental, o de cristianos por no profesar el Islám más radical. Este es el gran problema del Estado Islámico, un grupo que no respeta a nada ni a nadie y que quiere devolver al mundo a la más oscura Edad Media.
Si queréis ver el vídeo, podéis acceder de la web de Cuatro. Pero avisamos que la escena pone los pelos como escarpias.