José Antonio Echeverría (1932-1957)
La epopeya del 13 de Marzo
Por Oreste Rodríguez- 
Se conmemora este 13 de Marzo el aniversario 58 del asalto al palacio presidencial de La Habana, llevado a cabo por el Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE), dirigido por José Antonio Echeverría (1932-1957), abatido ese día cerca de la colina universitaria por la policía batistiana, entre otros de los miembros de dicho Directorio participantes y de otras organizaciones que fluyeron para derrocar al dictador Batista.
En esta efeméride, se hace necesario evocar el papel que desempeñó la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), presidida por JAE. Por prelación, correspondió a la Universidad de La Habana un destacado papel protagónico en las luchas cívicas de los estudiantes, con independencia de si la república (1902-1959) estuviera bajo la égida del Estado de Derecho o bajo dictaduras, como fueron las de Machado y Batista, respectivamente, pero fueron en estas últimas donde surgieron lideres estudiantiles que supieron enfrentarse a los desmanes de tales regímenes autoritarios, escribiendo páginas heroicas defendiendo los ideales democráticos.
Al interrumpirse el ritmo constitucional por el nefasto golpe de Estado de Fulgencia Batista en 1952, los estudiantes universitarios y de la enseñanza media se enfocaron en promover protestas y todos recordaremos las marchas hacia el Palacio Presidencial habanero y en otras localidades de la isla. Fue en la década de los años cincuenta, cuando el DRE decidió, con otras fuerzas revolucionarias, dar al traste con la dictadura batistiana, con el ataque al referido recinto presidencial el 13 de marzo de 1957, mientras José Antonio Echeverría tomaba Radio Reloj y se escuchó su alocución, anunciando el ajusticiamiento del dictador.
Sobre esa gesta, José Puente Blanco, presidente de la FEU de 1957 a 1959, en sentido articulo por el 56 aniversario de la muerte de José Antonio Echeverria, publicado en este diario hace dos años, destacó que “la acción heroica del 13 de Marzo la lideró uno de los jóvenes más corajudos y valiente de su generación y de nuestra historia, de claros valores democráticos y de gran amor a su pueblo”. En aquella jornada de enfrentamientos, hay que recordar que dieron su vida otros lideres universitarios y de organizaciones opositoras del régimen, que forman parte del martirologio cubano.
El triunfo revolucionario de 1959 pareció que venía con el afán de restablecer el Estado de Derecho, pero tan temprano como en 1961, Cuba fue declarada un estado socialista, pasando a formar parte del bloque soviético, lo que trajo el rechazo de diferentes sectores de la población y comenzó nuevamente la lucha armada para rescatar a la isla de ese infausto sendero en el que fue encauzada, por lo que teniendo en cuenta el elevado sentimiento cristiano y nacionalista de José Antonio Echeverría, de haber conservado la vida, habría vuelto otra vez a las protestas y coordinar las acciones para lograr el referido retorno democrático. En la década del sesenta, un nutrido grupo de estudiantes universitarios perdieron su vida por haberse opuesto al régimen castrista, que todavía ensombrece el panorama nacional.
La esencia patriótica de José Antonio Echeverría hay que encontrarla en su lugar de nacimiento, Cárdenas, conocida como la Ciudad Bandera, de cuyo aspecto se ocupó la Constitución de 1940 en su artículo 5, según el cual: “La bandera de la República es la de Narciso López”, el que desembarcó por esa ciudad y murió por la liberación de Cuba, y cuya bandera flotó en la ciudad de Cárdenas durante 16 horas el 19 de mayo de 1850, antecedentes patrios que JAE conoció desde sus estudios primarios y por las prédicas martianas, entre ellas decía el Maestro: “La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella o comprarla a su precio”.
No se conoce en Cuba ningún dirigente estudiantil universitario que haya claudicado en sus ideales democráticos frente a dictadores, excepto los que han surgido después de haberse establecido el régimen socialista y que actualmente enfrenta una lucha pacífica sostenida por la oposición y disidencia interna, que sufre sus atropellos.
Gloria eterna a los héroes y mártires de la Patria.
*Oreste Rodríguez, abogado cubano.
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