FelizComienzo de Semana para todosdonde quiera que esten Cuba Eterna
La unión entre parejas del mismo sexo es ya una realidad en varios países de nuestra región. No obstante en Cuba,
a pesar de un discurso oficial que a ratos pretende parecer inclusivo, esto no se ha logrado… y parece que no sucederá pronto.
Por Jimmy Roque Martínez - Havana Times Hace más de una década que el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), a través de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional, promovió un proyecto de Ley de modificación al Código de Familia.
Según comentan personas vinculadas al CENESEX, la nueva Ley incluiría la unión legal entre personas del mismo sexo.
Lo cierto es que ni yo, ni los activistas LGBTIQ que conozco, han leído nunca el cuerpo de tal documento. Además, poco se ha hablado en los medios oficiales cubanos sobre el tema.
El 12 de mayo de 2014, a pocos días de finalizar en Varadero la Conferencia Regional de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGALAC), se televisó una Mesa Redonda donde se abordó el tema de los derechos de la comunidad LGBTIQ.
En esa oportunidad se le preguntó directamente al jefe de los Servicios Jurídicos del CENESEX, Manuel Vázquez Seijido, sobre el estado legal de este Anteproyecto de Ley. El jurista, en su respuesta, no dio información alguna.
Tampoco Mariela Castro directora del CENESEX, dio información sobre el estado del proyecto, aunque sí expresó que la revolución cubana debería aprobar este Código de Familia para que sea más revolucionaria, y agregó que el mundo lo espera de Cuba.
Para colmos, más recientemente el Granma publicó un alucinante artículo en el que definía al Código de Familia vigente como “un ejemplo de progresión y superioridad jurídica en América Latina”.
Ante la falta de noticias sobre este tema y el interés que tenemos quienes integramos el Proyecto Arcoíris, el pasado mes de diciembre escribí una carta a la Asamblea Nacional del Poder Popular preguntando directamente si el susodicho Proyecto de Ley les había sido entregado, y específicamente sobre la aprobación de la unión entre parejas del mismo sexo.
La repuesta a este escrito, con fecha 30 de enero de 2015, dijo textualmente:
“Hemos recibido en nuestra oficina su escrito, interesado en conocer en qué estado se encuentra la discusión sobre la unión legal de parejas homosexuales. Al respecto le informamos que, la Asamblea Nacional del Poder Popular, hasta este momento, no ha recibido ningún anteproyecto de Código de Familia, no obstante, en el momento que se realice alguna modificación, será oportunamente divulgado a toda la población como procede en estos casos”.
Es casi una burla que luego de tantos años de haber sido preparado el anteproyecto de ley, que incluso se hable del mismo en eventos internacionales y se presente casi como una conquista cubana, este aun no haya sido formalmente presentado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Esta demora excesiva provoca que la comunidad LGBTIQ cubana continúe siendo discriminada al no poder acceder, entre otros derechos, a los beneficios de protección legal que ofrece el matrimonio o unión civil, acceso exclusivo solo para parejas heterosexuales.
Cuba no garantiza, de este modo, los Principios de Yogyakarta, ni los derechos expresados en la Declaración sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de las Naciones Unidas, esta última firmada por la isla
El anteproyecto de modificación al Código de Familia en Cuba continúa a la espera de ser presentado en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). El proceso debería ser transparente, pero en el caso cubano, como es habitual, es por etapas confuso.
Según los reglamentos de la ANPP, el procedimiento para modificar una ley sería:
Tienen iniciativa legislativa entre otros, los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, las Direcciones Nacionales de las organizaciones de masas, las Comisiones de la Asamblea Nacional, y los ciudadanos (artículo 62).
Quienes conforme a la Constitución de la República ejerzan la iniciativa legislativa, presentan los proyectos de leyes al Presidente de la Asamblea Nacional, con su respectiva fundamentación (artículo 63).
Hemos conocido que la fundamentación para la propuesta de modificación al Código de Familia ya ha sido consensuada con el Ministerio de Justicia, La Fiscalía General de la República, la Universidad de La Habana, el CENESEX, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Educación, y el Tribunal Supremo.
Se trata de organismos e instituciones que de una manera u otra se vinculan en la modificación del Código de Familia
El Presidente de la ANPP, al recibir los Proyectos de Ley, los pone en conocimiento de la Comisión que corresponda (artículo 67), y después de analizado por estas, determina sobre su inclusión en el orden del día para su discusión (artículo 71).
No obstante estas normas, las prácticas son algo diferentes, pues ponen la decisión de los temas a discutir en la Asamblea en manos poderosas y ocultas, aún más alejada del pueblo.
En realidad, lo que parece proceder habitualmente es un “Plan Legislativo”, una lista donde se incluyen los temas que llegarán a la ANPP.
No he logrado conocer con claridad qué instancia elabora este Plan. Se especula que sea el Consejo de Ministros o su Comisión Conjunta con el Buró Político y el Consejo de Estado; o quizás el secretario de la Asamblea Nacional.
Se dice también que el Anteproyecto de modificación al Código de Familia lleva años esperando ser incorporado a este plan, pero a ciencia cierta, no sabemos por dónde anda la propuesta.
Todo indica que hay poderes retrógrados que no quieren que se modifique el actual Código.
Comentarios que no puedo confirmar señalan entre sus oponentes al Segundo Secretario del Partido, José Machado Ventura, quien según estos rumores está en contra de la unión homoparental.
No obstante, un diputado o diputada con interés podría ejercer su iniciativa legislativa e introducir la discusión de este proyecto en la Asamblea Nacional.
En ese sentido, el pasado 26 de julio quienes integramos el Proyecto Arcoíris solicitamos a Mariela Castro que ejerciera su derecho a la iniciativa legislativa individual para presentar ante el parlamento un proyecto de Código de Familia que reconozca explícitamente los derechos de la ciudadanía LGBTI y sus familiares.
Ninguna respuesta hemos recibido en estos siete meses que han pasado.
El camino del anteproyecto de Código de Familia está siendo largo y misterioso. Parece que Cuba seguirá retrasada en este tema por algún tiempo más, mientras el gobierno se apresura en otros ámbitos como la inversión extranjera y el estímulo de la propiedad privada. Jimmy Roque Martínez