proyecto de visibilización de personas LGTB católicas
Al mismo tiempo que se suceden las declaraciones homófobas de parte de la jerarquía, despegan las iniciativas que buscan visibilizar a las personas LGTB católicas. Es el caso de Owning Our Faith, un proyecto que inicia su andadura con un corto documental que recoge el testimonio de diferentes personas, tanto LGTB como no LGTB que apoyan su causa.
La apertura de un proceso sinodal sobre la Familia en el Vaticano, aunque ha defraudado las expectativas iniciales, ha tenido sin embargo el efecto -en parte imprevisto- de una creciente visibilidad de personas LGTB católicas, que poco a poco pierden el miedo a hablar. Un ejemplo es esta iniciativa que reflejamos, que ha encontrado eco ya en medios como The Advocate o The Huffington Post, entre otros.
Owning Our Faith (cuya traducción más fiel al sentido original puede ser “apropiándonos de nuestra fe”) surge en noviembre de 2014, cuando algunas personas LGTB católicas de la iglesia de San Pablo Apóstol en Nueva York deciden abordar públicamente la cuestión de la relación entre la Iglesia católica y las minorías sexuales y de género. “Queremos que nuestras historias sean parte del debate porque las personas LGTB tienen unos dones únicos con los que contribuir a la vida de la Iglesia”, señalan los impulsores del proyecto, en clara alusión a la primera Relatio del Sínodo extraordinario sobre la Familia (palabras que luego desaparecieron de la versión definitiva). “Esperamos que la Iglesia reconozca que Dios está actuando a través de las historias de nuestras vidas. Queremos inspirar un cambio que fortalezca a las familias, estimule la aceptación de las personas LGTB, fomente una comunidad inclusiva y promueva un diálogo abierto y con aceptación entre católicos alrededor del mundo. Ante todo, queremos mostrar a todo el mundo que son amados y que no están solos”, añaden.
Testimonios de personas LGTB y de “aliados” heterosexuales
El primer fruto del proyecto es un corto documental de 14 minutos que presenta varios testimonios, como los de Matt y Rick Vidal, una pareja que participa regularmente en la vida de su parroquia. Mientras Rick reconoce sentirse “frustrado” más a menudo, Matt manifiesta la convicción de que se debe insistir en permanecer, pues de lo contrario nunca habrá cambio. Entre las personas trans, destaca por ejemplo Mateo Williamson, quien describe su proceso de transición como “inmensamente espiritual… Creo que mucha gente ve esto solo como un proceso físico y sólo miran los aspectos físicos de la transición pero se trata de un proceso emocional y espiritual”. Mateo cuenta como la primera vez que se confesó después de tres años, tras terminar el proceso de transición, tuvo una acogida positiva por parte de su sacerdote, quien reconoció que nunca había conocido antes directamente a personas transgénero.
El testimonio de Eve Tushnet, mujer lesbiana, es especialmente llamativo, dado que se convirtió al catolicismo siendo consciente de cuál era la doctrina oficial. Para ella, lo inspirador es encontrar relaciones entre personas de diferente e igual género en la Biblia como “modelos y reflejos del amor entre Dios y el alma humana”. Pero tampoco faltan las afirmaciones críticas. Matt Putorty, hombre gay, dice por ejemplo que “la Iglesia católica piensa probablemente que acepta a las personas LGTB porque su mensaje es ‘las personas gais existen y deberíamos amarlas y no discriminarlas’. Pero la Iglesia también le dice a las personas gais esencialmente que tienen que ser célibes, entonces les está diciendo ‘no puedes vivir con plenitud’… y eso es inherentemente discriminatorio”.
Hay también personas heterosexuales que se describen como “aliadas”. Es el caso de Cheryl y Francis Putorty, un matrimonio que apoya a su hijo Matt. También llama la atención la presencia de Patrick Conroy, sacerdote capellán de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que se pregunta cómo pueden “ser más acogedores y servir mejor a los gais y lesbianas católicos… ¿Qué está haciendo Dios con esta comunidad que anhela participar en la vida sacramental de la Iglesia?”.
Con todo, para terminar esta reseña, destacamos sobre todo el testimonio de Nana Fotsch, una abuela con tres nietos gais y una nieta lesbiana. Cuando supo de sus nietos, no tuvo dudas y es clara: “si tuviera una amiga con un hijo que está saliendo del armario y tuviera dificultades, le preguntaría ‘¿quieres a tu hijo o hija?’. Ella diría naturalmente que sí y yo le diría entonces que es mejor que lo aceptes o vas a perderlo”. Al final del corto, Nana añade: “la canción que cantamos en la iglesia, el himno que dice ‘todos son bienvenidos en este lugar’, ¿lo decimos en serio, o solo son palabras bonitas?”.
El proyecto tiene ya una página web, así como perfiles en Facebook, Twitter y YouTube. Os dejamos con el vídeo del corto con subtítulos en español. Si no aparecen automáticamente pueden activarse en la pestaña de subtítulos: