Lo que en Cuba fue un verdadero centro del arte lírico quedó en ruinas con el éxodo de sus grandes artistas. ¿Por qué se marchan todos? Pues ya lo había establecido el líder de la revolución en sus palabras a los intelectuales:
“Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”
Las dos Reinas de Cuba, Olga Guillot y Celia Cruz
El éxodo de artistas cubanos y Fidel Castro
Por Alberto Roteta Dorado | Desde Quito, Ecuador |
En el año 1961, luego de varias reuniones con los intelectuales cubanos, el Dr. Fidel Castro declaró:
“La Revolución no puede renunciar a que todos los hombres y mujeres honestos, sean o no escritores o artistas, marchen junto a ella; la Revolución debe aspirar a que todo el que tenga dudas se convierta en revolucionario; la Revolución debe tratar de ganar para sus ideas a la mayor parte del pueblo; la Revolución nunca debe renunciar a contar con la mayoría del pueblo, a contar no solo con los revolucionarios, sino con todos los ciudadanos honestos, que aunque no sean revolucionarios —es decir, que no tengan una actitud revolucionaria ante la vida—, estén con ella. La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios”.
Castro invita a los intelectuales para que se unan a ellos, pero no da opciones para aquellos que desde una perspectiva distinta, quieran continuar haciendo su arte, sin hacerse copartícipes de la revolución cubana. ¿Qué significa renunciar a aquellos que sean reaccionarios? Téngase en cuenta, que para la dictadura, el hecho de no mezclarse o no estar al lado de ellos ya es considerado reaccionario y por lo tanto, hay que renunciar a su arte, lo que significa: sepultarlos para siempre.
Esto contribuyó al éxodo de valiosos artistas. Se ha insistido mucho en la partida de científicos y médicos, pero poco en la retirada de los artistas e intelectuales que desde etapas tempranas del llamado proceso revolucionario emprendieron viaje rumbo al norte. Este fenómeno social no fue un hecho aislado de la incipiente Cuba revolucionaria. Igor Stravinski, Serguéi Rajmáninov y un centenar de artistas más, abandonarían su Rusia natal tras la llegada del comunismo. A muchos de los artistas cubanos les sorprendió el acontecimiento de 1959 fuera de Cuba. Algunos no regresaron jamás, otros decidieron retirarse y seguir sus carreras fuera de Cuba y algunos quisieron continuar en su patria.
Como ya estaba diseñado “un plan para el arte” que incluía la idea de que “dentro de la revolución todo”, pues todos los que no tuvieron un papel activo o una actitud de vanguardia en pos de la revolución, quedaron marginados. Verdaderas glorias de la cultura cubana se quedaban en el olvido para siempre. El arte lírico lo ha sufrido, tal vez, como ninguna otra manifestación. La soprano Margarita Díaz, que recorrió el mundo representando a su patria es desconocida en Cuba, sin embargo, la diva deleitó a reinas, príncipes y emperadores de cuatro continentes. La también soprano Zoila Gálvez, que triunfó en Italia, terminó en el olvido y las “autoridades de la cultura cubana” jamás se interesaron en homenajearla. Ernesto Lecuona, merece especial atención. Su temprana muerte impidió que el régimen comunista lo sepultara aún más. Pero no se podía ignorar para siempre al considerado músico más universal de Cuba, interpretado por Plácido Domingo o por las Filarmónicas de Berlín o Londres y que en etapa pre-revolucionaria difundió nuestra música por América y Europa. El autor de “Andalucía” no regresó de Tenerife para rendir culto a los rebeldes.
Meme Solis acompañando en el piano a la vedette de América Rosita Fornés
Con la soprano Rosa Fornés, no hubo otra alternativa que aceptarla. La primera vedette de América merecía respeto y el sistema la utilizó. En los más diversos escenarios la Fornés les daba ganancias. La presentaron como primera figura por los antiguos países socialistas, siendo el centro de atención de las súper-producciones de Tropicana, pero en realidad no le perdonaban su estilo, sus lentejuelas, joyas y plumas. La vieron como una . La hubieran preferido como trovadora que con guitarra en mano les cantara en sus actos políticos. Pero la mejor Hanna Glawari de la historia del arte lírico en Cuba, se mantuvo firme y se atrevió a estrenar “Sin un reproche” de Meme Solís, en un momento en que el creador de los “Meme” estaba prohibido. Pero Rosa Fornés había tenido el mérito de haberse quedado en Cuba, a pesar de su exitosa carrera en España y México y les cantó: “Cuba Corazón de nuestra América” y “Por los Andes del Orbe”, de contenido patriótico.
A través de los años varias figuras de primer nivel y reconocida trayectoria internacional, dejaron atrás Cuba para conquistar nuevos horizontes y poder desarrollar sus carreras: Marta Pérez, Alina Sánchez, Linda Mirabal, Ninón Lima, Yolanda Hernández, Hugo Marcos, Armando Pico y Ramón Calzadilla. Lo que fue un verdadero centro del arte lírico quedó en ruinas con la retirada de sus grandes artistas. ¿Por qué se marchan todos? Pues ya lo había establecido el líder de la revolución en sus palabras a los intelectuales: “Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”.
Merecen ser reconocidos y difundidos todos los artistas cubanos, los que se quedaron y fueron marginados o los que no volvieron jamás. Es imperdonable que solo se conozca a Frank Fernández, pianista de reconocido prestigio, pero al lado de la revolución y se siga ignorando a Jorge Bolet, considerado el más colosal virtuoso del hemisferio occidental, cuyo único delito fue no regresar a su patria y no estar . El camino hacia la democracia y la libertad de pensamiento y expresión necesita de los intelectuales. Los actos y hechos han de gestarse previamente como idea y las ideas necesitan de los pensadores, artistas e intelectuales. Esto es un hecho innegable y una ley del devenir histórico.
Folleto con las palabras de Fidel Castro a los intelectuales cubanos
Ernesto Lecuona murió en el exilio
Georgia Galvez mezzosoprano vive en el exilio desde la decada del 70
Imagen de Luisa María Güell en la película el Huésped 1966 en Cuba. Vive en la actualidad en Miami