Joven transgénero logra asilo en EEUU
Nicoll Hernández pasó seis meses en un centro de detención para hombres
Nicoll Hernández, dejó de ser Abner Neftali desde los 12 años.
Tucson.- Una joven transgénero que huyó de Guatemala finalmente logró el asilo después de pasar seis meses en un centro de detención de inmigrantes en Arizona, pero el tiempo de encierro fue interminable.
Cuando Nicoll Hernández Polanco, una joven guatemalteca de 23 años, se entregó a los agentes de la Patrulla Fronteriza en octubre de 2014 y pidió asilo en EEUU, ella pensó que ese era el fin de una penosa experiencia. Nicoll estaba equivocada.
La colocaron en un centro de detención para varones dirigido por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Florence, Arizona, donde Nicoll denuncia que enfrentó la burla y el acoso de los guardias y de los otros privados de libertad.
“Estuve detenida con más de 150 hombres, que tampoco entendían mi sexualidad, por lo que nunca podía dormir tranquila”, relató la joven que tuvo que huir por miedo de su natal Guatemala tras años de sufrir violencia sexual y física en su país por ser transgénero, según narra en su página web la organización Mariposas Sin Fronteras en Tucson.
Ella, como muchos otros inmigrantes indocumentados de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT), salió de su país escapando de la persecución que experimenta esta minoría en la región.
Por ello, Hernández se entregó voluntariamente en la frontera con México pero se dio contra otra pared. “Los guardias se burlaban de mí, otros de los detenidos también me acosaban constantemente”, manifestó.
“Fue muy doloroso, dentro del centro me llamaban ‘la cosa'”, recordó esta inmigrante, que a los 12 años dejó de ser Abner Neftali para convertirse en Nicoll.
La guatemalteca aseguró que el principal problema es que solo existen dos categorías entre los detenidos, hombres o mujeres, no hay un lugar para las personas homosexuales o transgénero.
“Nicoll es un ejemplo de muchas personas más que están en su misma situación, quienes están sufriendo condiciones inhumanas en los centros de detención de inmigración”, dijo Raúl Alcaraz, directivo de Mariposas Sin Fronteras, organización que también luchó a favor de la liberación de Hernández.
#Libertad para Nicoll
La organización Mariposas sin Fronteras publicó en su web que en su primer mes de detención Nicoll pasó por revisiones corporales por guardias del sexo masculino, recibió “comentarios y gestos sexuales y ofensivos” y que en repetidas ocasiones se le jaló la cabellera. Fue por todo esto que se puso en marcha una petición para liberarla lo más pronto posible.
LGBT: una minoría en riesgo constante
Esta organización y otros grupos civiles señalaron que estudios han demostrado que los indocumentados que son homosexuales, transgénero, bisexuales o lesbianas corren más riesgo de ser maltratados, acosados o inclusive violados dentro de estos centros.
Alcaraz aseguró que ninguna persona de la comunidad LGBT debería se enviada a centros de detención, debido al nivel de abuso y discriminación que enfrentan allí.
“Estas personas vienen escapando del abuso y del acoso que sufren en sus países debido a sus preferencias sexuales, pero es el mismo trato que encuentran en los centros de detención de ICE”, cuestionó.
Por su parte, fuentes de ICE en la región aseguraron que trabajan para informar y educar mejor a los guardias para que ayuden a los inmigrantes LGBT, pero que hasta el momento la única forma son las celdas de aislamiento, lejos del resto de los detenidos.
ICE precisó que se toma “muy en serio” cada queja de abuso contra detenidos, pero que no puede comentar sobre un caso en específico.
“En los centros de detenciones las personas transgénero deben de recibir el mismo respeto al que cualquier otra persona tiene derecho”, aseguró Nicoll Hernández, quien dijo que luchará a favor de los de derechos de personas como ella para que no sufran discriminación.
Se estima que:
De los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país, 267,000 son miembros de la comunidad LGBT, según un reporte de 2013 del centro de estudios políticos Center for American Progress.
Nicoll Hernández