El régimen afirma que la población tiene acceso libre a la red de redes.
Por qué tiene Cuba tan mal índice de conexión a internet
El Departamento Ideológico del Partido Comunista es el responsable de aplicar la política informativa del régimen. Dicho departamento mantiene un estricto control sobre las informaciones que los medios oficiales brindan a la población. Hay muchos temas que son tabú. Los periodistas no pueden criticar al Gobierno. Todo lo relacionado con el comportamiento de la economía nacional está rodeado de secretismo. Tampoco pueden referirse a las violaciones de los derechos humanos ni a la represión contra los luchadores pro-democracia.
Es de ilusos esperar que con el actual régimen haya libertad de información y expresión. Todo el accionar antidemocrático de la dictadura descansa en la Constitución de la República. Específicamente en su artículo 53 advierte: "Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista".
El proceder de los cuerpos represivos contra los opositores está amparado en el artículo 62: "Ninguna de la libertades reconocidas a los ciudadanos pueden ser ejercida contra los establecido en la Constitución ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión de construir el socialismo. La infracción de este principio es punible".
Eso explica la negativa del Gobierno a liberar el acceso de los cubanos a internet, la TV satelital, y el deliberadamente ralentizado desarrollo de la telefonía fija y celular. De permitir el régimen el libre acceso a internet y la televisión satelital, perdería el control que ejerce sobre la información que se le brinda al pueblo.
Los medios oficiales pretenden dar la falsa imagen de que el Gobierno trabaja en la dirección de liberar estas tecnologías informativas. Eso es totalmente falso. Lo que ha hecho es insignificante, si se tiene en cuenta las enormes potencialidades que existen en Cuba para que las TIC puedan tener mayor penetración.
En el artículo de Onaisys Fonticoba, publicado el pasado 14 de mayo en el diario Granma, la periodista pinta un panorama como si Cuba hubiera entrado en la era digital y la sociedad de la información.
La población cubana, al finalizar el año 2014, ocupaba uno de los primeros lugares de analfabetismo informático del Hemisferio Occidental. No obstante, la periodista de Granma asegura que "Cuba cuenta con tres millones de usuarios con acceso a las redes, en lo que se incluye correo electrónico e internet".
Tal desatino lo desmienten los datos que da la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en su informe Panorama Económico y Social de Cuba, edición abril de 2015, en el capítulo referido a "Tecnología de la Información y las Comunicaciones. Indicadores seleccionados".
Según dicho informe, en el país funcionan 688 centrales telefónicas, de ellas 616 digitalizadas. Al finalizar 2014, el total de líneas telefónicas fijas era de 1.288.463; de ellas estaban digitalizadas 1.271.359, el 99,6% del total. De ese total de líneas digitalizadas, corresponden al sector residencial 967.973.
Argumenta la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) que está impedida de brindar la conexión de internet a las personas que puedan pagar este servicio, debido a limitaciones de recursos financieros y a problemas tecnológicos, principalmente por culpa del embargo impuesto por Washington.
Esa justificación es totalmente falsa. La negativa responde a asuntos de naturaleza política, no a problemas tecnológicos.
De acuerdo a lo plasmado en el mencionado informe, estaban registradas en el país 1.014.400 computadoras. De ese total, estaban conectadas a Internet 515.400. De manera alternativa, 2.923. 000 usuarios se conectan a la red. Pero la mayoría no fue realmente a internet que se conectaron, sino a la red interna cubana conocida como intranet.
Respecto a internet, el Gobierno ha extremado las restricciones y el control. El acceso a internet solo está autorizado a universidades, instituciones científicas, direcciones nacionales de las organizaciones de masas, dirigentes nacionales y provinciales del Partido Comunista, un selecto grupo de periodistas oficialistas, los más dóciles integrantes de la Unión de Escritores y Artistas (UNEAC), un puñado de intelectuales orgánicos y dirigentes de empresas que tienen un importante peso en la economía nacional. La cifra de autorizados, en su conjunto, es insignificante.
El Gobierno dice que la población tiene acceso libre a internet y pone como muestra de ello las 166 salas de navegación habilitadas por ETECSA, las 95 recientemente abiertas en los Joven Club de Computación y las 89 que funcionan en hoteles y aeropuertos. Sin embargo, los periodistas oficiales que escriben sobre este tema no dicen que en las salas de ETECSA y los Joven Club de Computación hay que pagar 2,25 dólares la hora (hasta diciembre costaba 4,50 dólares) y que en los hoteles y aeropuertos fluctúa entre 6 y 10 dólares la hora.
Para la mayoría de los cubanos, que ganan alrededor de 23 dólares mensuales, los avances de la comunicación que marcan a las sociedades del siglo XXI, son algo inalcanzable.
Tal situación, por mucho que intenten disfrazarla, es una vergüenza para el Gobierno del general Raúl Castro.