*Carlos Gutiérrez, republicano del círculo de familia Bush,
respalda la novedosa política de Obama: "Hay que avanzar lo más posible"
Por Juan Carlos Igorri / Washington / El País - AmericaLa política anunciada el pasado 17 de diciembre por el presidente Barack Obama en la Casa Blanca y por el líder cubano Raúl Castro en La Habana, encaminada a iniciar conversaciones para reestablecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba rotas el 3 de enero de 1961, empieza a recibir apoyos de dirigentes muy respetados en el Partido Republicano que tradicionalmente ha rechazado todo contacto con el régimen de la isla.
Uno de esos dirigentes es sin duda Carlos Gutiérrez, que fue secretario de Comercio de George W. Bush y que con siete años de edad salió con su familia de Cuba, donde nació y adonde jamás ha regresado. "Debemos de seguir en esta política puesta en marcha por el presidente Obama", dijo Gutiérrez en el programa Club de Prensa desde Washington, "porque no perdemos nada". El exsecretario de Comercio se mostró partidario de que Cuba fuera retirada de la lista de países que apoyan el terrorismo elabotrada por el Departamento de Estado, cosa que ocurrió el viernes.
Las palabras de Gutiérrez en Club de Prensa no son de poca monta. Han sido pronunciadas por un hombre que inspira un enorme respeto en las filas del Partido Republicano. Con un currículum envidiable, pues Gutiérrez fue presidente ejecutivo de la multinacional Kellogg y ahora es socio de una firma encabezada por la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, hay quienes consideran que, si Jeb Bush llegara a la Casa Blanca, Gutiérrez podría convertirse en el jefe de la diplomacia estadounidense.
Sus declaraciones van incluso en contravía de las de otros republicanos destacados como el senador cubanoamericano por la Florida y precandidato presidencial Maco Rubio, o el expresidente del Comité de Relaciones Exteriorres del Senado, Bob Menendez.
En la entrevista, en la que habló asimismo de la campaña a las elecciones presidenciales de Estados Unidos que tendrán lugar en noviembre del año entrante, Gutiérrez fue incluso más allá. Ante la pregunta de si aceptaría ser embajador de Obama en La Habana, respondió que lo consideraría.