El menú de Pepe
Vendedores callejeros cubanos.
Cuando un cubano decide que almorzar todos los días sería una gran cosa
Pepe es un habanero [*1] cincuentón, que vive solo en su pequeño apartamento ya que su mujer se fue de visita a ver a una hermana y “se quedó”, su único hijo vive con su novia en la casa de la familia de ella. Pepe no gana mal, unos 500 pesos [alrededor de $20] al mes y acaba de pagar la olla arrocera y el refrigerador, no tiene deudas ya que el apartamento está pago.
Por tanto Pepe, que es un tipo sencillo, sin grandes pretensiones, ha considerado que se puede dar algunos lujos y para empezar ha decidido tomarse diariamente el vaso de leche que hace años le prometieron, por tanto empezó a sacar sus cuentas: la lata de leche condensada le cuesta 36 pesos y con cinco podría tomarse un vaso de leche diariamente, lo cual suma 180 pesos; pero como lo que a él le gusta es el café con leche va tener que comprar más, ya que en la bodega solo le dan una onza de café, calcula que con tres onzas más el soluciona el problema lo cual le va a costar otros 30 pesos, por tanto ha resuelto su desayuno con 210 pesos
Pepe ha decidido que almorzar todos los días sería una gran cosa, y como Pepe no es precisamente un gourmet él cree que arroz con huevo frito sería una buena opción para hacer sus almuerzos, quizás un tanto aburrido pero nutritivo. Para ello tendrá que comprar más arroz que el que recibe por el racionamiento que son 5 libras y según su estimado solo le alcanzaría para 20 días, a cuatro onzas por almuerzo, tendrá que comprar 40 onzas más lo cual le costará 27 pesos , pero a Pepe le falta lo principal: los huevos
Por la libreta de racionamiento le “tocan” cinco huevos, necesita 21 más, ya que para los domingos siguiendo una arcaica tradición cubana va a planear un almuerzo especial, los cuales a 2,40 pesos cada huevo en la shopping va a sumar 50 más los 27 del arroz dan un total de 77 pesos, pero va a poder almorzar opíparamente todo el mes y quizás si le agrega unos platanitos fritos que le salen a dos pesos el plátano en el “agro” pues sería muy feliz, así que le añadimos 15 plátanos para todo el mes que son $30, en total $107 para un excelente almuerzo todos los días del mes.
Pero falta la comida [cena] y el almuerzo tardío de los domingos. Pepe ha pensado que para las comidas no es necesario incluir ninguna proteína ya que con el huevo del almuerzo ya tiene suficiente, entonces con arroz y frijoles puede pasarla requetebién. Entonces tendrá que comprar 6½ de arroz es decir 4 onzas por comida y la misma cantidad de frijoles. El arroz le saldrá en 33 pesos en el “agro” y los frijoles tendrá que completarlo también en el “agro” ya que las 10 onzas que le “tocan” no van alcanzar eso sumará 82 pesos. Él piensa que habrá que comprar alguna cebolla y ajo para condimentar los frijoles y por tanto añade un macito de cebolla a 10 pesos y una cabeza de ajo 5, en total las comidas sólo le costarán 130 pesos.
Para los almuerzos del domingo tiene en mente suculentos banquetes: un domingo se comerá la mitad del picadillo de soya que le dan racionado, es decir 4 onzas y el resto, otras 4 onzas en un domingo alterno. Y lo mejor, le queda el pollo que con la libra que tiene asignada al mes por la libreta de racionamiento, puede pensar en variar, un domingo ½ libra se la comerá frito y la otra ½ hará un festín: arroz con pollo. Quizás agregarle al almuerzo del picadillo unas yuquitas, serían unos 3 pesos la libra; un ají para el arroz con pollo y como condimento para los potajes nocturnos 10 pesos y para cerrar con broche de oro unos tomates y pepino de ensalada dominical, agregarle 8 pesos.
Pepe sacas sus cuentas y la suma es de 468 pesos más los 20 que le cuesta sacar los mandados de la bodega le quedan solo 12 pesos de su salario, y tiene que pagar unos 3 pesos del agua, alrededor de 50 de electricidad y además faltan los gastos de transporte y otras menudencias. Pepe se rasca la cabeza y piensa “voy a tener que inventar”.
[*1] El ser habanero tiene su importancia ya que la cuota de racionamiento que recibe, y le cuesta unos 20 pesos, puede ser hasta tres veces mayor en algunos artículos que la que recibe la población del resto del país. Por ejemplo en los años 70’ [quién se acuerda de eso] un habanero, de la capital, recibía ¾ de libra de carne, quincenalmente mientras que un habanero del campo sólo recibía ¼ de vez en cuando. Eso explica por qué los orientales ven a La Habana, la capital, como el Dorado, así mismo ven los habaneros a Miami.