Los logros del exilio cubano
Por Guillermo I. Martínez | El Nuevo Herald El Nuevo Allá por el año 1982 el exilio cubano atravesaba por momentos difíciles.
Algunos medios de prensa destacaban crímenes cometidos por unos pocos delincuentes llegados por el puente marítimo de Mariel en 1980 para hablar mal de todos los cubanos.
Recuerdo en particular a un americano que tenía un programa importante en una estación de noticias locales en inglés que todas las noche hablaba mal de los cubanos. El no distinguía entre los que cometían fechorías y los que trabajaban duro para mejorar el futuro de sus familias y de la comunidad. Además le molestaba el éxito que ya tenían los exiliados que mayor tiempo tenían en la comunidad. Le molestaba que quisiéramos hablar en español, mantener nuestras costumbres y que no estuviésemos desesperados por integrarnos a esta gran nación.
Era un ambiente caldeado. Había quienes se quejaban que los cubanos tenían entrada fácil a Estados Unidos mientras los haitianos eran encarcelados en el centro de detenciones de Krome hasta que inmigración decidiese su futuro.
Fue en ese entonces que un grupo de hombres de negocios cubanos unidos a algunos líderes cívicos se reunieron para crear una organización que respondiese con la verdad a todas esas mentiras que se lanzaban a mansalva en los medios de prensa escrita y electrónica.
En ese año este grupo de cubanos, entre los cuales se encontraban los ya desaparecidos Luis Botifoll y Tere Zubizarreta junto a otros como Sam Verdeja y Armando Codina se reunieron para crear FACE (Facts About Cubans in Exile). FACE, o información sobre los cubanos en el exilio, pronto comenzó sus labores de responder con hechos a las falsas acusaciones que se hacían contra los cubanos.
(Me perdonan el resto de los fundadores por no mencionar sus nombres, pero la lista es larga y el espacio para esta columna corto).
Por décadas FACE ha sido y sigue siendo la voz de un exilio que no quiere que sus logros se olviden, o pasen desapercibidos. La organización daba premios anuales a los cubanos más distinguidos en muchos oficios y profesiones. Premiaron a peloteros, a banqueros, a periodistas y a funcionarios públicos. Todo aquel que con su labor mantenía en alto el nombre de los cubanos que huían del comunismo en Cuba eran recordados.
Recientemente FACE publicó un libro en inglés sobre la historia de Cuba a partir de 1940 y de los logros de los exiliados en las diversas profesiones. Es un libro grande como los éxitos de los cubanos. Este año, en las próximas semanas, saldrá la segunda edición del libro en español.
El libro se hizo en inglés primero porque cuando sus editores comenzaron a trabajar en él, pensaron que lo más importante en el 2010 era llegarle a los americanos y a las nuevas generaciones de cubanos nacidos en este país. Los fundadores de FACE no querían que estos cubanos americanos se olvidaran de sus raíces. Querían que estuviesen orgullosos de los logros de sus padres y, a medida que pasaban los años, de sus abuelos. Ellos sacrificaron todo para lograr que sus familias vivieran en democracia y libertad. Querían además que sus hijos tuviesen la oportunidad de triunfar en un mundo de libertad y democracia.
Ahora, en las próximas semanas el libro saldrá en español. Y viene justo en el momento oportuno. Gústenos o no, Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama se ha acercado mucho a Cuba y quiere establecer relaciones diplomáticas y aumentar los contactos personales y comerciales con el gobierno comunista de la Isla.
A los que se preguntan si FACE sigue teniendo vigencia hoy con el acercamiento a Cuba hay que darle una respuesta directa. Ahora más que nunca se necesita a FACE y el libro en español.
Los cubanos en la isla desconocen hasta la verdadera historia de Cuba y por supuesto tienen una visión completamente distorsionada del exilio cubano. Los exiliados tenemos derecho a sentirnos orgullosos de lo logrado y queremos que los cubanos jóvenes de aquí y todos los de allá conozcan nuestra historia.
No podemos permitir que Cuba ignore o tergiverse la historia del exilio. Esta historia de más de dos millones de cubanos que abandonaron su patria para no ser esclavos del comunismo hay que contarla y repetirla, para que todos aquí y allá la conozcan bien. Para que conozcan nuestros logros y quienes han llevado la honra de ser cubano a todos los rincones del mundo en incontables oficios y profesiones.