¿Qué cosas han cambiado entre
Cuba y Estados Unidos en seis meses de deshielo?
Se cumplen seis meses de cuando Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el deshielo de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, tras 52 años de aislamiento del régimen comunista. Cerraban así una de las señas históricas de la Guerra Fría más de dos décadas después de la caída del telón de acero. Sin embargo, la normalización avanza aún lenta, así como continúan vigentes las demandas históricas de democracia en la isla y el fin del embargo.
Desde el seísmo político del pasado 17 de diciembre, cuando se anunció una nueva era entre ambos países, varios acontecimientos que parecían inconcebibles se han sucedido con el paso de las semanas. Obama comenzó con una petición al Congreso para estudiar la posibilidad de levantar el embargo, principal arma estadounidense para aislar a Cuba tras haberlo impuesto en 1962.
En abril, los presidentes de Estados Unidos y Cuba se reunieron en la Cumbre de las Américas, simbolizado en una fotografía nunca vista en casi medio siglo. Tras ese encuentro, Obama autorizó la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional.
Igualmente, desde la salida oficial de la lista terrorista, se ha avanzado para la reapertura de las embajadas tanto en La Habana como en Washington, con la oposición de los disidentes cubanos en el exterior y del ala dura republicana. Según recoge AFP a partir de fuentes de las diplomacia cubana y estadounidense, el reestablecimiento de las instituciones se efectuará en cuestión de semanas, una vez que las partes se pongan de acuerdo puesto que deben arreglarse antes algunos procedimientos en ambas orillas del estrecho de Florida antes de abrir las embajadas.
En primer lugar, los dos países deberán informar a Suiza que no necesitan más protección diplomática y la Casa Blanca tiene 15 días para estudiarlo, pero «no podrá oponerse», según un alto cargo del Departamento de Estado.
«Viendo desde donde se viene, el balance del anuncio de deshielo es incontestablemente positivo», dice un antiguo diplomático cubano, Jesus Arboleya, a AFP. Añade que la aparición de grupos de presión en Estados Unidos, en parte integrados por hijos y nietos de exiliados cubanos, «originan un equilibrio antes inexistente sobre la cuestión cubana».
Acercamientos empresariales
Estos seis meses han permitido también la visita de varios líderes internacionales a la isla, como François Hollande, presidente de Francia, que se apresuró por situar a su país en una buena posición de salida una vez que se normalicen las relaciones comerciales con la isla de cara al exterior.
Como el régimen comunista está introduciendo progresivamente -y lentamente- reformas de apertura, también empresarios estadounidenses han explorado en las últimas semanas nuevas oportunidades de negocio, que van desde aerolíneas hasta bufetes de abogados, como apunta «Pew Research Center» en un análisis sobre la coyuntura económica cubana.
Relaciones económicas
El think tank norteamericano subraya que pese al embargo, Estados Unidos ha estado haciendo negocios en la isla. Según el Census Bureau, el año pasado las exportaciones a Cuba alcanzaron la cifra de 273 millones de euros, de los cuales 96% fueron alimentos como carne, maíz, pienso, etc. Estas ventas están permitidas gracias a una ley del año 2000 que modificaba el embargo, bajo la cual Cuba puede comprar ciertos productos agrícolas, medicinas y material médico pero pagando en efectivo.
La balanza comercial, que arroja que Cuba importa mayoritariamente bienes y exporta servicios, sigue dependiendo enormemente del petroestado de Venezuela: su principal socio protagonizó con un 37% las importaciones cubanas en 2013, país al que le siguieron China (12%) y España (9%).
Con una subida del 1,3% el pasado año, según cálculos del World Factbook de la CIA, Cuba confirmó la ralentización de su crecimiento, tras picos del 12% a mediados de la pasada década.