Willy Chirino
Quiere que sus hijos no dejen de soñar
El intérprete de grandes éxitos, padre de seis hijos y abuelo de tres nietos, asegura que aún tiene mucho por hacer y reveló que ha aprendido a valorarse más a través de los años
Cantautor cubano Willy Chirino
WILMA HERNÁNDEZ / Diario las AmericasWilly Chirino, que ha llevado la música cubana por el mundo, habló sobre sus grandes pasiones: la música y su familia.
El cantautor cubano, que recientemente se reencontró con su público en Miami, quiere que sus hijos lo recuerden como un padre que está presente en cada momento de sus vidas. “Me preocupa llegar a viejo y pensar que yo no haya sido un buen padre para mis hijos”.
De hecho, Chirino contó que durante la graduación de la secundaria de su nieta, uno de sus hijos le preguntó si sus padres habían estado presentes en la celebración y él respondió: “mis padres no, yo mismo no estuve en mi graduación de High School porque estaba trabajando”.
En esa época, Chirino ya trabajaba desde sus 16 años para ayudar a su madre, pero no se quejaba pues disfrutaba lo que hacía. “Sacrifiqué mi juventud del típico muchacho que sale de fiesta los fines de semana porque estaba trabajando, pero como músico he vivido haciendo lo que me gusta”, expresó entre risas el intérprete de Medias Negras.
¿Cómo visualizas la evolución de los sonidos cubanos?
Cuando salí de Cuba en 1961 los ritmos cubanos estaban todavía muy marcados, la guaracha, inclusive todavía sonaba el danzón que después desapareció. En esa época había una desinformación tremenda de ambos lados. Estaba todo tan aislado que era casi imposible saber lo que estaba sucediendo musicalmente. Definitivamente llegaron los Van Van que marcaron una etapa y un estilo de música cubana que es diferente, y a la misma vez sin nosotros saber que en Cuba se estaba haciendo eso, aquí surgió un movimiento musical que llamamos el sonido de Miami.
Creamos una fusión de ritmos cubanos con rock, música brasileña y del Caribe cuando en realidad la fusión no se usaba. Entonces era difícil que las emisoras de radio tocaran nuestra música porque estaban definidas. Unas tocaban baladas, otras salsa o merengue, y a nosotros, que éramos una ensalada, no sabían dónde ponernos. Pero fuimos pioneros y en realidad eso ayudó posteriormente a la música dentro de Cuba a que se crearan esas fusiones y hubieron músicos que cambiaron todo este movimiento de la timba que empezó a finales de los 70 y que fue incrementado hasta ahora que el Cubatón se ha apoderado de lo que es la música cubana.
Hoy hay más artistas independientes, ¿cómo crees que esto influye en la música?
Definitivamente ayuda. La música es expresarse, es crear y tocar emociones humanas. Yo lo he hecho todo el tiempo. A través de la letra de una canción tocas las emociones de la gente, envías un mensaje social, político. Eso es muy efectivo. Siempre se ha utilizado la música como una manera de concientizar. Por ejemplo, el movimiento hip hop cubano en el que esta Aldeano, etc., también utilizan la música y ves el sentir del pueblo a través de lo que ellos cantan y rapean.
¿Qué podrías destacar de la industria de la música hoy?
Hoy por hoy un artista graba un disco y es una manera de promover sus conciertos en vivo. Antiguamente se ganaba dinero de la venta de discos, ya eso no sucede. Hasta los CD han desaparecidos. La fuente iTunes está siendo afectada por Spotify y Pandora. Ahora también salió Apple con un servicio de streaming y eso afecta el bolsillo del artista, porque hay menos venta. Me imagino que algún momento pasen algún tipo de ley porque YouTube y Pandora pagan tres centavos por medio millón de tocadas.
Es una cosa espantosa, entonces algo hay que hacer al respecto porque ellos venden sus comerciales y subscripciones y ganan dinero a través de la música nuestra y tiene que haber algún intercambio. Por otro lado, hay menos artistas privilegiados, que son los escogidos por las compañías de disco que echan miles o millones de dólares a la carrera de tal artista. Aunque eso existe todavía pero mucho menos que antes, y sí tiene más posibilidades un grupo musical que no tiene mucho apoyo de promover su música a través del internet y de pronto tienen un éxito viral.
¿Qué has aprendido a través de tu larga carrera?
He aprendido a valorarme un poquito más. A respetar a los artistas que abrieron el camino para que nosotros llegáramos a donde estamos. He aprendido tantas cosas. Creo que todo se aprende a través de lo que uno hace. Lo que se aprende en un escenario no tiene precio. O sea, el valor que tiene la calle, por decirlo así, no se compra en una bodega ni se estudia en una universidad. Por eso yo les digo a mis hijos e insisto que un artista debe estar en un escenario porque aprende muchísimo y crea esa confianza en sí mismo, en saber que le llega a la gente.
¿Siempre fue la música tu prioridad o tuviste un plan B?
No, el plan B estaba en la mente de mis padres, porque no vengo de una familia musical. Mi padre era abogado, mi mamá farmacéutica y mis tíos son médicos e ingenieros graduados de la Universidad de la Habana, pero yo nací músico. Desde que tenía seis años me reunía en la panadería de la esquina con gente que le gustaba la percusión a tocar la rumba. Aunque tuve una afición por la pintura cuando niño. Era retratista y estudié en la escuela de artes plásticas de Pinar del Río.
¿Escucharemos un nuevo disco pronto?
Estoy trabajando en eso. Esas cosas también han cambiado. Antes se esperaba a tener 10 o 12 temas para lanzar un álbum. Ahora haces las canciones y las lanzas una por una, y cuando tienes 12 las reúnes y dices aquí está el disco. Ya estamos terminando la tercera.
¿De que tratan las canciones?
Totalmente mi estilo. Te puedo adelantar que hay una que se llama Música, que habla de lo que significa la música para mí. Tiene un swing y un sabor muy especial. Hay otro tema sobre un hombre a nivel de desespero porque su novia lo dejó y quiere retomar la relación.
¿Qué consejo darías a los nuevos artistas?
Les diría lo mismo que me pudo haber dicho Celia Cruz: que crean en sí mismos, que sigan su corazón y trabajen arduamente. Si creen que van a dedicarse a la música emborrachándose todas las noches y gozando la vida, eso no es así. El artista trabaja tanto o más que cualquier otra persona. Yo todavía paso aquí noches larguísimas, porque utilizo la noche para la musa y paso noches interminables escribiendo letras de canciones. Mi consejo para cualquier joven sería que busquen lo que más les gusta hacer y traten de ganarse la vida haciéndolo. Ese es el éxito y yo lo logré. Me gano la vida haciendo lo que me apasiona y eso es la música.
¿Qué gran sueño te falta por cumplir?
Muchísimos. El artista nunca debe dejar de soñar. Quiero recorrer el mundo, abrirme camino en lugares donde no me conocen y seguir grabando discos.
¿Cuál ha sido la clave de un matrimonio estable a pesar de la fama?
No hay amor sin admiración. No existe. Tienes que admirar a una persona para amarla y nuestra relación comenzó con admiración. Además tenemos mucho en común, a parte de la música. Ella (Lissette) es noctámbula igual que yo. También nos damos espacio. No trato de cambiarla a ella ni ella a mí.
¿Cómo eres como padre?
Tengo seis hijos. Vivo muy pendiente de ellos. Demasiado preocupado. Ayudo en todo lo que pueda y me involucro en la vida de cada cual. Hablo con cada uno de ellos por lo menos una vez al día.
¿Cómo consientes a tus nietos?
Ya son tres nietos el más chiquito tiene seis meses. Es un muñecón. Me tiene arrebatado. Soy cómo era mi madrina conmigo, que era demasiado consentidora. Ella marcó mi vida porque me enseñó a soñar. Si algo trato de enseñarles a mis hijos es que sueñen y que se enfoquen en lo que quieren en la vida.