Ahora la ley es igual para todas las parejas
Residentes de Nueva York recorren la 5a Avenida durante la Marcha del Orgullo Gay en Manhattan. Las parejas del mismo sexo tienen en los Estados Unidos el derecho constitucional de casarse, en cualquiera de los 50 estados de la unión.
Residentes de Nueva York recorren la 5a Avenida durante la Marcha del Orgullo Gay en Manhattan.
El fallo histórico de la Corte Suprema sobre el matrimonio gay, el pasado viernes, representa una victoria de largo alcance de los Derechos Civiles asegurando así que a ningún estadounidense se le niegue la igualdad bajo la ley y la seguridad del matrimonio.
Los Estados están en el deber de acatar el fallo. Esto no quiere decir que se va a obligar a los centros de fe religiosa (iglesias, sinagogas, mezquitas) a cambiar sus reglas sobre el matrimonio. Las creencias religiosas están protegidas en la Primera Enmienda, pero la Constitución también protege los derechos de todos los norteamericanos en el ámbito civil.
Así como el divorcio es legal en este país y esos que están divorciados pueden, bajo la ley, casarse con una nueva pareja; a pesar de que las leyes religiosas de la Iglesia Católica, por ejemplo, no permiten que los divorciados se vuelvan a casar sin que medie una dispensa especial. Ambas normas pueden coexistir y lo hacen.
En Florida el asunto fue resuelto hace casi seis meses atrás cuando un juez federal anuló la prohibición estatal sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo. El estado luchó contra la sentencia, pero el viernes la Procuradora general, Pam Bondi, quien encabezó el esfuerzo de apelación, aceptó la derrota legal y el carácter definitivo de la decisión del Tribunal Supremo:
“Hoy la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos proveyó la claridad que nuestro estado y condado estaba buscando. … Los esfuerzos legales no fueron basados en creencias personales u opiniones si no basadas en el Estado de Derecho. La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos tiene la palabra final en cuanto a interpretar la Constitución, y la Corte se ha pronunciado”.
El hecho de que la decisión de la Corte Suprema fue precedida por la casi unanimidad de cortes mas bajas, no le resta importancia al fallo. Más de 50 cortes inferiores decidieron a favor de la igualdad matrimonial después que los jueces del alto tribunal revocaran la Ley de Defensa del Matrimonio en el 2013. El fallo del viernes era el resultado lógico después de un largo proceso legal, pero en ningún momento garantizado debido a la profunda división ideológica en la corte.
El fallo se hizo necesario después que la mayoría de los estados – pero no todos – aprobaron el matrimonio entre personas del mismo sexo, creando así una situación social y jurídica insostenible: Las parejas gay se podían casar en los 36 estados donde vive el 70% de los norteamericanos, pero no en el resto. Esto planteó una serie de cuestiones desconcertantes. ¿Podría una pareja casarse en un estado y mudarse a otro donde no se ha reconocido ese derecho? ¿Podrían las parejas homosexuales casarse en un estado y divorciarse en otro que no reconoce el matrimonio homosexual? Además, la endeble legalidad del matrimonio gay estaba causando complicaciones en temas como la declaración de impuestos y las finanzas personales.
Como escribiera el magistrado Anthony Kennedy en su decisión mayoritaria: “Por virtud de su exclusión de esa institución, a las parejas del mismo sexo les está negada una constelación de beneficios que Estados Unidos ha vinculado al matrimonio. Este daño resulta en más que solo las cargas materiales. Las parejas del mismo sexo están consignadas a una inestabilidad que muchas parejas de sexos opuestos considerarían intolerables en sus propias vidas”.
La opinión de la mayoría declaró que, en efecto, el Estado no tiene razón de peso para negar el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Ahora se les reconoce esos mismos derechos en todos los estados.