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General: Feliz Día de La Independencia de EEUU., un país orgulloso de sí mismo
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: SOY LIBRE  (Mensaje original) Enviado: 04/07/2015 18:08
 Gif de estados unidosUn país orgulloso de sí mismo
GRACIAS AMERICA POR HABERME DADO LO QUE
MI PAIS DE ORIGEN ME NEGO, EL DERECHO A VIVIR EN LIBERTAD
 
  
Casi nueve de cada 10 ciudadanos sienten que pertenecer a este país
es motivo suficiente para estar agradecido, para sentirse identificado con su cultura y sus valores
               Por J. GONZAL   
Seguramente no haya no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo una fiesta más conocida que el 4 de Julio. Incluso fuera de las fronteras de este país, gracias a la fuerza de los medios de comunicación y, especialmente, a la potencia de Hollywood, es muy difícil encontrar a alguien que no haya oído que hoy Estados Unidos está de fiesta para celebrar la firma de la Declaración de la Independencia que puso los cimientos de la que sería la historia del país más poderoso del mundo.

Fue un día como hoy, en el 1776, cuando acababa definitivamente la dependencia del Imperio Británico y comenzaba el camino de la libertad que, desgraciadamente, aún estaría lleno de sangre y episodios vergonzosos -como el esclavismo- pero del que hoy la inmensa mayoría de los ciudadanos de esta nación -provengan del país que provengan- se sienten orgullosos.

Episodios
Porque pese a errores históricos, que no son exclusivos de esta nación, hay un hecho que no tiene discusión: el orgullo de ser estadounidense no ha decaído. La sociedad estadounidense puede incluso en estos días, cuando han pasado más de dos siglos de aquella firma, que esté en uno de los momentos políticos más polarizados de su historia pero, ni un ambiente tan enrarecido consigue acabar con el sentimiento de satisfacción de ser estadounidense.

Casi nueve de cada 10 ciudadanos sienten que pertenecer a este país es motivo suficiente para estar agradecido, para sentirse identificado con su cultura y sus valores, pese a las diferencias propias -y necesarias- de una sociedad democrática y madura como la que hoy disfrutamos. Porque por encima de todas las divergencias, según el estudio de esta misma semana de la encuestadora Rasmussen Reports, donde aparecen estos datos, sólo una ínfima minoría casi residual del 4% no siente precisamente ese orgullo de pertenecer a la que muchos consideran la mejor nación del mundo.

De hecho, hoy, cuando millones de familias se reúnan para celebrar el cumpleaños de este país, en las tradicionales comidas en los patios, frente al televisor o en los estadios para ver deporte o miren hacia el cielo en los miles de lugares donde se lanzarán fuegos artificiales, la mayor parte se sentirá honrado de pertenecer, vivir y disfrutar de una de las mejores sociedades del mundo.

O al menos así lo comparte el 86% de los estadounidenses, según otro estudio de Pew Research Center, del que se desprende que la suma de los que afirman que el país de George Washington es el mejor o está entre los mejores países del mundo da dicha aplastante mayoría.
 
El secreto
¿Y cómo ha conseguido un país mucho más joven que la mayoría de los existentes en el Viejo Continente ocupar esta plaza tan destacada? Es conocida la historia y cómo los inmigrantes han sido fundamentales para forjar el presente de los Estados Unidos. En todo caso, y según Pew Research Center, los hoy estadounidenses creen que la razón por la cual hoy Estados Unidos está en esta posición destacada es por su capacidad de adaptación y cambio (en un 51%) o por su confianza en los principios que han fundamentado este país (44%).

Curiosidades y estadísticas de la Independencia
El 4 de julio es el día de fiesta por excelencia en Estados Unidos. Un día como este, en el año 1776, fue aprobada la Declaración de Independencia por el Congreso,  estableciendo una nación soberana, con 13 colonias en camino a la libertad.

La fiesta más americana de todas está marcada por desfiles, fuegos artificiales y parrilladas en todo el país. Hay algo especial para todo el mundo: reunirse con los amigos, pasar el tiempo en familia, cocinar o simplemente descansar viendo algún deporte favorito.

Sabías que Thomas Jefferson y John Adams, dos de los padres de la independencia de Estados Unidos, tras una larga historia de amistad y rivalidad, murieron el mismo día, el 4 de julio de 1826. Esta es una de las muchas curiosidades de la fiesta de Independencia.

También debe saber que millones de perros calientes, libras de pollo y carne se venden para esta gran celebración, y que se gastan millones de dólares en fuegos artificiales. Hay estadísticas de las distintas actividades que se celebran el 4 de julio. A continuación compartimos algunas recopiladas por el Censo:

2,5 millones es el número estimado de personas que vivian en la nueva nación independiente en julio de 1776.

La población estimada del país en este 4 de julio es de 319.047.000.

11 es el número de lugares en Estados Unidos que tienen la palabra "independencia" en su nombre.

$25 mil dólares al año fue el salario del primer presidente de los Estados Unidos, sin beneficios adicionales. Hoy día el salario presidencial sobrepasa el cuarto de millón de dólares anualmente, añadidos numerosos beneficios.

$3 millones de dólares es el valor de las importaciones de banderas nacionales en 2009, la mayoría hechas en China.

$301 millones: El valor anual de los embarques de las banderas y emblemas fabricados en el país, según los últimos datos publicados por el censo económico.

$309 millones de dólares fue Ee valor de los fuegos artificiales importados desde China en 2009.

Aproximadamente 170 millones de perritos calientes se consumen el 4 de julio

700 millones es la cantidad de libras de pollo comprado en la semana previa al 04 de julio

190 millones es la cantidad de libras de carne roja o carne de cerdo comprada en la semana previa al 04 de julio.

41 millones es el número de estadounidenses que pasarán el 4 de julio en casa de otra persona

252 millones es la cantidad de fuegos artificiales vendidos a personas para celebración el 4 de julio

900 millones cantidad total de dinero gastado en fuegos artificiales el año pasado.

138 es el numero de personas con el apellido del primer presidente, George Washington, entre todos los apellidos tabulados en el Censo.

Otros nombres presidenciales que aparecen en la lista es Adams (39), Jefferson (594), Madison (1209) y Monroe (567).

1 de cada 4 es la posibilidad de que las barbacoas incluyan hot dogs y salchichas de cerdo en su parrilla el 4 de Julio.

1 de cada 3 son las probabilidades de que incluya un plato de frijoles como acompañamiento el 4 de Julio.

86 millones es el número de estadounidenses que dijeron haber estado en un BBQ el año anterior.

Probablemente muchos de estos BBQ se llevaron a cabo en el Día de la Independencia.

Más curiosidades..
Los fundadores de la nación norteamericana escogieron la fecha del 4 de julio de 1776 para declarar la Independencia de los Estados Unidos; pero hubo que esperar trece años para que George Washington asumiera la presidencia de la nación el 30 de abril del 1789, jurando por vez primera en la historia la Constitución que los estados habían aprobado el 17 de septiembre de 1787.

El juramento presidencial de aceptación de cargos es breve. Lo traducimos:
“Yo juro solemnemente que desempeñare con fidelidad el oficio de Presidente de los Estados Unidos y al máximo de mis habilidades preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos”. El único presidente que hasta ahora ha preferido usar la palabra “afirmo”, en lugar de “juro”, fue Franklin Pierce, el viernes 4 de marzo del 1853.

George Washington es el presidente de los Estados Unidos que más designaciones de honor ha recibido. Un estado lleva su nombre, así como la capital de la nación. Hay 31 condados llamados Washington, 46 ciudades, dos lagos, una montaña y una isla. Las calles y avenidas que a lo largo del país se llaman George Washington son incontables.

Otro mérito excepcional de George Washington es que fue elegido sin oponentes en sus dos términos como presidente de los Estados Unidos. Para su primer período juró como presidente en la ciudad de Nueva York (30/abril/1789), y cuatro años y cuatro días después lo hizo en la ciudad de Filadelfia.

El Distrito de Columbia (DC), que está circundado por los estados de Maryland y Virginia fue designado en la década de 1790 como la sede de la capital de la nación. Fue bautizada en honor del primer presidente de la nación y en la misma se estableció la sede de las tres ramas del gobierno federal: la legislativa, la ejecutiva y la judicial.

La bandera es el símbolo nacional más reverenciado por los americanos. Fue el 14 de junio de 1777 que los fundadores patrios acordaron una resolución mediante la cual se estableció el estandarte para la nueva nación. El presidente George Washington se refirió en cierta ocasión a la bandera en estos términos: “Tomamos las estrellas del cielo, el rojo de nuestra madre patria, separándolo con franjas blancas para de esta manera indicar que nosotros nos hemos separado de ella, y las franjas blancas pasarán a la posteridad como símbolos de libertad”.

Hay tres figuras en los Estados Unidos que constituyen probablemente los tres símbolos más conocidos universalmente de la nación: la Estatua de la Libertad, el Tío Sam y la Dama Libertad.

Vamos sucintamente a referirnos a ellos.
La estatua de la Libertad, aunque parezca increíble, no fue creada en los Estados Unidos, sino en el estudio de un escultor francés llamado Frederic Auguste Bartholdi. Fue el 4 de julio de 1884, en Paris, que Ferdinand de Lesseps, constructor del Canal de Suez y presidente de la Unión Franco Norteamericana donó oficialmente la estatua como regalo a los Estados Unidos.

En mayo de 1885 la estatua fue desmantelada y empacada en 214 grandes cajones para su transporte en un navío de la Marina Francesa. En abril de 1886 finalizó  la construcción del pedestal y se dio inicio a la tarea de reensamblar la estatua, la que finalmente fue develada el 28 de octubre de ese mismo año, con la presencia de numerosos dignatarios de Estados Unidos y Francia. Cien años después correspondió al Presidente Ronald Reagan conducir los actos de celebración de su primer centenario.

El espíritu de la estatua se expresa en el famoso poema de Emma Lazarus, “El Nuevo Coloso”, y que aparece inscrito en una placa colocada en el interior del pedestal. Las frases finales de este poema son éstas: “dadme vuestros seres pobres y cansados, dadme esas masas ansiosas de ser libres, los tristes desechos de costas populosas. Que vengan los desamparados. Que las tempestades batan. Mi antorcha ilumina un umbral dorado”.

El Tío Sam es una personificación nacional de Estados Unidos que data de la guerra de 1812.

Según la tradición popular el origen del personaje tiene que ver con un grupo de soldados que estaba al norte de Nueva York, los que recibían barriles de suministros sellados con las iniciales U.S. (United States). Los soldados creyeron que las iniciales identificaban al proveedor de sus alimentos, Uncle Sam Wilson, de Troy, Nueva York.

El 15 de septiembre de 1961 el Congreso de los Estados Unidos adoptó la siguiente resolución:

“Resuelto por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, se acuerda que el Congreso reconozca a Uncle Sam Wilson, de Troy, Nueva York, como el progenitor del símbolo nacional de Estados Unidos, Tío Sam”. Un monumento en Arlington, Massachussets señala su lugar de nacimiento.

Sin embargo, existen otras teorías acerca del origen de este interesante personaje.

Probablemente Thomas Nast, un caricaturista creador de la imagen del Tío Sam, con sus patillas alargadas al estilo de Abraham Lincoln, fue uno de los responsables de la posterior popularidad de esta simpática representación visual de los Estados Unidos.

Durante la Primera Guerra Mundial se creó el famoso cartel del Tío Sam apuntando al espectador con las palabras “I Want You” (“Te Quiero a Ti”). El artista James Montgomery Flagg, quien pintó el cartel en 1917, usó una versión modificada de su propio rostro para la cara del Tío Sam.

El veterano Walter Botts posó para el dibujo que lo convertiría en el Tío Sam llamando a los americanos para que se inscribieran en el ejército para defender la libertad mundial. Este cartel estaba basado en uno británico de 1914 donde aparecía Lord Kitchener, y que fuera diseñado por Alfred Leete.

Columbia, “La Dama Libertad” es el equivalente femenino del Tío Sam, casi tan alta como éste; pero mucho más real en apariencia. Se le representa como una mujer escultural que luce una larga túnica blanca y que lleva sobre sus sienes un gorro frigio, adornado con estrellas, al tiempo que sostiene en sus manos una bandera de los Estados Unidos.

Como símbolo, Columbia es decenios de años anterior al Tío Sam, y a diferencia de éste, no fue originalmente una persona real, sino más bien la creación de artistas que con el correr de los tiempos la han presentado como la encarnación de la idiosincrasia de los norteamericanos: firme, resuelta, inquebrantable, y sobre todo, patriótica.

Thomas Jefferson y John Adams, dos de los padres de la independencia de Estados Unidos, tras una larga historia de amistad y rivalidad, murieron el mismo día, el 4 de julio de 1826, que además coincidió con el 50ª aniversario de la independencia de Estados Unidos.
  
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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 04/07/2015 18:37
Más Curriosidades
¿Fue el 4 de julio el verdadero día de
La independencia de los EE.UU.? Descubre la polémica
La fecha es discutida por muchos, ya que la votación de la independencia fue anterior y el decreto posterior.

Declaration-of-Independe (1000×663)
El cuadro de John Trumbull titulado «Declaración de independencia»

         JULIO TOVAR
Miles de familias, de adultos, adolescentes y ancianos, celebrarán el día de la independencia de los EE.UU. sin dudar por ningún momento de la fecha. El problema es que ese día ni se votó ni se firmó nada.

El sufragio sobre la independencia se realizó con éxito el dos de julio de 1776 cuando tuvo lugar la votación para aprobar la llamada «Resolución Lee», que debía su nombre a Richard Henry Lee de Virginia. Su espíritu recogía más de una década de problemas entre las Colonias y la Metrópoli, con la divisa «No taxation without representation» (No hay impuestos sin representación) y las célebres palabras del panfleto «Common Sense» del patriota Thomas Paine: «hay algo muy absurdo en suponer que un continente puede ser gobernado para siempre por una isla».

Primer aldabonazo político real del siglo de las luces, del siglo XVIII, esta tradición recogía tanto las ideas de gobierno del primer liberalismo inglés de John Locke como la tradición de los ilustrados franceses. La retórica del tiempo está bien recogida en el texto original de la Declaración de Independencia:
«Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios»

Fue pergeñada por John Adams, Benjamin Franklin y Thomas Jefferson a lo largo de junio y julio del mismo año, y aún con disidencias consiguió ser aprobada a inicios de julio de 1776. Ahora bien, la ley en sí no llegó tramitarse hasta agosto posteriormente, con lo que a efectos jurídicos el cuatro de julio no pasó nada. El historiador decimonónico Mellon Chamberlain pudo concretar la fecha de firma en el dos de agosto, investigando de manera minuciosa el diario de sesiones del Congreso.

Más aún, la declaración de independencia como tal, según recoge en el Pennsylvania Evening Post, fue ya publicada por la prensa en el citado dos de julio. La clave es que un documento posterior a la votación, escrito por Thomas Jefferson, se adoptó ese cuatro de julio, y quedó en el imaginario como el día de la independencia americana. La fiesta, la celebración de la independencia, tuvo lugar incluso cuatro días más tarde y en ella se vieron desfiles en Filadelfia y paradas militares. Los Estados más meridionales como Georgia no conocieron que eran «independientes» hasta bien entrado agosto. La declaración, por último, llega a los británicos nada menos que para el 30 de agosto. Pero, entonces, ¿Cómo llegó al imaginario popular el cuatro de julio como fecha de la independencia?

El historiador Ray Raphael de la Universidad de California afirma :

«La tradición oral y la imaginación artística llenaron los vacíos dejados por la documentación incompleta y seleccionada. Aunque existieron un grupo de hombres cultos que dejaron un importante volumen de cartas, diarios y memorias, estos eran representativos de una pequeña parte de la población, que no representaba al conjunto».

Incluso los propios protagonistas de la independencia, especialmente Jefferson, llegaron a crear y consolidar este mito afirmando que «firmaron la declaración el cuatro de julio». Para Peter De Bolla, profesor en la Universidad de Cambridge de Historia Cultural, «el cuatro de julio representaba una tradición previa» y su elección pudo supone una «continuación». En todo caso, la mitología, las mentiras sobre el origen de EE.UU., no se acaban aquí para el indagador curioso.

El cuadro que miente, la campana que no suena y la bandera que no existió
Para seguir con la confusión, el conocido cuadro de John Trumbull no muestra la firma de esta declaración, sino la presentación de esta a finales de junio a las colonias continentales. El gran público, de nuevo, lo confundió con la firma de la declaración de independencia, cuando en gran parte es una recreación bastante posterior del pintor en 1817.

Los mitos de este día siguen: la célebre campana de la libertad, que conoció incluso una marcha musical de Sousa (utilizada posteriormente por su grandilocuencia bufa por los Monty Python), no sonó este cuatro de julio. Fue una leyenda recogida por George Lippard en su libro para niños «Legends of the American Revolution» y nada hace pensar que tintineara ese día, sino más bien el ocho de julio, cuando la declaración fue leída de manera pública. Un mito todavía más endeble, la bandera de Betsy Ross, recoge como una simple costurera tejió la primera enseña de la nación estadounidense. La historia fue creada por los descendientes de Ross y la primera enseña de EE.UU. fue tejida por Frances Hopkinson, que envió un informe al almirantazgo para diseñar la «bandera de los EE.UU.».

Como constata la historiadora Marla R. Miller en su estudio sobre esta heroína, esto «no ha impedido» que ahora este personaje sea celebrado por todos como muestrario del genio popular del país. Aunque haya acabado, tal como la propia Miller afirma, siendo vendida como pequeña muñeca costurera que compran los turistas.

La leyenda que no muere
Una de las películas americanas en haber abordado de manera inteligente el choque entre la leyenda y la mentira es «El hombre que mató a Liberty Valance», de John Ford, para 1962. La epopeya de Ransom Stoddard, un culposo James Stewart, es construida por los periódicos para tapar el hecho paciente de un héroe anónimo como Tom Doniphon (John Wayne). Stoddard, en definitiva, no mató a Liberty Valance, pero el periodista que recoge el evento, en la lógica de los periódicos de frontera del tiempo, establece esa cita célebre:

«Esto es el Oeste, señor. Cuando la leyenda se convierte en un hecho, hay que imprimir la leyenda».

La formación de la nación estadounidense, endeble en estos tiempos en los cuales todavía las colonias pleiteaban entre sí, fue el caldo de cultivo para la creación de una mitología nacional que ha pervivido hasta nuestros días. Así, los escolares estadounidenses aprenden sobre la célebre campana, la bandera de Betsy y la firma el cuatro de julio. Ninguno de los hechos queda probado, pero construyen un imaginario que ha permitido el asentamiento de las libertades civiles y políticas en el país. Tal como dijo George Washington en una carta a James Madison:

«La libertad, cuando coge raíces, es una planta de crecimiento rápido».
 
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