Papa arremete contra las ideologías desde Paraguay
En un discurso apasionado y en parte improvisado, en el Estadio Leon Condou, en el que estaba presente el presidente paraguayo, Horacio Cartes, el Papa hizo referencia a alguien que le pidió su intercesión por "un soldado que estaba secuestrado por el ejercito".
El papa Francisco escucha a una representante de la sociedad civil de Paraguay el
sábado, en el estadio León Condou. El pontífice llegó a ese país sudamericano para una visita de tres días
El papa Francisco condenó el sábado a las ideologías políticas que pretenden interpretar al pueblo, pero siempre “terminan en dictaduras”, y criticó cualquier modelo económico que sacrifica a la gente por el dinero.
En su segunda jornada en Paraguay, el pontífice se reunió con organizaciones sociales y advirtió que en la búsqueda de una sociedad más inclusiva los pobres no deben ser objeto de “una mirada ideológica” que los use para intereses políticos y personales.
“Es muy necesario para un país el crecimiento económico y la creación de riqueza, y que esta llegue a todos los ciudadanos sin que nadie quede excluido”, dijo Francisco en un discurso pronunciado en un estadio ante representantes de 1,600 organizaciones.
Pero llamó a evitar “un modelo económico idolátrico que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y de la rentabilidad”.
En un mensaje que improvisó en varios momentos, el Papa se lanzó contra las ideologías."Yo no sé si es verdad, si es justo o no es justo, pero uno de los métodos que tenían las ideologías a las que me refería era la de apartar a la gente con el exilio, con la prisión, con los campos de exterminio, nazis o estalinistas".
“Las ideologías terminan mal. Tienen una relación incompleta, enferma o mala con el pueblo. No asumen al pueblo. Fíjense en el siglo pasado, ¿en qué terminaron las ideologías? En dictaduras siempre. Piensan por el pueblo. No dejan pensar al pueblo”, afirmó.
Francisco, que en su anterior escala de su gira sudamericana en Bolivia pidió perdón por los crímenes cometidos por la iglesia católica durante la conquista de América, reivindicó en Paraguay a las reducciones jesuíticas, un conjunto de pueblos fundados por los jesuitas desde el siglo XVI para evangelizar a los indígenas guaraníes.
El Papa las calificó como uno de los sistemas más justos de la humanidad.
“En ellas, el Evangelio fue alma y vida de comunidades donde no había hambre, ni desocupación, ni analfabetismo, ni opresión. Esta experiencia histórica nos enseña que una sociedad más humana también hoy es posible”, dijo.
Más temprano, ante cientos de miles de personas desesperadas por estar cerca de él, el Papa ofreció su primera misa multitudinaria en Paraguay, un país donde 90% de la población profesa la fe católica.
En ella, el Papa rindió homenaje a la mujer paraguaya a la que calificó como “la más gloriosa de América”.
“Quisiera referirme de modo especial a ustedes mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por una guerra inicua”, dijo aludiendo a la guerra de la Triple Alianza.
En ese conflicto Paraguay se batió entre 1865 y 1870 contra Argentina, Brasil y Uruguay y su población adulta de hombres fue prácticamente aniquilada. La mujer paraguaya cargó sobre sus hombros la reconstrucción del país tras los combates.
Hoy ocho de cada 10 mujeres paraguayas no tienen seguro médico ni protección social ya que trabajan de manera informal. Según un informe de la organización no gubernamental Coordinación Latinoamericana de Mujeres el salario de las paraguayas equivale a 70% del de los hombres y un 32% está subempleada.
Los fieles católicos de Paraguay también recibieron un regalo especial: el Papa Francisco elevó la iglesia del santuario de la Virgen de Caacupé a la categoría de Basílica menor.
Caacupé, que en guaraní significa detrás del bosque de yerba, es el principal santuario paraguayo para los feligreses católicos.