Alertas contra el engaño
Los ecuatorianos se lanzan a la calle y obligan al presidente Correa a dar marcha atrás a sus leyes sobre la herencia y la plusvalía.
Protestas en Ecuador contra Correa.
Los ecuatorianos se lanzan a la calle en masa y obligan al presidente Correa a dar marcha atrás, al menos temporalmente, a sus leyes sobre la herencia y la plusvalía. Según el gobernante, el pueblo está confundido por las campañas de la oposición y del imperialismo que no podía faltar.
En realidad, según el presidente ecuatoriano, la alarma es injustificada, ya que solo el 2% de la población se verá afectado por las medidas, desde todos los puntos de vista favorables a los pobres y apenas perjudiciales para los ricos ya que lo que se busca es una mejor distribución de la riqueza y acabar con la especulación de la tierra.
Pero al parecer los pueblos van aprendiendo de estos comunistas disfrazados de demócratas y estas medidas se parecen demasiado a las tomadas por Fidel Castro en Cuba a partir de 1959; todo comienza así, con las expropiaciones a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, después vienen las intervenciones estatales en los medios de prensa, la mediana empresa y la subida de impuestos, la modificación de las normas relativas a la propiedad y el comercio y de manera sucesiva cada vez serán afectados más y más ciudadanos hasta terminar por los que ahora mismo se consideran beneficiados por la "revolución ciudadana".
El pueblo cubano casi en su totalidad aplaudió a rabiar las expropiaciones de tierras, el decomiso del ganado, las confiscaciones de inmuebles, las intervenciones de las fábricas y grandes almacenes, las nacionalizaciones de las empresas norteamericanas y el canje de la moneda que dejó en la inopia a ricos y no tan ricos, los juicios y fusilamientos sumarios televisados, los destierros y encarcelamientos.
Al decir del poeta, el pueblo tenía lo que tenía que tener, pero llegó la ofensiva revolucionaria de 1968 y esta vez ya el aplauso no fue tan unánime. Le llegó entonces el turno a bodegueros, contadores y limpiabotas porque la revolución no establece diferencias a la hora de desposeer y los únicos dueños serían a partir de este momento los jerarcas revolucionarios.
¿Quién quita que Rafael Correa pretenda hacer lo mismo en Ecuador? Como la gatica de Maria Ramos", este comunista al descubierto se deshace en lloros mientras pretende esconder la mano expoliadora y peluda que todo el mundo vio.
Otra vez los marxistas estimulan la envidia y el odio de los pobres contra los que tienen riquezas, con la única razón infundada de que hay derecho a despojar a los ricos porque sus riquezas fueron obtenidas a expensas de los que no tienen (¿?).
En realidad hace mal Correa en seguir los pasos de Fidel Castro y Hugo Chávez. El primero gozó en su momento de las simpatías populares debido a que el gobierno que le precedió era una dictadura repudiada por toda la sociedad y existía la esperanza de que la prometida democracia sería restaurada y los problemas sociales fueran resueltos. Lo que sobrevino a partir del 1 de enero de 1959 todavía lo sufrimos los sobrevivientes. En cuanto a la Venezuela bolivariana, ¿qué decir? Inflación, violencia, desabastecimiento, corrupción… En fin, el mal.
El marxismo con su economía estatal planificada no logró nada digno en la Unión Soviética, ni en Europa del Este, tampoco en China, Vietnam o Cuba. Entonces, ¿por qué insistir en un sistema desahuciado por la historia? La respuesta puede estar en que es un sistema dictatorial que permite a los gobernantes aparecer simpáticos aunque sean ineficientes y represivos. A unos les gusta el poder y a los otros ser mantenidos con migajas pero sin responsabilidades.
En algo tiene razón Correa, las medidas no afectarán a los pobres, por el contrario, únicamente los pobres se multiplicarán porque el comunismo trae pobreza material y espiritual a los países que tienen la desdicha de conocerlo.