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General: ¿A santo de qué vienen los papas a Cuba?
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: administrador2  (Mensaje original) Enviado: 26/07/2015 16:30
¿A santo de qué vienen los papas a Cuba?
En septiembre Cuba redondeará récord. Junto a Brasil, la Isla va a ser uno de los dos únicos países que habrán recibido a tres Papas
 
Juan-Pablo-Benedicto-Francisco.jpg (600×400)
Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco (foto tomada de Internet)
   Por José Hugo Fernández  | Desde La Habana, Cuba | Cubanet
“Si sigue así -sentenció el general Raúl Castro sobre el Papa Francisco-, volveré a rezar y regreso a la iglesia”. Es algo que pudo haber preocupado a los católicos honestos, mientras que a muchísimos cubanos nos recordaba las palabras del indio Hatuey frente la hoguera, aquello de que si sus represores iban al cielo, él prefería ir al infierno, con tal de no volver a encontrárselos por allá.
 
De modo que entre las esperanzas que nos toca abrigar en vísperas de la próxima visita del Papa a Cuba, alinea la de que éste no haya seguido así, tal y como lo vio para su regocijo el general, y sin que importe mucho lo que haya querido decir con el monosílabo “así”. En cualquier caso, ello no impediría que alguna utilidad nos traiga la visita, programada para septiembre. No nos quedará sino esperar. Por más que esperar, en nuestras circunstancias, no es derivación de la esperanza católica, sino apenas significa lo contrario de desesperar.
 
Se afirma que en tanto ha sido facilitador del acercamiento diplomático entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, este Papa quizá tenga mayores posibilidades de influir en nuestros caciques. Lo que no parece estar claro para nadie es en la dirección en que podría influir. ¿Será para que de una buena vez tengamos democracia, con todos sus defectos y limitaciones pero democracia al fin? ¿O para que se respete nuestro derecho a pensar y a actuar y a elegir y a vivir y a expresarnos libremente? ¿O para que cesen las golpizas a mujeres y hombres indefensos, sólo por exteriorizar pacíficamente su oposición al régimen? ¿O será que el Papa Francisco viene a hacer uso de su influencia, sobre todo, para propiciar un mejor posicionamiento de la iglesia católica en la Isla?
 
Tampoco es que tengamos que esperar mucho de alguien que realmente nos resulta ajeno, por más que ya rueden por ahí encuestas asegurando lo contrario.
 
Hay un sustancial distingo que no estamos haciendo cuando nos referimos a la relación de los cubanos de hoy con el catolicismo, el cual ciertamente ejerce aún una relativa ascendencia entre el pueblo, en parte como remanente de viejas tradiciones, y en parte (mayor) por su vinculación litúrgica con la santería de origen afro, que ya cuenta aquí con muchos más devotos que la iglesia de Roma. Pero una cosa es que nuestra gente acepte el misterio de la Santísima Trinidad y que adore a la Caridad del Cobre, y otra bien diferente es que se sienta atraída por las autoridades de la iglesia católica o que se identifique con ellas.
 
La verdad es que aquí un babalawo es mucho más solicitado y acapara mayor credulidad que un cura (o que un obispo) por parte de la mayoría, con todo y que las viejas estadísticas insistan en que el catolicismo se extiende a poco más de la mitad de nuestra población, basándose quizá en la cifra fría de los que son bautizados al nacer, aunque ya se sabe que cuando chiquitos no se vale.
 
Pudo ser otra la situación en el pasado, pero en este justo momento la Iglesia Católica Apostólica y Romana no es representativa de la población cubana, y sus líderes no lo son para nosotros, en modo alguno. No es que me alegre o me entristezca esta puntualización. Sencillamente estoy describiendo el paisaje.
 
La pregunta de los mil millones sería entonces, ¿por qué tantas visitas de los Papas a Cuba? En septiembre redondearemos récord. Brasil y la Isla van a ser los dos únicos países que habrán recibido a tres Papas. Y en nuestro caso, los tres habrían venido en el breve intervalo de 17 años. Pero al menos Brasil es la nación con mayor número de católicos confesos (139,5 millones) al nivel de todo el planeta. Cuba ni siquiera alinea entre los diez primeros de América Latina.
 
¿Qué explica entonces tan especial interés del Vaticano por esta suerte de limbo flotando al garete en el que yacemos los cubanos? ¿Qué misterio los impulsa hacia nuestro valle de lágrimas? ¿Piedad ante el espectáculo de nuestra miseria material y espiritual? ¿Algún proyecto para ayudar a sanar nuestras estructuras socio-culturales, hechas añicos por los efectos de medio siglo de ateísmo y barbarie? ¿Acaso les trae la expectativa (ilusa) de recoger a unos cuantos miles de ovejas que perdieron aquí su redil. ¿Con tantos millones de ovejas descarriadas que tienen en otros países que no visitan, o visitan menos? ¿O la simple frivolidad mediática? ¿O algún tipo de simpatía, más y menos secreta, con nuestro sistema de gobierno? El propio Papa Francisco escribió hasta un libro sobre nuestro leve paísito: “Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro”, publicado en Argentina, en 1998. Claro que, después de todo, ya lo había dejado dicho el hijo de Dios, a través de la Biblia (Lucas 5,31-32): “No son los sanos lo que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
 
Conociendo algunos pormenores sobre lo hecho y expresado en sus visitas por Juan Pablo II y Benedicto XVI, no nos cuesta aceptar que ellos vinieran francamente movidos por la compasión. ¿Vendrá también este Papa dispuesto a poner su alma en el asador para apostar por los verdaderos intereses de los humildes, por encima y aun en contra de los del poder político? No está bien dudarlo, pero es que tiende a confundir la actitud de las actuales autoridades eclesiásticas en la Isla, en especial la del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega.
 
Como Misionero de la Misericordia, han declarado los obispos que viene a nuestro país el Papa Francisco. Pero, habría sido bueno que nos dejasen caer algunos detalles sobre qué motiva su misericordia. Y a quién o a quiénes irá dirigida. ¿Es demasiado blasfemo creer que el Vaticano tiene aquí otros intereses puntuales, relacionados no precisamente con la misericordia hacia nosotros?
 
Conste que le cabe el derecho a tenerlos. Sin ir muy lejos, todavía la iglesia católica no dispone en Cuba de los favores que disfruta en cualquier otro país occidental. Los ampara ya la libertad de culto, pero en la concreta no existe para ellos libertad religiosa, porque los sacerdotes no pueden evangelizar fuera de las paredes de sus iglesias. Y ni hablar de tantos colegios y otros inmuebles expropiados por el régimen que aún no les han sido devueltos. A pesar de lo mucho que se ha comprometido el cardenal Ortega tratando de ablandar a los caciques.
 
ACERCA DEL AUTOR
José Hugo Fernández es autor, entre otras obras, de las novelas El clan de los suicidas, Los crímenes de Aurika, Las mariposas no aletean los sábados y Parábola de Belén con los Pastores, así como de los libros de cuentos La isla de los mirlos negros y Yo que fui tranvía del deseo, y del libro de crónicas Siluetas contra el muro. Reside en La Habana, donde trabaja como periodista independiente desde el año 1993.
 
Los libros de este autor pueden ser adquiridos en las siguientes direcciones:
http://www.amazon.com/-/e/B003DYC1R0 y www.plazacontemporaneos.com Su blog en: http://elvagonamarillo.blogspot.com.es/
 
 
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