El transexual vetado para ser padrino de bautizo:
"Soy un hombre y la Iglesia me obliga a volver al pasado"
Tras conocerse su caso, teme la reacción que pueda haber a su alrededor, pero espera que no afecte en su trabajo porque "allí hay gente bastante tolerante"
Alex Salinas junto a su pareja
Por Francisco J. Jiménez
El bautizo del pequeño Eduardo no es uno más. Sobre todo desde que el Obispado de Cádiz y Ceuta le ha hecho saber a su tío, Álex Salinas, que no le permite ser su padrino porque ante los ojos de la Iglesia sigue siendo una mujer, por más que disponga de un documento nacional de identidad como hombre desde hace más de un año. La negativa se produjo hace tres semanas y el sacramento todavía no se ha realizado. Este vecino de San Fernando (Cádiz), de 21 años, todavía alberga alguna esperanza de que la postura cambie y pueda lograr lo que tanto desea desde el nacimiento del hijo de su hermana.
¿Cómo explica que la Iglesia le haya impedido ser padrino de su sobrino?
Me ha dejado una gran sensación de importancia y de rabia. El cura de mi Parroquia me dijo desde un primer momento que no tenía ningún problema y que lo hablaría con el Obispado, pero le dieron la negativa alegando que yo aún soy mujer para la Iglesia. Tenía mis dudas, pero me sorprendió.
¿Le choca que todavía le consideren mujer cuando dispone de DNI de hombre?
Aunque tenga todo cambiado, mi partida de bautismo y comunión no lo están. El cura me comentó que hablando con el Obispado se podrían cambiar esos papeles o dar la autorización para que, aunque aparecieran con otro nombre, yo fuera el padrino, pero el Obispado dio el no rotundo. Entonces mi cuñado fue a otra parroquia a ver qué decía el otro cura y en cuanto le comentó el caso le dijo que él ya lo había escuchado, que lo había llamado el Obispado hablándole de lo mío y que él, aunque no le importaba que yo fuera el padrino, tenía que decir que no. ¿Por qué yo no puedo ser el padrino? Si desde que supe que iba a venir al mundo he querido serlo...
Si hubiera un cambio de opinión y le dejaran ser padrino finalmente, ¿impulsaría al niño a crecer en la fe católica o estaría resentido?
No tengo muchas esperanzas, aunque todavía no lo hemos bautizado a la espera de una solución. Le transmitiría los valores que mis padres me transmitieron a mí, pero sobre la Iglesia no me fiaría mucho. Después de esto no sé si darán el ok por agobio colectivo o por dar la sensación de que se modernizan, cuando desde un primer momento me han dado la negativa y han llamado para que se me dé el no en todas las iglesias de San Fernando.
¿Le habrían dejado ser madrina, por constar todavía como mujer?
Pues no dijeron nada, pero capaces son, aunque yo así no lo querría. Soy un hombre. La Iglesia me obliga a volver al pasado con todo el trabajo y esfuerzo que me ha costado.
¿Considera que no se nota la influencia del progresismo que parece proyectar el Papa Francisco?
Nada. Creía que si el Papa era así, sería un ejemplo para los demás. Pero no es así.
¿Cómo ha sido su pelea para llegar a sentirse feliz consigo mismo?
Desde que tengo uso de razón siempre me he sentido un chico. Siempre he llorado cuando mi madre me ponía un vestido o me trataba como una chica o simplemente cuando en los Reyes Magos no tenía el juguete que quería. Me di cuenta de que era transexual a los 13 años, pero no lo dije porque a mí mismo me daba miedo y me dije que seguramente era de la edad. Esperé a que todo cambiase y mientras esperaba, yo estaba peor, los ánimos por los suelos, nada era bonito, yo no era feliz y entré en depresión. Afectó mi salud, porque engordé tantos kilos que llegué a rondar los 140 kilos. Fue a los 16 años cuando no pude más y tras varios ataques de ansiedad en clase decidí cortarme el pelo y probar. A raíz de ahí es cuando yo me vi feliz ante el espejo y supe que realmente me sentía chico.
¿En su propia casa ha sentido apoyo?
Se lo conté a mi madre primero y ella se dedicó a contarlo a los demás. Al principio sólo me aceptó mi madre y mi hermana mayor pero al poco tiempo, a los meses, mi padre y mi otra hermana lo aceptaron y a día de hoy están luchando conmigo. Ahora soy feliz aunque mi vida no esté plena. Aún estoy esperando por una operación muy importante para mí. Estoy en lista de espera desde hace casi dos años y tengo cita para el 12 de agosto.
¿No está algo rancio el término transexual?
Un poco sí. Cuando hay alguna injusticia referente a nosotros tenemos que apoyarnos y esa palabra creo que realmente lo que hace es unirnos más que diferenciarnos.
¿Todavía se siente repudiado por la sociedad o el caso de la Iglesia es una excepción?
Todavía en cierta medida se repudia. Hay casos en el trabajo que cuando han sabido que alguien era transexual el trato ha dejado de ser el mismo.
¿Teme que le cambie la vida tras destaparse su caso ante la opinión pública?
La verdad es que lo temo, pero en mi trabajo hay gente bastante tolerante.