Silvio Rodríguez y su proyecto Gira por los Barrios acaban de obtener el Premio por el servicio a la Nación Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, otorgado por Cuba Posible.
Dos nombres asociados sí o sí a la Historia de Cuba y su devenir reciente: el trovador, por ser la banda sonora de varias generaciones, referente musical de la Isla; el segundo, además de ser heredero del Padre de la Patria y estar emparentado con más generales mambises de los que se puedan contar, fue el puente de diálogo entre la Iglesia y el Gobierno cuando ser católico equivalía en Cuba a no ser cubano.
Pero ninguno de esos nombres aparecerá en la prensa cubana, porque los censores, siempre inútiles, siempre imbéciles, siempre analfabetos, han decido que la combinación Silvio, Carlos Manuel, Cuba Posible es dañina y que los cubanos no tienen derecho a saberlo.
La redes sociales se han llenado de opiniones sobre el nefasto poder de la censura, ese mal que agrisó la literatura de una década. En Facebook muchos periodistas cubanos compartieron lo mismo:
Busco y busco sobre esto en la prensa cubana y no encuentro nada. ¡Es Silvio Rodríguez, el de la era que pare!... Silvio sí, pero con este premio no. Este premio que honra a Monseñor Carlos Manuel de Céspedes. Este premio que es de ecumenismo y patria. Es molesto este doble estándar...
Hay que diferenciar entre prensa y periodistas. Los periodistas dicen su verdad en blogs personales y en algunos medios molestos y poco controlables por el aparato represor de las ideas.
La prensa cubana es ese funcionariado lacayo, incapaz de adaptarse a un tiempo de cambio y demasiado acomodado a las “mieles del poder” que prefiere contentar a la saurocracia adocenada a servir al pueblo al que se debe.
La prensa cubana —Granma, Juventud Rebelde, Cubadebate, Trabajadores— no ha dejado de divulgar hasta el infinito todos los premios recibidos por Yoani Sánchez, no ha faltado ni uno solo, pero este de Silvio no. Cualquiera pudiera decir que la prensa cubana es un agente del imperio al servicio del cambio de régimen, si al final lo que hace Nación, lo que nos une, lo censura.
Los Premios Sajarov a las Damas de Blanco y a los opositores Oswaldo Payá y Guillermo Fariñas, en el periódico Granma, el Premio de Silvio no. Y así los premios de Manuel Cuesta Morúa, René Gómez Manzano y Berta Soler salen divulgados en los medios cubanos. Silvio Rodríguez, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes y Cuba Posible no.
Es increíble que para la prensa cubana oficial, órgano de Partido, Unión y Central, sea más importante divulgar los premios que recibe Yoani o cualquier opositor que Silvio Rodríguez, por llevar música a Romerillo, Cólon, Guatao, y así hasta casi 70 barrios pobres de Cuba. Esa noticia la he leído en El Nuevo Herald, en Diario de Cuba, en Diario las Américas, en Cubanet, y en todos los medios de Miami, pero en los de Cuba no.
La censura es cómoda, y el funcionario cubano prefiere el crecimiento ilimitado de su abdomen y las vacaciones pagadas antes que arriesgar su obesidad por la palabra.
Lo que más molesta es Cuba Posible, por surgir de Espacio Laical, que es de la Iglesia, o por intentar ejercer el derecho ciudadano a participar sin depender de los estamentos del poder. Premio y premiado incordian, irritan hacen que se rasquen entrepiernas poco ejercitadas de tanto buró.
Cuba Posible es una plataforma de pensamiento con relativamente poco impacto social. Criticado dentro y fuera de Cuba por indefiniciones en la forma y el contenido de sus propuestas y por cierto inclusivismo que no define una postura ante la propia sociedad que pretenden ayudar. No aferrarse a posturas ideológicas cerradas, molesta fuera de Cuba, pero mucho más dentro. Esta postura sin tribuna es pasto apetecible para un censor avezado.
El censor es siempre alguien que se cree en poder de la verdad absoluta. Ese funcionario cree que el pueblo, ese mismo de los barrios que fue a ver a Silvio, o ese mismo que iba a escuchar la misas de Carlos Manuel en el Ángel o en San Agustín, no es capaz de entender el Premio.
Este acto de censura por omisión es miserable, es estar en contra de todo lo que dicen defender, es incluso dar elementos a la crítica, fomentar el espacio de represión noticiosa, esa misma que jamás ha hablado de las lapidaciones de mujeres en Irán o fusilamientos masivos en China por cobardía ideológica.
Silvio Rodríguez y su proyecto Gira por los Barrios ha obtenido el premio por el servicio a la Nación Monseñor Carlos Manuel de Céspedes que otorga Cuba Posible. La prensa cubana le ha negado al cubano el derecho que tiene a saberlo.
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