Clinton y el voto cubanoamericano
Desde un punto de vista muy personal y egoísta, me alegro que la ex primera dama Hillary Clinton dijera en un discurso en Florida International University que ya era hora que Estados Unidos levantara el embargo económico a Cuba.
Clinton, es la primera candidata a la presidencia de los Estados Unidos en incluir en su campaña un llamado a la normalización de las relaciones con el gobierno de los hermanos Castro. Es posible que otros candidatos lo hayan tenido en mente, pero ninguno llegó a decirlo públicamente.
Es casi seguro que la decisión de Clinton viene respaldada por encuestas privadas que avalan su punto de vista. Lo cierto es que Clinton ya entró de lleno en el laberinto de lo que es la política hacia Cuba y las elecciones en Estados Unidos para los cubanoamericanos.
Hace 25 años oigo el mismo cuento. Los cubanoamericanos están cambiando de opinión. El exilio histórico se está muriendo. Los hijos y nietos de estos tienen ideas más moderadas y los que siguen llegando de Cuba no están obsesionados con el tema de las relaciones entre el gobierno cubano y Estados Unidos.
La confusión viene porque a pesar de todas estas encuestas y predicciones de los que más saben de este tema, cada dos años el sur de la Florida elige a tres congresistas cubanoamericanos. Y estos congresistas son de los que más se oponen a cualquier acercamiento con Cuba.
Por supuesto que entiendo que el condado de Dade es predominantemente demócrata. Los distritos que hoy ocupan Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen han sido dibujados con la idea que son distritos para elegir a representantes cubanos. (No así en el Distrito 26 donde el congresista republicano Carlos Curbelo tiene que lidiar con votantes de distintas etnias).
Tanto Díaz-Balart como Ros-Lehtinen ganan fácilmente sus escaños cada dos años. Lo que no entiendo es cómo es posible que estos distritos en los cuales el voto predominante es el de los cubanoamericanos siga eligiendo a congresistas republicanos si es cierto que el voto de los cubanoamericanos está cambiando.
No sé es posible delinear un distrito para asegurarse que la mayoría de los votantes no sólo fueran cubanoamericanos sino que; además, fueran de los que no han cambiado de opinión con respecto a Cuba.
Por lo tanto mi confusión sobre este tema crece.
Pero hay más.
Oí la premisa de los cambios en el voto cubanoamericano por primera vez en el otoño de 1991. Fue ese año la primera vez que me dijeron que los votantes cubanoamericanos son cada año más jóvenes. Me dijeron que el exilio histórico está desapareciendo. Y por último que los cubanos que llegan de la isla recientemente cuando se hacen ciudadanos americanos no piensan igual que lo que llevamos aquí más de medio siglo.
No puedo discrepar con ninguna de las cosas que me dijeron en aquel entonces y cada año esas verdades se acrecientan.
Ahora los expertos nos dicen que ya el exilio cubano no protesta en forma masiva como lo hacía hace años. Aquí vienen artistas de Cuba y no pasa nada. El presidente Barack Obama restablece relaciones diplomáticas con Cuba y no hay nada espectacular en las calles de esta comunidad.
Oigo a hijos y nietos de los que llegaron primero con posiciones más moderadas. Cada año son más los cubanoamericanos que viajan a Cuba.
También nos dicen que el Presidente Obama obtuvo casi la mitad del voto cubano en contra de Mitt Romney en las elecciones del 2012. (Pero no nos dicen que ni en las elecciones del 2008, ni en las del 2012, Obama nunca dijo que el quería re-establecer relaciones diplomáticas con Cuba).
Por eso es que me llama tanto la atención lo que ha hecho Clinton. Ella va a ser la prueba fehaciente del supuesto cambio entre los votantes cubanos americanos. Si la comunidad ha “madurado” y acepta el acercamiento con Cuba entonces la premisa del cambio es un hecho. Pero para mi, eso todavía está en veremos.
Por supuesto que hay otras variables. Clinton es la primera mujer que aspira como candidata de uno de los dos partidos predominantes en el país al cargo de presidente. Sin duda van a haber muchas mujeres de todas las etnias que van a votar por ella como símbolo de solidaridad.
También hay que tener en cuenta todos los líos en los cuales se encuentra envuelta la ex Secretaria de Estado. Muchos desconfían de ella. Su explicación de las razones por las cuales tenía un servidor personal para todos sus correos electrónicos no convencen. El hecho de que ella destruyó muchos de sus correos electrónicos – aquellos que ella decidió eran de cosas personales – ha dañado su credibilidad.
Su renuencia a responder a preguntas de la prensa en el comienzo de su campaña y respuestas que dió esta semana cuando le preguntaron que haría ella como presidente sobre el oleoducto de Keystone: Uds. se enterarán de cual es mi posición cuando tome la decisión. ¡Qué arrogancia!
La popularidad de Clinton y en particular la confianza que tienen los votantes en ella ha caído. Sin embargo Clinton aún es la favorita entre los candidatos demócratas a la presidencia y hay quienes dicen que también es la favorita a ganar las elecciones presidenciales en noviembre de 2016.
No tengo los conocimientos necesarios para decir que estoy de acuerdo o no con estas premisas.
Mi pregunta es mucho más sencilla. ¿Podrá Clinton probar que el voto cubanoamericano ha cambiado?.