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De: SOY LIBRE (Mensaje original) |
Enviado: 27/02/2015 17:35 |
Alan Turing, el genio
condenado por su homosexualidad
El heroe gay de la segunda guerra mundial, Alan Turing
Alan Turing conoció la homofobia en una de sus manifestaciones más crueles. En 1952, el científico británico recibió una condena de 61 años por prácticas homosexuales, que fueron consideradas un delito en Reino Unido hasta 1967. Tuvo que aceptar recibir inyecciones de estrógeno para anular su líbido, en un procedimiento que se conoce como castración química.
Turing nació un 23 de junio de 1912, en Londres, Inglaterra. Vivió sus trece primeros años en la India, donde su padre trabajaba. De regreso a Reino Unido, Turing estudió matemáticas en la Universidad de Cambridge, donde creó lo que hoy es la base de la moderna tecnología de la computación.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el joven Alan Turing fue pieza clave para la victoria británica tras ‘crackear’ el código “irrompible” alemán que proporcionó inteligencia vital, puso fin a la guerra y salvó miles de vidas.
Después de la guerra, Turing volvió a enfocarse en el desarrollo de una máquina que procesaba información. Es probable que el modelo de Alan Turing hubiera podido convertirlo en el primero en diseñar una computadora digital.
UNA VÍCTIMA DE LA INTOLERANCIA Pero en 1952, Turing fue arrestado y juzgado por ser homosexual. En Gran Bretaña ser gay fue un delito grave hasta 1967. La condena lo obligó a recibir inyecciones de estrógeno para anular su libido, lo que se conoce como castración química, y a dejar su trabajo en el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno.
“Contra el rebaño digital, un manifiesto” del experto en informática Jaron Lanier no tiene nada que ver con la comunidad LGTB, pero el nombre de Turing y la pesadilla que vivió conmueve al autor, una de las cien personalidades más influyentes del mundo en 2011 para Time y la primera figura de la tecnología que ha logrado el estrellato en la cultura contemporánea.
Lanier sostiene que el legado de Turing, el matemático, va más allá de cualquier posible sensacionalismo.
“El suicidio de Turing es un tema delicado en los círculos informáticos. Hay una cierta aversión de hablar del tema porque no queremos que nuestro padre fundador parezca una celebrity mediática y su recuerdo se vea trivializado por los aspectos sensacionalistas de su muerte”, escribe .
Tras recordar su gran aporte a la tecnología, anota: “Las autoridades británicas, creyendo que actuaban de la forma más compasiva, lo obligaron a someterse a un dudoso tratamiento médico que se suponía debía corregir su homosexualidad. El tratamiento, por extraño que parezca, consistía en inyectarle enormes dosis de hormonas de mujer”.
Lanier cuenta que cuando a Turing le crecieron los pechos y desarrolló otras características femeninas, cayó en una profunda depresión. “Se suicidó en su laboratorio comiéndose una manzana que él mismo roció con cianuro. Poco antes de su muerte, presentó al mundo una idea espiritual que debe ser valorada al margen de sus logros técnicos. Se trata del famoso test de Turing. La aparición de una idea espiritual verdaderamente nueva es algo muy poco común, y el hecho de que Turing diera con una es otro ejemplo de su genio”.
Turing dio a conocer su nueva propuesta bajo la forma de su experimento mental, basado en un popular juego de salón victoriano. Un hombre y una mujer se esconden, y un juez debe determinar quién es quién basándose únicamente en los textos de las notas que se pasan de uno a otro. Turing sustituyó a la mujer por un ordenador. ¿Puede el juez saber quién es el hombre? En caso de que no, ¿es el ordenador consciente? ¿Inteligente acaso? ¿Merece iguaaldad de derecho?
A los 41 años, en 1954, Alan Turing le puso fin a una vida de incomprensión y dolor. El nombre de Arnold Murray está asociado a Turing. Era su amante, pero también el hombre al que todos señalan como el cómplice del ladrón que entró a robar a la casa del genio.
Turing –amable, optimista, confiado y muy estudioso– acudió a la policía a denunciar el delito. Era 1952. Durante la investigación policial, Turing reconoció su homosexualidad y se le imputaron los cargos de “indecencia grave y perversión sexual” .
TARDE RECONOCIMIENTO, TARDE PERDÓN Algunos de los principales científicos pidieron al Gobierno conceder un perdón póstumo a Alan Turing. En febrero del 2012, se presentó una petición en línea con más de 23 mil firmas, la cual fue rechazada.
Pero en 2009, el entonces primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, se disculpó públicamente por la condena del considerado padre de la científica moderna.
En diciembre de 2013, la reina Isabel II le concedió el perdón póstumo por “una sentencia que ahora se consideraría injusta y discriminatoria“, según anunció el ministro de Justicia británico, Chris Grayling: “Alan Turing fue un hombre excepcional con una mente brillante”.
Turing es parte de nuestra historia. Es un símbolo. Un héroe involuntario. Un genio que pudo hacer mucho más por la ciencia y por el mundo. Un caballero que siempre pensó en hacer el bien, y que un día se agotó de seguir sufriendo. Para muchos, el suicidio es un acto de cobardía. Otros dicen que es una muestra de valentía. En el caso de Turing, fue quizás una liberación. Este texto fue elaborado con el aporte de Esther Vargas, directora de Sin .
No olvides a Turing, no olvidesa Moore, no olvides a los raros del mundo
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Nuevas cartas revelan la lucha de Alan Turing con su sexualidad
Una correspondencia inédita desvela las consecuencias del tratamiento químico al que fue sometido el descifrador de códigos
Alan Turing, fotografiado en 1928, con solo 16 años. / FRANCE PRESS
Más de 60 años después de la muerte de Alan Turing, aparentemente por suicidio, su lucha con su sexualidad y su anhelo de una relación permanente han trascendido en tres cartas inéditas.
La correspondencia data de la década de 1950 cuando, después de haber sido declarado culpable de conducta obscena con un joven de 19 años, el mítico descifrador de códigos, cuyo trabajo fue esencial para que los aliados ganaran la II Guerra Mundial, fue condenado a sufrir una castración química.
La finalidad del tratamiento era eliminar sus deseos homosexuales, pero Turing le confió a un amigo: “He tenido un sueño que me ha revelado de forma bastante clara que me estoy convirtiendo en heterosexual, aunque no lo acepto con mucho entusiasmo, ni despierto ni en sueños”.
Y escribe: “Madre se ha quedado aquí, y parece que nos estamos llevando mucho mejor. Le he hablado mucho sobre el progresismo sexual y parece que lo ha soportado muy bien. Tuve un sueño bastante absurdo la otra noche en el que le preguntaba a mi madre qué opinaba de que me fuese a la cama con algunos hombres, y ella me decía: ‘Ah, muy bien, pero no te pasees desnudo de un lado a otro como hiciste antes’”.
He tenido un sueño que me ha revelado de forma bastante clara que me estoy convirtiendo en heterosexual" También escribió sobre unas vacaciones que tenía previstas en un campamento dirigido por franceses en Corfú. “Espero tumbarme al sol, hablar francés y griego moderno, y hacer el amor, aunque el sexo y la nacionalidad... todavía están por decidir: de hecho, es bastante posible que se omita por completo este asunto. Quiero una relación permanente y podría verme inclinado a rechazar cualquier cosa que, por su naturaleza, no pueda ser permanente”.
Las cartas se enviaron a Nick Furbank, un experto en literatura que falleció el pasado año. Furbank fue el albacea de la herencia de Turing. El sobrino de Turing, sir Dermot Turing, que es abogado, ha incluido pasajes de ellas en su próximo libro, Prof: Alan Turing Decoded [Profe: Alan Turing descifrado]
Califica las cartas de su tío de “muy interesantes” ya que ofrecen la oportunidad de entender mejor a un hombre cuya muerte prematura hizo que fuese aún más difícil de descifrar: “Al mismo tiempo que recibía su tratamiento de psicoterapia, y... que le eliminaban las hormonas... [la correspondencia] indica que era presa de una gran confusión, que históricamente ha sido lo que todo el mundo suponía, pero que ahora se confirma”.
Añade que las cartas también arrojan luz sobre la relación de Turing con su madre: “Ha existido una tendencia a considerar sentimentaloide la relación, dando por sentado que todo era tierno y encantador, mientras que yo estoy totalmente seguro de que era más compleja y con algunas sombras oscuras. Esta correspondencia lo confirma”.
Turing y sus compañeros que también descifraban códigos en Bletchley Park aparecían retratados en la reciente película Descifrando Enigma, protagonizada por Benedict Cumberbatch. Turing fue un matemático visionario y un científico informático cuyo trabajo durante la guerra descifrando códigos salvó miles de vidas. Hoy en día también se le considera el padre de la informática moderna. Aunque sus últimos años de vida se vieron ensombrecidos por su condena y su muerte causada por un envenenamiento con cianuro en 1954, a los 41 años, la Reina le concedió el perdón póstumo en 2013.
Traducción de News Clips.
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