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Justicia del horror de Venezuela
De la mentira – como régimen y justicia del horror – habla crudamente y con escalpelo en mano el maestro Piero Calamandrei. "En verdad – dice - el régimen fascista fue algo más profundo y complicado que una torva ilegalidad: Fue la simulación de la ilegalidad, el fraude, legalmente organizado, de la ilegalidad”
Pueden llamarse Susanas o Barreiros nuestros jueces del horror. Son esos quienes, a tenor de lo afirmado por un miembro innombrable del Tribunal Supremo de Justicia, cumplen con el deber de perseguir y condenar al que se oponga a la revolución bolivariana; despropósito criminal que entrega nuestro suelo a los hermanos Castro, disuelve la nacionalidad, acaba con el talante generoso que nos fuera propio a los venezolanos y desata nuestros lazos de afecto social y ciudadano para hacernos presa colectiva de la mendacidad.
De la mentira – como régimen y justicia del horror – habla crudamente y con escalpelo en mano el maestro Piero Calamandrei. "En verdad – dice - el régimen fascista fue algo más profundo y complicado que una torva ilegalidad: Fue la simulación de la ilegalidad, el fraude, legalmente organizado, de la ilegalidad”.
“Bajo tal sistema – señala - las palabras de la ley no tienen más el significado registrado en el vocabulario, sino un significado diverso,... Hay un ordenamiento oficial, que se expresa en las leyes, y otro oficioso, que se concreta en la práctica política sistemáticamente contraria a las leyes… La mentira política, en suma, que sobreviene en todo régimen, como la corrupción o su degeneración, en el caso del fascismo se asume como instrumento normal y fisiológico de gobierno", concluye.
Durante la Alemania nazi, la personificación de ese horror de la in-Justicia es el juez Roland Freisler, Presidente del Tribunal Popular. Como juez, jurado y fiscal al mismo tiempo, sus juicios son farsas célebres, llenas de crueldad y cinismo. En 1943 dirige los juicios contra los jóvenes estudiantes de Münich, manifestantes de la organización la Rosa Blanca – suerte de Voluntad Popular – y condena a la guillotina, sin inmutarse, a los hermanos Sophie y Hans Scholl. Y en 1945 juzga al teniente Fabian von Schlabrendorff, por complotar contra el Führer, a quien le dice que “le mandaría directo al infierno”. Pero éste responde, “con gusto le permito ir adelante”.
Recordado por humillar de manera grosera a sus víctimas y hasta de quitarles los cinturones para que sus calzones caigan en estrados y los hagan motivo de burlas, sobre él se escriben páginas inenarrables y hasta se hacen películas de cine y televisión. La novela Every man dies alone, de Hans Fallada, y el libro Los juristas del horror, de Ingo Muller, traducido al español por Carlos Armando Figueredo, son dos ejemplos.
La historia de la Masacre de febrero de 2014 en Caracas, que concluye con muertos, heridos y torturados, víctimas de agentes del Estado regentado por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, es registrada en sus detalles con el instrumental del siglo XXI para que siga viva y no se desfigure por la venalidad. Llegará el tiempo del juicio verdadero. No es el actual.
Lo que acaba de ocurrir, la condena a 13 años de cárcel de otro inocente – Leopoldo López y antes de Iván Simonovis – por una juez del horror, instruida a fin de que oculte lo probado y lo reduzca a su efecto secundario o adjetivo, agravándolo, como los destrozos de las puertas del Ministerio Público, es, cabe decirlo, una burda repetición entre nosotros de la Berlín del juez Freisler. No exagero. Es tenue e irrelevante, en tal orden, lo que dicen la ONU y la OEA sobre la falta de independencia judicial en Venezuela.
Rabia y dolor general concita el vejamen al que es sometido el símbolo de la democracia y el Estado de Derecho, Leopoldo. Ello es inevitable. Mas, ha de transformarse en punto de ignición del incendio de libertad que, Dios mediante, ocurrirá el próximo 6 de diciembre y derribe las rejas de nuestros ergástulos.
Quizás como anunciación llega horas atrás y es desconocida por nuestra Justicia del horror la reivindicación internacional de RCTV, cuya señal apaga el mismo régimen para instalar su totalitarismo comunicacional goebbeliano.
No se olvide que un segundo crimen de lesa humanidad es ejecutado en vísperas de la condena que profiere en calidad de amanuense Susana Barreiros: la expulsión masiva de población civil dispuesta por la diarquía dictatorial en contra de los nacionales de Colombia, como suerte de Holocausto del siglo XXI y trastienda, revelando desesperación y agonía. También pesará y perseguirá a sus responsables y a esos jueces del horror, en lo particular los que lo autorizaran con sus firmas desde el Supremo Tribunal. No por azar, observa Tomás de Aquino, lo peor ocurre cuando los mejores se corrompen: Corruptio optimi pessima.
Desde esta columna, así, vaya nuestra solidaridad con los hermanos expulsados hacia Colombia y los 98 presos políticos sufrientes de la mentira judicial, sus familias, esposas e hijos, en especial las de Leopoldo López, Antonio Ledezma, y Daniel Ceballos.
ASDRÚBAL AGUIAR, JURISTA Y ESCRITOR VENEZOLANO
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Leopoldo López o el valor de resistir
GINA MONTANER Según relató la periodista del diario El Nacional que estaba presente en el Palacio de Justicia, Leopoldo López se mostró sereno cuando la jueza Susana Barreiros leyó su veredicto: el opositor venezolano era condenado a trece años, nueve meses y doce horas de prisión por cuatro delitos, responsabilizándolo de incitar a los actos violentos que en febrero de 2014 causaron más de cuarenta muertes en manifestaciones de la oposición contra el chavismo.
Cuando la jueza abandonaba la sala se escuchó a la esposa de López, Lilian Tintori, gritar “Injusticia”. Al cabo de más de un año y medio desde que su pareja se entregó a las autoridades y fue encarcelado en la prisión militar de Ramo Verde, esta mujer menuda pero tenaz ha pasado a ser una incansable activista de la causa del líder de Voluntad Popular y de toda la oposición que busca salidas a la pesadilla de la revolución bolivariana. Al sentir el mazazo de la (in)justicia venezolana, comprendió que podría pasar mucho tiempo antes de que su marido vuelva a abrazar a sus dos hijos fuera del encierro de la prisión.
Si algo aprenden rápido quienes luchan contra regímenes despóticos es a resistir los embates del opresor. La piel del disidente se endurece porque es la única manera de soportar los golpes físicos y sicológicos, cuyo fin es arrancarle la dignidad al individuo. Leopoldo escuchó su condena y tragó en seco, jurándose que saldría del juicio con la frente bien alta. La lacia melena de Lilian se agitó por un instante y de su garganta escapó el clamor de “injusticia”. Sólo fueron unos trémulos segundos antes de volver a las calles para asegurarles a quienes los apoyan que la lucha continúa y que el preso de Ramo Verde está convencido de que será el pueblo quien lo libere de los grilletes del chavismo. El próximo paso de esta cruzada son los comicios del 6 del diciembre. Sin duda, serán una prueba de fuego para el desgastado gobierno de Nicolás Maduro y para la propia oposición, acorralada y al límite de sus fuerzas.
Los abogados de Leopoldo López podrán apelar, pero a estas alturas el poder judicial no puede ocultar que es un títere del Ejecutivo. Hasta el último momento hubo quienes albergaron esperanzas de que López, víctima de un juicio plagado de flagrantes irregularidades, sería absuelto por falta de pruebas concluyentes, pero se trató de un espejismo que negaba la naturaleza perversa de las autocracias. En realidad el anuncio de este aciago 10 de septiembre fue el desenlace de una sentencia anunciada y no hay motivos para creer que se hará justicia mientras Maduro y sus narcogenerales estén en el poder.
Casi catorce años entre rejas es mucho tiempo incluso para un hombre joven y lleno de vitalidad como Leopoldo López. Es difícil saber si antes de entregarse midió su fortaleza en caso de que se eternizara su estancia en el presidio político. Unos de sus libros de cabecera en la celda es El largo camino hacia la libertad de Nelson Mandela. Me pregunto si también ha leído Un día en la vida de Iván Denisovich de Alexandr Soljenitsin, Cartas a Olga de Vaclav Havel o No tengo enemigos, no conozco el odio del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, a quien en 2009 el gobierno comunista chino condenó a once años de prisión. Textos imprescindibles de supervivientes de gulags políticos para trascender el horror del día a día y no perder de vista el valor de la resistencia frente a la servidumbre de quienes, como en su día dijo Havel, se convierten en “tuercas y tornillos de una maquinaria monstruosamente enorme, ruidosa y pestilente”.
Son palabras que el recordado disidente checo pronunció en 1990, al asumir la presidencia tras haber pasado años en prisión y la mayor parte de su vida perseguido por el gobierno comunista. En aquel momento el reconocido escritor y activista proderechos humanos lanzó una incómoda y necesaria pregunta: “¿Cuánto de silencio y de complicidad tuvo que haber en el pueblo para que el sistema totalitario se perpetuara cuatro décadas?”
¿Les llegará el día a Leopoldo López y los venezolanos de su Revolución de Terciopelo? Ya han pasado más de quince años y podrían transcurrir otros catorce en la más completa oscuridad.
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¡YA BASTA!
Capriles levanta su voz, y pide a Venezuela que la levante por sentencia a Leopoldo
El opositor Insistió que en estos momentos es necesaria la unión del pueblo. "Solamente podremos contra esto si estamos unidos, pero no me refiero a la unión de los partidos políticos, sino de todo el pueblo venezolano
“Para que este país salga adelante hay que dejar de perseguir a la gente por pensar distinto".
El Gobernador del estado Miranda le pide a los venezolanos que crean en si mismo, en lo que hacen y en su país.
Jose Á. Palacios El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, rechazó la sentencia condenatoria que dictó la jueza Susana Barreiros contra Leopoldo López. “Es inaceptable que a nuestro compañero Leopoldo López le hayan dictado casi 14 años de cárcel, por eso yo levanto mi voz y pido a Venezuela que la levante, ya basta. No dejemos que el pesimismo y la resignación nos hagan caer. Esto que está viviendo nuestro hermano Leopoldo López lo viví yo hace 11 años atrás”.
“Para que este país salga adelante hay que dejar de perseguir a la gente por pensar distinto. Queremos un país donde haya justicia y no revancha. Queremos un país en el que tengamos un gobierno comprometido con el pueblo, que le dé respuesta a sus problemas. La solución no es crear campañas mediáticas para culpar a otros de sus fracasos”, dijo el mandatario regional.
Insistió que en estos momentos es necesaria la unión del pueblo. “Solamente podremos contra esto si estamos unidos, pero no me refiero a la unión de los partidos políticos, sino de todo el pueblo venezolano, del que se pone la franela roja y el que no, porque a todos nos afecta la crisis. ¿Cuántas personas que se ponen la camisa roja no han sido también víctimas de la violencia que esta desatada?”, se preguntó.
"Crean en las posibilidades que tiene nuestra Venezuela para salir adelante, porque nuestro país sí tiene futuro.
“Los venezolanos tenemos que levantarnos y decir sí podemos sacar a Venezuela adelante. Crean en ustedes mismos, en lo que hacen, en su país. Crean en las posibilidades que tiene nuestra Venezuela para salir adelante, porque nuestro país sí tiene futuro. Cada uno de nosotros tiene que contribuir a resolver los problemas de nuestra Venezuela. No pueden esperar que venga un mesías a resolver sus problemas. Nosotros no dictamos la política nacional, pero el poder político va a cambiar”, concluyó el mandatario mirandino.
LEOPOLDO LÓPEZ Y CAPRILES
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¿Quién es el opositor venezolano Leopoldo López?
López, de 44 años, economista con un master en Harvard, fue sentenciado por incitar a la violencia en las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro. El dirigente, que forjó su carrera como adversario del presidente Hugo Chávez (1999-2013), realizó una huelga de hambre de un mes hasta el pasado 23 de junio.
Leopoldo López, quien este jueves fue condenado a 13 años, nueve meses y siete días de cárcel, es el líder del ala radical de la oposición venezolana y una piedra en el zapato para el chavismo, al que combate casi desde sus inicios.
López, de 44 años, economista con un master en Harvard, fue sentenciado por incitar a la violencia en las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro que dejaron 43 muertos y unos 3.000 heridos entre febrero y mayo de 2014.
El dirigente, que forjó su carrera como adversario del presidente Hugo Chávez (1999-2013), realizó una huelga de hambre de un mes hasta el pasado 23 de junio, cuando las autoridades anunciaron la fecha de las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo 6 de diciembre.
Como alcalde del municipio de Chacao (2000-2008) -uno de los más ricos de Caracas- proyectó una figura de dinamismo y eficacia y las encuestas le colocaban en buena posición para ser candidato presidencial, pero fue inhabilitado políticamente en dos ocasiones.
En 2014, con su estrategia "La Salida" que buscaba la renuncia de Maduro por la presión de manifestaciones callejeras que degeneraron en actos violentos, alcanzó notoriedad internacional.
El 18 de febrero de 2014, acompañado por una multitud y en medio de un gran despliegue mediático que catapultó aún más su imagen, López se entregó a las autoridades en la plaza José Martí de Caracas, luego de que la justicia librara una orden de detención en su contra.
Y dio ese paso no sin antes apelar a su estilo provocador. "¿No tienes las agallas para meterme preso, o esperas órdenes de La Habana?", había escrito el día anterior en Twitter dirigiéndose a Maduro.
Fiel a ese temperamento, este jueves, al intervenir en la audiencia, lanzó un desafío a la jueza que lo declaró culpable, según refirieron copartidarios presentes en la sala.
"Si la sentencia es condenatoria Ud tendrá más miedo de leerla que yo de escucharla porque Ud sabe que soy inocente", habría dicho López a la jueza, según escribió en Twitter David Smolansky, alcalde de la localidad capitalina de El Hatillo, quien estuvo en el tribunal.
Casado con la expresentadora de televisión Lilian Tintori y padre de dos hijos, López deberá cumplir su condena en la cárcel militar de Ramo Verde, en las afueras de Caracas, donde está recluido desde que se entregó a las autoridades.
Con un juego de palabras que denota la agresividad que puede alcanzar el discurso político en Venezuela, Maduro y otros altos funcionarios califican a López como el "monstruo de Ramo Verde".
La huelga de hambre y las protestas del año anterior sacaron a flote marcadas diferencias entre López y otros sectores de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), especialmente el que representa Henrique Capriles, derrotado por muy escaso margen por Maduro en las presidenciales de 2013. Capriles se distanció de las manifestaciones abogando por salidas electorales y le pidió a López levantar la huelga de hambre que llevaba a cabo.
Ambos son las figuras más connotadas de una oposición más unida en lo electoral que en lo político. López es "un actor político con la emocionalidad que no tienen los otros", afirmó a la AFP la filósofa política Colette Capriles, para quien aquel ayuno fue una estrategia del líder opositor para diferenciarse de Capriles y otros dirigentes de la oposición.
"Capriles apuesta a construir un liderazgo que atraiga a los chavistas, que no se sientan atemorizados. La estrategia de Capriles es mucho más exitosa a largo plazo", agregó.
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