Argentina pone punto final a la discriminación
de las personas homosexuales a la hora de donar sangre
Congreso argentino
Argentina sigue dando lecciones al mundo sobre lo que significa acabar con la discriminación jurídica de las personas LGTB. Este miércoles, el Ministerio de Salud de ese país ha puesto punto final a uno de los pocos “puntos negros” que aún persistían en esta materia, al eliminar la prohibición de donar sangre a las personas homosexuales. La atención se deberá dirigir ahora a la existencia de conductas de riesgo, con independencia de si estas se dan entre personas del mismo o de distinto sexo.
“A partir de estas medidas la sangre en Argentina va a ser más segura de lo que ya era”, aseguraba este miércoles el ministro de Salud argentino, Daniel Gollán, tras la firma de las resoluciones que actualizan los requisitos para la donación de sangre en todo el territorio nacional (algunos territorios del país, entre ellos la ciudad de Buenos Aires, ya lo habían hecho). “Durante mucho tiempo la gente creyó que si tenía una relación con una persona homosexual corría más riesgos que teniéndolas con una persona heterosexual. La epidemia se encargó de demostrar que no era así y que lo que había que resguardar eran las prácticas y las conductas que podían ser de riesgo”, explicaba el ministro, según el cual modificar esta creencia “costó tiempo y probablemente costó que muchas personas se infectaran por vivir con este prejuicio”. “Lo que estamos haciendo está avalado científica y técnicamente” y “basado en un criterio sanitario que sustituye al viejo concepto de ‘grupos de riesgo’ por la cuestión real de situaciones de riesgo incrementado”, añadía.
La noticia ha sido recibida con satisfacción por los colectivos LGTB argentinos.Para Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), “es una enorme alegría haber podido dar este paso hacia la igualdad y no discriminación, uno de los últimos reductos que explícitamente excluían a nuestro colectivo del goce pleno de los derechos. Saludamos la decisión del Ministro Gollán que recogió el trabajo y lucha de nuestras organizaciones”. “Con esta resolución damos un paso más hacia un horizonte de igualdad plena. Sin dudas este era uno de los temas más sensibles para nuestro colectivo ya que implicaba una exclusión arbitraria de determinado grupo de personas ante un acto de solidaridad y enorme nobleza como es el donar sangre. Finalmente tantos años de lucha en el Parlamento y concientizando a la sociedad hoy tienen sus frutos”, ha añadido Paulón.
El presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, ha querido destacar la calidad del nuevo cuestionario que se pasará a los donantes, ya que “garantiza más y mejor tanto el hecho de donar sangre como el de recibirla. Porque se hacen las preguntas correctas, sin ningún tipo de prejuicio, sin pensar que el virus se transmite a través de una orientación sexual o de una identidad de género”. “Hoy es un día de reconocimiento y de agradecimiento al Ministerio de Salud y a todo su equipo porque nuestros quince años de lucha tuvieron un buen final”, ha añadido Cigliutti.
“En el contexto de igualdad que se conquistó en la Argentina con el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y las miles de familias LGBTI con hijos e hijas, era inadmisible que para la donación de sangre aún persistiera la histórica discriminación por orientación sexual e identidad de género. El cambio de paradigma de grupos de riesgo por el de prácticas de riesgo vuelve a posicionar a la Argentina a la vanguardia mundial en materia de igualdad y no discriminación”, ha declarado por su parte Martín Canevaro, Secretario de 100% Diversidad y Derechos.
Argentina se adhiere a la evidencia científica
Nunca nos cansaremos de repetirlo: hace años que los expertos consideran obsoleto que se prohíba donar en función de la orientación sexual. En España, que en esta materia es un buen ejemplo, la ley establece la exclusión de la donación de sangre en función de la existencia previa de conductas de riesgo, con independencia de si han sido con personas de su mismo o de distinto sexo. Tras el cese de la conducta de riesgo la ley española marca que se excluya la donación “durante un periodo determinado por la enfermedad en cuestión y por la disponibilidad de pruebas apropiadas en cada caso”. En la práctica este periodo suele ser de un año.
Hay que tener en cuenta que en España la sangre donada es sometida a tests de VIH, entre otros agentes infecciosos. Y aunque existe la posibilidad de que una infección recién transmitida no sea detectada debido a la existencia de un “periodo ventana” entre el momento preciso de la transmisión y el momento en que las pruebas dan positivo, la introducción de pruebas más sensibles (que detectan material genético del virus en lugar de anticuerpos) ha reducido este periodo ventana al mínimo. En los últimos diez años no se ha producido en nuestro país ni un solo caso de transmisión del VIH debido a una transfusión de sangre o hemoderivados (y no es que la situación epidemiológica del VIH en el colectivo de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres sea en España especialmente buena, por desgracia).
Sin embargo son muchos los países en los que el peso del prejuicio es mayor que la evidencia científica. Es el caso de los Estados Unidos: en 2010 la FDA (Food and Drug Administración, la agencia federal responsable de la regulación de medicamentos) sorprendía al mantener la prohibición pese al criterio favorable de instituciones como la Cruz Roja, la Asociación Médica Americana o la Asociación Americana de Bancos de Sangre. El propio comité reconocía entonces que dicha postura excluía muchas donaciones de bajo riesgo y permitía otras potencialmente más peligrosas. Cuatro años después, en 2014, la FDA recomendaba por fin levantar la prohibición, aunque manteniéndola de facto: solo los gais célibes durante un año podrán donar. Una medida similar a las adoptadas por Suecia (en 2009), Reino Unido (en 2011) y hace escasas semanas Portugal, y algo menos rígida que la de Canadá, que desde 2013 exige a los gais donantes de sangre cinco años sin relaciones sexuales.
Más razonables han sido los cambios de normativa en Alemania, que eliminó la mención explícita a la homosexualidad en 2010, o en México y Chile, por mencionar dos países de América Latina con una normativa más acorde a la evidencia científica, y que eliminaron en 2012 y 2013 (respectivamente) la prohibición de donar a hombres homosexuales y bisexuales, supeditando la selección no a la orientación sexual, sino a la existencia o no de prácticas de riesgo previas. Ahora se suma Argentina.
Argentina, líder en reconocimiento de derechos a las personas LGTB
Argentina, en definitiva, se consolida en el grupo de cabeza por lo que al reconocimiento de derechos relacionados con la esfera LGTB se refiere, muy por delante de buena parte de Europa o de los Estados Unidos.
Además de la eliminación de la discriminación a la hora de donar sangre, leyes como las de matrimonio igualitario o de identidad de género (más avanzada que por ejemplo la ley española, al respetar el principio de autodeterminación del género y no exigir diagnósticos o tratamientos psicológicos ni médicos para proceder a la rectificación de los datos registrales) o el reconocimiento expreso de nuevos modelos familiares que hasta ahora carecían de sustento jurídico (es el caso de los menores con triple filiación) avalan esta afirmación.