Jesús, el papa y los dos Zaqueo
El pobre de bienes materiales se elevó, burló varios
anillos de seguridad y le habló a Francisco: ¨Esto es una dictadura”
José Daniel Ferrer García | La Habana, Cuba
Jesús de Nazaret, el Cristo, el que llamó zorro a Herodes, el de la parábola de “El Buen Samaritano”, el de la “Liberación a los cautivos y a los oprimidos”, “el Dios que se hizo hombre para morir en la Cruz por nuestra salvación”, ese que el papa Francisco, según la Iglesia Católica, actualmente representa en la Tierra, tuvo un encuentro con un publicano rico nombrado Zaqueo, nombre que significa “puro, inocente”.
El papa Francisco, el que le tiene “especial consideración y respeto” a Fidel Castro, el que visitó a los dos principales causantes del sufrimiento de todo un pueblo, intercambió regalos con ellos y no pronunció una frase solidaria con los “cautivos y los oprimidos” de y por estos mefistofélicos personajes, también tuvo un encuentro con Zaqueo. Con un Zaqueo que, como el personaje bíblico, es de baja estatura física, pero un gigante en cuanto a valor. Lo demostró por enésima ocasión en la Plaza.
Zaqueo el publicano, el de mucho dinero, cuando Jesús pasaba por Jericó, se subió a un árbol para verle. Jesús le vio y le habló: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa”. Zaqueo, el de Calabazar en La Habana, el pobre de bienes materiales, se elevó, burló varios anillos de seguridad y le habló a Francisco: ¨Esto es una dictadura, nos oprimen, se violan los derechos humanos¨.
Zaqueo, el que dirige una Célula de la UNPACU que lleva por nombre “Félix Varela”, y sus colegas María e Ismael, llamaron la atención sobre el tema que más afecta a nuestro pueblo, la falta de derechos y libertades, que es la principal causa de la miseria material y espiritual en la mayor de las Antillas. Tuvieron que hacerlo, era necesario. El discurso del ilustre visitante a su llegada el sábado nos dejó bien claro que no pensaba expresar nada que pudiera molestar a la dinastía de los Castro.
Francisco, el que dijo que “quién no vive para servir, no sirve para vivir”, el que no mencionó a los inocentes presos políticos cubanos ni pidió el fin de las torturas contra ellos, el que pidió el fin de la pena de muerte y de la venta de armas, ¡en Estados Unidos!, puso su mano sobre la frente de Zaqueo antes que la seguridad vaticana lo empujase y los agentes castristas lo detuvieran violentamente y condujeran a una unidad policial donde se encuentra, junto a María e Ismael, en huelga de hambre y sed. En Holguín y Santiago de Cuba, el Sumo Pontífice mencionó a Zaqueo el personaje bíblico. ¿Coincidencia?
El papa argentino puso su mano y la estrechó en Cuba a personas humildes, pero también a algunos más ricos que el publicano Zaqueo. Ricos explotadores, que cobran los más altos impuestos y ponen los más elevados precios en sus mercados exclusivos, mientras pagan los salarios más miserables del planeta. Ricos que no tienen la más mínima intención de imitar a Zaqueo el de Jericó ni conciben una Cuba donde ellos no sean servidos por todos sus habitantes. Ricos que han matado a miles y han hecho muchas guerras. Ricos que han comprado muchas armas y armaron guerrillas por todo el continente. Ricos peligrosos y vengativos, no como el democrático Obama que no se molesta con lo que diga Francisco ni puede tomar represalia contra la Iglesia ni contra nadie en su país.