Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: LOS MUY DESMEMORIADOS DE LA HISTORIA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 06/10/2015 15:45
Los muy desmemoriados
Pero no hay muchos logros por parte de los consecutivos gobiernos. Kennedy fue el más inteligente, a mi modo de ver, pero no tuvo tiempo: las intrigas palaciegas combinadas con el cubaneo en ciernes de los primeros años de la década de 1960 no solo impidieron que el acercamiento se consumara, sino que le costaron la vida. Robert Kennedy hizo del tema Cuba una cruzada, tal vez por creer que de alguna manera estuvo implicada en la muerte de su hermano, o buscando votos que al final es posible que terminaran costándole la vida
 
 fidel-castro-john-f-kennedy.jpg (600×350)
 
           José Luis Rumbaut López | Diario Las Américas
Cuando nos da por ser desmemoriados, los cubanos no tenemos freno. Resulta que Obama está vendido y los anteriores presidentes desde Eisenhower hasta Bush, incluyendo a Clinton, fueron paladines de la libertad de Cuba con logros indiscutibles.

¡Pamplinas, diría el comediante! Tenemos una larga cadena de confrontación desde que a Nixon (vicepresidente en ese momento) se le ocurrió no recibir a Fidel Castro en 1960. Lo contrario tal vez, y con un poquito de inteligencia, hubiera cambiado la historia. Si no conocen en detalle este episodio, o si usted también está desmemoriado, le recomiendo las Memorias de Vernon Walters, donde este hecho se relata con la experiencia y la sabiduría del paso de los años.

Pero no hay muchos logros por parte de los consecutivos gobiernos. Kennedy fue el más inteligente, a mi modo de ver, pero no tuvo tiempo: las intrigas palaciegas combinadas con el cubaneo en ciernes de los primeros años de la década de 1960 no solo impidieron que el acercamiento se consumara, sino que le costaron la vida. Robert Kennedy hizo del tema Cuba una cruzada, tal vez por creer que de alguna manera estuvo implicada en la muerte de su hermano, o buscando votos que al final es posible que terminaran costándole la vida.

Los presidentes republicanos que siguieron levantaron la parada. Nixon, esta vez como presidente, también tuvo un papel importante en las operaciones de la inteligencia norteamericana. Se agudizó la guerra directa y se emplearon todos los esfuerzos para desestabilizar y derrocar al gobierno de Fidel Castro. Al final, por H o por B, el trigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos terminó siendo el único hasta la fecha en dimitir, y en esa novela la presencia cubana también está documentada.

James Carter tuvo fama de ser un presidente blando. Trató de hacer las paces con La Habana y acudió también a todos los medios a su alcance para eso, aunque no impidió que la CIA continuara su larga lucha contra el gobierno cubano. Su periodo obtuvo importantes éxitos en política exterior, como los tratados sobre el Canal de Panamá, los Acuerdos de paz de Camp David, el tratado SALT II con la URSS y el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China.

Sin embargo, tampoco logró ese acercamiento, aunque fue el primero en visitar Cuba y hablar abiertamente a los cubanos desde el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Recuerdo sus palabras cuando dijo que el primer paso lo tenía que dar Estados Unidos, porque sin atender a las razones, ellos eran una superpotencia, y así se portaban los países grandes.

Lo recordé cuando Obama decidió serruchar la escalera de las objeciones, y sin detenernos en el derecho que tenemos los cubanos de decidir cómo hacemos las cosas, el hecho protagonizado el 17 D solo me convenció de la razón de Carter y del prestigio que da comportarse como grande, como una superpotencia, sobre todo si el adversario (no creo en enemigos) es pequeño y está tan desgastado.

Los ánimos se caldearon cuando Reagan se rodeó de ex comunistas para trazar el plan de acción conocido como Documento de Santa Fe. Nadie como los de adentro para saber combatir al adversario; yo lo vi todo desde el cuarto piso del edificio docente del politécnico electronuclear “Julio Cesar Castro Palomino”, de Cienfuegos. Frente, en el muelle de Pasacaballos, cuatro torpederas y un submarino esperaban en posición de combate la llegada de las tropas norteamericanas. Unos metros costa adentro cientos de milicianos cavaban sus trincheras, comían, bebían y, sobre todo, no trabajaban. Así empezó la década de los 80, transcurrió el éxodo del Mariel, la invasión a Granada, la perestroika, sin ninguna evidencia que indicara resquebrajamiento alguno de la unidad interior del régimen en Cuba.

Razones para no perder la memoria
Creo que fue todo lo contrario. El periodo beligerante de Reagan condicionó la unidad de los cubanos dentro de la isla, le granjeó apoyos en la arena internacional y le permitió adquirir simpatías para las luchas africanas, los apoyos centroamericanos y otras actividades consideradas por algunos como subversivas, al colmo de calzarles la etiqueta de “exportación de revoluciones”. ¡Como si eso se pudiera exportar!

Clinton tuvo la intención desde un principio de acercarse y limar asperezas. Algunos de los más desmemoriados solo quieren recordar que Clinton firmó la Ley Helms Burton luego del anunciado y promocionado derribo de las avionetas. Este capítulo como hecho histórico ha sido muy documentado, pero nadie se percata de que les sirvieron en bandeja de plata los argumentos a quienes desde el interior del Gobierno cubano no veían el acercamiento con buenos ojos.

¿Entonces, qué ha pasado ahora con Raúl Castro, el hombre duro, el militar que controla los hilos del poder con mano dura, y que es quien ha abierto la caja de pandora? Los tiempos cambian, y la correlación de fuerzas también. Hay un momento de cambio generacional, la beligerancia no es amiga de esos cambios y menos aún de la estabilidad que necesita el país para una recuperación económica que se hace cada día más urgente.

Nadie entregará el poder. Y Obama no renuncia a los propósitos de sus antecesores. Lo contrario es una mentira que, como bien nos enseñó Goebbels, repetida tantas veces hasta nosotros mismos terminaremos creyéndola. Pero no crean que perdiendo la memoria olvidaremos lo que sucedió en estos años. Ni de un lado, ni del otro. Otra cosa es que la conveniencia y el mal menor nos obliguen a posponer disputas por salvar el lugar por el cual luchamos.
 
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados