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General: LA BÚSQUEDA DE REFUGIO EN EL MUNDO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 12/10/2015 17:09
EL APOYO A LLAMADOS CONTRA LOS INMIGRANTES
HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS CREA UNA DIVISIÓN EN NUESTRA NACIÓN
Las corrientes migratorias suceden desde el surgimiento de la especie humana
Las respuestas nacionalistas frente a la crisis de la inmigración representan una amenaza contra la unión de Europa y Estados Unidos

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Refugiados esperan en un abarrotado centro de inmigrantes en Passau, en el sur de Alemania, el 8 de octubre.
                    Por Olga Connor   El Nuevo Herald
La avalancha de la población del Oriente Medio, Asia y Africa hacia Europa, a través del Mediterráneo, es una situación en búsqueda de amparo que se compara con la de los inmigrantes hispanos que han estado entrando en Estados Unidos a través del Río Grande y otros caminos por años y años.

Hoy los hispanos son más de 53 millones de habitantes en este país y se calcula serán la minoría mayor. Ya son más que los no latinos en California, un estado que augura lo que sucederá en el resto de la nación. En Europa, como en América, son seres que huyen de la violencia y de la miseria. Buscan nuevas vidas para sus familias. Lo que es una pauta para la reflexión en este mes de la Hispanidad que se celebra nacionalmente en Estados Unidos del 15 de septiembre al 15 de octubre.

Estas corrientes migratorias han sucedido desde que surgió la especie humana. Es la ley de la supervivencia. En cierto modo esto es beneficioso para todos los involucrados, incluyendo los países donde se asientan, pero en otros modos es una amenaza a su identidad original.

El presidente de Francia François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel han declarado conjuntamente en la Eurocámara, que se celebró en Estrasburgo esta semana, que temen que el nacionalismo, o soberanismo, debido a la reacción ante los refugiados, acabe con el ideal de Europa. Esta es la noticia más impresionante frente a este conflicto. Una de las reacciones singulares de soberanismo más fuertes fue la del cardenal de Budapest Peter Erdo, que llegó a decir en contra del papa Francisco que esto era tráfico humano. Pienso que este sacerdote recordaría la historia del Imperio Otomano subyugando grandes partes de Hungría del 1541 al 1699.

Un pacto con la permanencia
Y esto es lo que sucede después de la globalización y de la modernidad, que se tiende a la regionalización. Esto lo afirmó el gran poeta y ensayista mexicano Octavio Paz en los años 1960. ¿Por qué es esto? Porque los seres humanos tenemos una necesidad de incorporarnos a grupos, de pertenecer. “Es un pacto con la permanencia”, dijo Paz en Corriente alterna. Y después no queremos que otros penetren esos pactos, que tenemos para darle sentido a nuestra vida personal y social. Es el statu quo que buscamos en sociedad. De ahí surgen las definiciones étnicas que ayudan a sentir que pertenecemos, pero también nos dividen porque no podemos aceptar a los otros, a los diferentes.

Las respuestas nacionalistas frente a la crisis de los refugiados representan un riesgo para el ideal de Europa unida. Del mismo modo, el apoyo a llamados contra los inmigrantes hispanos en Estados Unidos crea una división en nuestra nación. Hungría acaba de levantar un muro en su frontera con Serbia, eco del de Berlín. En Estados Unidos los votantes aplauden a Donald Trump en su afán de que se levante un muro por toda la frontera con México.

Las fórmulas lingüísticas nos muestran estas diferencias. Después de cierta edad en la adolescencia cerramos el grupo de fonemas o sonidos distintos que podemos formar, ya sea el del inglés, el español, el francés, o varios a la vez. Es un fenómeno biológico y social. Luego, al aprender otras lenguas tenemos acentos diferentes a los regionales de la niñez. En Estados Unidos los inmigrantes que hablamos español tenemos un acento distinto y peculiar por mucho que aprendamos el inglés si es que llegamos aquí después de los 14 o 15 años. Somos discriminados por nuestro acento y nuestras costumbres, no pertenecemos a la sociedad a la que nos incorporamos y tampoco queremos pertenecer, en realidad. Añoramos “lo nuestro”, esa frase que adoptó hace tiempo la cadena nacional en español Univisión, y que también representa el aspecto de la diferente identificación cultural.

Y esto es lo que sucede en España actualmente, especialmente en Cataluña, a pesar de su lengua romance, el catalá, y en el País Vasco, de lengua de origen indefinido, el euskera, como regiones extremas que quieren su definición separadamente y que también insisten en sus idiomas propios. A lo que también respondió el rey Felipe de España, en Estrasburgo, declarando a España como unida, y “orgullosa de su diversidad”, y rechazando por tanto los afanes separatistas.

Los vencedores en las grandes invasiones
Por esto las invasiones actuales en Europa de gente desesperada les recuerdan a los europeos que estos constituyen una adición de más musulmanes de los que ya ocupan sus países y que hasta ahora les han creado bastantes problemas no queriendo adaptarse a la cultura nacional. Porque las adaptaciones a las culturas soberanas se exacerban aun más al crearse la Unión Europea, que no es una unión verdadera en el sentido de hermandad espiritual, sino más bien económica. Y eso que cada nación, a las que se refieren Hollande y Merkel, son el cúmulo de varias regiones. Francia, al igual que España, Italia y Alemania, se formaron de principados. No son provincias, o estados, aunque en estos casos también suceden las separaciones y distinciones, sino regiones muy diferentes en origen y costumbres, como la Bretaña, Normandía, Provenza, etc., en Francia. Italia, que no fue nación hasta 1861 en que se instituyó como Reino, se ha visto compuesta por la Lombardía, el Piamonte, las dos Sicilias, el Véneto, Toscana y los Estados Pontificios.

En sucesos críticos de grandes invasiones, como sucedió en toda la América después de 1492, seguida de la potente colonización española, el vocablo hispanidad es una aclamación del triunfo de los que trajeron ese idioma. Ellos fueron los vencedores de poblaciones originales que aún tienen una amplia representación en los países andinos y centroamericanos, en idiomas, como el quechua, en costumbres y en rasgos étnicos.

Después de todo, la mayoría de los inmigrantes hispanos a este país, que quieren llamarse latinos por razones muy paradójicas que ya hemos discutido, para enfrentarse a los llamados sajones del norte, no se parecen mucho a los que originaron el habla hispana en España y la trajeron a América, sino más bien a los aborígenes americanos. Sus facciones y sus costumbres culinarias no son españolas, son mexicanas y centroamericanas en su mayor parte.

Celebramos la hispanidad porque hablamos español, pero esa fue la lengua de los vencedores. Viendo lo que es América hoy pensemos en lo que se puede convertir Europa si avanza el arabismo, o el Islam, por las mil maneras en que se extienden sus migraciones, especialmente como invadieron Europa y se quedaron en España del 711 hasta 1492, y quizás hasta por una guerra cuyas primeras bombas estallan desgraciadamente ya en el Oriente Medio.
  
OlgaConnor.jpg (140×140)  ACERCA DEL AUTOR
Olga Connor nació en La Habana, en una familia de inmigrantes españoles, escribe para  El Nuevo Herald sobre la literatura, las artes, y la actualidad cultural de Miami.  En su larga carrera periodística ha entrevistado a personalidades como el expresidente Bill Clinton, el poeta ruso Yevgeny Yevtushenko y el chileno Gonzalo Rojas, el director de cine John Huston y los bailarines Margot Fonteyn y Julio Bocca, entre otros.
Es autora del libro Palabras de mujer / Parables of Women, publicado en el 2006 por la editorial Betania.

el Nuevo Herald | elnuevoherald.com
 


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