El esquiador acrobático
Gus Kenworthy, número uno del mundo, sale del armario como gay
Aunque la situación está cambiando, apenas un puñado de atletas se han atrevido a 'salir del armario'
La noticia ha creado cierto revuelo en Estados Unidos,ya que por allí no es nada frecuente que los deportistas declaren su orientación homosexual
El esquiador acrobático Gus Kenworthy ha salido del armario como gay en una entrevista concedida a la revista deportiva ESPN. Kenworthy, de 24 años de edad, ha concluido la temporada actual como campeón del mundo por quinto año consecutivo y, por lo tanto, no solo está en la cima de su carrera, sino que es el mejor del mundo en su disciplina. Gus Kenworthy sigue así el camino abierto por otros deportistas en activo de su país, como Robbie Rogers de la liga profesional de fútbol europeo (MLS), Jason Collins de la liga profesional de baloncesto (NBA) o Michael Sam de la liga profesional de fútbol americano (NFL).
Gus Kenworthy, actual número uno del mundo en esquí acrobático (o esquí freestyle), adelantaba en su cuenta de Twitter la que será la portada del número de octubre de la revista deportiva ESPN, que ocupa una fotografía suya, añadiendo un breve mensaje: “Soy gay”. En el titular del magazine se podía leer “¿Es suficiente ser el mejor del mundo para ser aceptado?”. La respuesta inmediata de sus seguidores y compañeros en al red social fue abrumadoramente positiva, con mensajes en los que la frase “estamos orgullosos de ti” era la más repetida.
En el adelanto que de la entrevista ofrece la página de ESPN, el deportista cuenta cómo hace ya dos años que salió del armario ante su familia, aunque él sabía que era gay desde que tenía cinco años de edad. También confiesa que su mayor deseo hubiera sido salir del armario cuando participó en los Juegos Olímpicos de Sochi, en los que consiguió una medalla de plata en la modalidad de slopestyle: “La idea era besar a mi novio al finalizar mi carrera, lo que, además de mi salida del armario, habría sido un silencioso ‘jódete’ a las leyes homófobas rusas”. Esa idea le servía de acicate incluso para intentar ser el mejor: “No quería salir del armario como el medallista de plata de Sochi. Quería salir del armario como el mejor esquiador acrobático del mundo”.
Sin embargo, Gus no encontró la fortaleza interior necesaria para dar ese paso, por ello ahora afirma que “nunca he llegado a estar orgulloso de lo que hice en Sochi, porque me he sentido horriblemente por lo que no llegué a hacer”.Recuerda incluso cómo en las numerosas entrevistas que ofreció en su país en aquellas fechas mintió en cuestiones como de qué persona famosa se enamoraría, eligiendo a Miley Cirus.
Pero parece que un año después, tras proclamarse como el campeón del mundo por quinto año consecutivo según la Asociación de Esquí Acrobático Profesional, ha encontrado esa fortaleza para dar a conocer a todo el mundo su orientación sexual: “Sentía que estaba demostrando valentía para tratar de ganar y ser el mejor, pero a la vez era un cobarde con lo demás, al no dejar que lo supiera nadie. Estoy entusiasmado de que ambas cosas puedan ir juntas”.
Aún así, Gus sigue temiendo cuál puede ser la reacción dentro del mundo de su disciplina deportiva, cuyos integrantes “son una comunidad de individuos, donde cada uno va a lo suyo, no es un deporte de equipo, te las apañas tú solo”. A pesar de esa individualidad, no se le escapa que el ambiente del esquí acrobático es muy uniforme, y teme que los patrocinadores no acepten a quien es diferente: “todo el mundo lleva una gorra Red Bull, o Monster o Rockstar, una camiseta y pantalones vaqueros y zapatillas de skate. Todo el mundo tiene el mismo tipo de coche y escucha el mismo tipo de música. La industria no recibe con los brazos abiertos a quien es diferente. Estoy nervioso por eso”.
Un mundillo con fama de machista
Algunos medios han señalado que la salida del armario de Gus Kenworthy adquiere mayor relevancia precisamente por ser un esquiador acrobático, un mundillo con fama de machista en el que la palabra “gay”, al menos en Estados Unidos, se utiliza con desprecio para describir todo aquello que no es propio de “hombres de verdad”.
Pero, por el momento, la reacción de los compañeros de Gus está siendo muy positiva. Algunos miembros de la Asociación de Esquí y Snowboard de los Estados Unidos (USSA) apoyaron mediante un comunicado al deportista. Uno de ellos, el también olímpico Bobby Brown, declaraba que “esto va a hacer su vida mucho más fácil. Tiene que ser difícil aferrarse a algo así durante mucho tiempo y sé que ha sido un gran peso sobre sus hombros. Así que va a ser genial para él poder ser como es de verdad con todos lo que le conocen en este mundillo. Se va aliviar ese peso y va a ser mucho más feliz tanto en su vida privada como en el esquí”.
El mismo presidente de la USSA, Tiger Shaw, expresaba su apoyo con las siguientes palabras: “Hoy, admiramos a Gus por haber tenido la fortaleza suficiente para decirle al mundo quién es como persona, y haya allanado así el camino para que otros hagan lo mismo”.
Estados Unidos está rompiendo en los últimos meses el tabú de la homosexualidad en el deporte como ningún otro país. Kenworthy es el último profesional en unirse a un elenco de deportistas que han decidido dar el paso y revelar públicamente que son gays o lesbianas.
Michael Sam se convirtió en 2014 en el primer jugador abiertamente homosexual en ser elegido en el draft de la liga de fútbol americano (NFL), donde, sin embargo, nunca pudo jugar. Unos meses antes, Jason Collins fue el primer jugador abiertamente gay en disputar un partido de la NBA. También el futbolista Robbie Rogers y la gran estrella del baloncesto femenino estadounidense, Brittney Griner, revelaron su homosexualidad.
Y tanto la NFL como la liga de hockey sobre hielo (NHL) pusieron en marcha en 2013 iniciativas de aceptación adelantándose al hecho de que alguna de sus estrellas pueda reconocer abiertamente su homosexualidad.
Esta buenorro este papichulo, jajaja... ¿A qué sí?