Beny Gangian el papá, con su hija Eimy y su esposa Yael Gangian (Foto Bloomberg )
TAILANDIA: LA CAPITAL MUNDIAL DE LAS CIRUGÍAS DE REASIGNACIÓN DE SEXO
Beny y Yael Gangian gastaron más de $30,000 para ayudar a su hija transgénero, Eimy, a completar su muy deseada intervención de cambio de identidad. La familia de Eimy, de origen Israelí, utilizó el dinero ahorrado por 18 años, añadiendo dinero tomado en préstamos de un banco, más dinero donado por familiares y amigos para ayudar a su hija. Ellos entendieron que había un solo sitio donde podían sentir que les darían tratamiento inmediato, de alta calidad y a un precio razonable: Tailandia.
La nación del sureste de Asia, está a la vanguardia en la creciente práctica de intervenciones de reasignación de sexo. Tailandia acumula una historia de décadas de bajos costos en los cuidados de salud, y una disponibilidad de cirujanos adiestrados en los procedimientos para la operación de hombre a mujer.
Eimy, de 18 años de edad, pudo haber tenido la operación de forma gratuita en Israel, de donde es original, pero probablemente los doctores no hubiesen tenido tanta experiencia, y ella hubiese tenido que esperar años en lista de espera, una demora que su madre Yael, entendía que Eimy no podía tolerar. “Tienen los mejores doctores aquí y siento que puedo confiar en ellos”, comentó Eimy. “Yo deseo tener la operación, para continuar mi vida con felicidad, y en verdad, para convertirme en una mujer, completamente, sin ningún cuestionamiento”, concluyó.
De acuerdo a Josef Woodman, el principal oficial ejecutivo de Patients Beyond Borders, una firma de consultoría en Chapel Hill, Carolina del Norte, Tailandia se ha convertido en el destino ultramar de mayor popularidad para pacientes que buscan cirugías de reasignación de sexo.
De igual manera opina Curtis Crane, un cirujano plástico y urólogo de San Francisco, quien estuvo 6 semanas en Bangkok en el 2009, aprendiendo de Preecha Tiewtranon, el pionero de la industria de cirugía de reasignación de sexo de Tailandia. Según Crane, “La cirugía puede probablemente realizarse en Tailandia por un tercio de lo que le costaría en EU. Para algunas personas que no tienen seguro de salud y que necesitan tener la operación, es la única opción”.
La cirugía de afirmación de género, como se le conoce en la comunidad transgénero, es un pequeño pero creciente espacio en la industria turística médica de Tailandia. La misma atrae más de 2 millones de visitantes al año. Esos pacientes generaron cerca de 140 billones de Baht ($4 billones) en ganancias el último año, y un aumento de 18 por ciento en el 2013.
Preecha, quien realizó la primera cirugía de reasignación de género en 1975, atribuyó la popularidad del país para estos procedimientos a tres razones: primero, es muy barato en Tailandia. Segundo, buenos resultados. Tercero, buena hospitalidad, porque a la vez pueden aprovechar y hacer turismo.
Preecha cuenta con 5 colegas cirujanos en su Instituto Preecha de Estetica, en Bangkok. En su clínica se realizan de dos a tres operaciones de este tipo por semana. En total han realizado más de 3,500 en las pasadas tres décadas. Cerca del 90% de sus clientes son extranjeros, mayormente de China, el mediano oriente y Australia.
Se estima que al menos 100 doctores tailandeses están cualificados para realizar la operación. Los paquetes incluyen los gastos médicos y de cirugía, gastos de hotel, masajes, y una gira por la ciudad comenzando en $9,770.
Según James Bellringer, cirujano urólogo de Londres que ha realizado más de 1000 operaciones de hombre a mujer, “Tienen una buena reputación y ha sido bien ganada. Los Tailandeses están realizando un trabajo seguro y satisfactorio.”
Las demandas por servicios de identidad de género han aumentado a nivel mundial, sobrepasando, frecuentemente, las capacidades de los centros subsidiados por los gobiernos. En septiembre de 2015, el Charing Cross Hospital de Londres, donde tienen una clínica de identidad abierta desde el 1966, tenía una lista de espera de 364 personas. En el mes pasado recibió 27 nuevos referidos, y los pacientes tienen que esperar un promedio de 72 semanas.
“Ha habido un aumento masivo. Las personas están más preparadas para salir del closet tal como son.”, opinó Fintan Harte, psiquiatra y director de la clínica de disforia de género en Melbourne’s Monash University, el único centro de su tipo auspiciado por el gobierno en Australia.
Eimy, cuyo caso mencionamos al principio del presente artículo, estuvo deprimida, se negaba a acudir a la escuela, e inclusive comenzó a negarse a salir de la casa. Cuando tenía 16 años, su familia se movió de Tel Aviv a un pueblo pequeño intentando facilitarle su transición. Ahora, siendo una mujer joven y delgada refleja confianza. Eimy trabaja a tiempo parcial en un hospital y desea continuar una carrera como cantante clásica.
“Si ella es feliz, yo soy feliz.”, comentó su madre Yael.
El padre de Eimy, Beny, quien vende y repara alfombras, dijo que los $33,000 que costó el viaje es un precio pequeño a pagar por la felicidad y bienestar de un niño que ya ha enfrentado muchos retos y especialmente necesita el apoyo y amor de su familia.
“Yo he llegado aquí con la ayuda de mi familia,” comentó Eimy. “Todos mis amigos me han apoyado. Siempre existen algunos que no están interesados en apoyar personas como nosotros, como yo, que hacen la transición. El mundo necesita estar abierto y comprender nuestra situación.”, finalizó.
Traducido y editado de Bloomberg
Publicado en la web Somos