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De: cubanet20 (Mensaje original) |
Enviado: 30/11/2015 19:09 |
El VIH ha matado a más de 25 millones de personas en todo el mundo
El Sida sigue siendo una de las epidemias más destructivas de nuestra historia
David Kirby puso rostro al Sida en su lecho de muerte en 1990
El 1 de diciembre es el Día Internacional de la lucha contra el sida. Se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988 y desde entonces, el VIH ha matado a más de 25 millones de personas en todo el mundo. Pero aunque parezca mentira hoy, los avances médicos han provocado que se pierda el miedo a la enfermedad, que ya no ocupa las portadas. Y las precauciones han bajado.
El Sida es una de las epidemias más destructivas de nuestra historia. A pesar de que en la actualidad se ha mejorado el tratamiento antirretroviral y el cuidado médico en muchas regiones del mundo, el VIH sigue costando millones de vidas. Un dato es revelador. En 2014 se estima que 37 millones de personas estaban infectadas, solo la mitad recibía tratamiento. El 70% de las infecciones están en el África subsahariana, con un total de 24,7 millones de personas.
En España el 84,7% de los casos son hombres, de una media de 35 años y la vía detransmisión más común es la sexual en un 80% de los casos, y de estos el 54% son de relaciones homosexuales entre hombres. La mortalidad ha disminuido un 54% en los últimos 13 años.
Por ejemplo, Europa registró el año pasado más de 142.000 casos de contagio por el virus. Cifra que supone un récord anual, según ha informado la Organización Mundial de la Salud. El aumento de casos fue provocado por la subida en el este del continente, donde en la última década se han duplicado los diagnósticos de VIH. La transmisión heterosexual es el principal responsable del incremento en Europa del Este.
La foto que puso cara al sida
En noviembre de 1990 la Revista LIFE publicó la fotografía de David Kirby. Un joven consumido por el Sida, tumbado en la cama, rodeado de su familia y con una mirada perdida. Una mirada que marcó a la sociedad y que puso rostro a esta epidemia.
La angustiosa foto de Kirby en su lecho de muerte fue tomada por unaestudiante de periodismo llamada Therese Frare. En seguida se convirtió en una de las fotografías que, de forma poderosa, identificaba al VIH que por entonces, tenía a millones de personas infectadas por todo el mundo.
David Kirby nació y vivió en Ohio. Fue activista homosexual en los 80 y en los últimos años de la década se enteró de que había contraído Sida mientras vivió en California. Se puso en contacto con sus padres y les preguntó si podía volver a casa, él quería, dijo, morir con su familia alrededor y Los Kirby le dieron la bienvenida a su hijo.
La periodista le preguntó a David si le molestaba que le tomara fotos. "Él me dijo que lo veía bien, mientras no fuese para beneficio personal. Hasta el día de hoy no he deseado recibir dinero por esa fotografía".
"David era un activista y quería que se conociese la cruda realidad que había dentrás del VIH, lo destructora que es esta enfermedad no sólo para el que la padece, sino también para familias y comunidades". David murió en abril de 1990 a los 32 años.
Therese Frare ganó renombre por su fotografía devastadora y compasiva a la vez. La imagen de la familia de David consolándolo en la hora de su muerte ganó varios premios, incluyendo el Premio World Press Photo, cuando fue publicada en Life, pero verdaderamente se habó de ella dos años después cuando Benetton usó una versión a color de la foto en una polémica campaña.
Algunos grupos, como los Católicos Romanos y activistas del Sida se pusieron furiosos porque lo vieron como una explotación corporativa de la muerte con el objeto de vender camisetas y expresaron su indignación. La casa de caridad para el Sida de alto perfil en Inglaterra, el Terrence Higgins Trust, pidió la prohibición de la publicidad, etiquetándola como ofensiva y poco ética, mientras las poderosas revistas de modas como Elle, Vogue y Marie Claire evitaron publicarla.
En los últimos 20 años, se estima, que más de un mil millones de personas han visto hasta ahora la fotografía icónica de Frare que apareció en LIFE, luego reproducida en cientos de periódicos, revistas e historias en televisión, alrededor del mundo, enfocados en la foto en sí y (cada vez más) sobre la controversia que la rodeó.
Símbolo del Lazo Rojo
El lazo rojo es en todo el mundo el símbolo de la solidaridad con los enfermos de sida e infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Este emblema fue creado en 1991 por el grupo de artistas neoyorquinos "Visual AIDS Artists Caucus", cuyos miembros buscaron un símbolo bien visible para expresar su apoyo a los pacientes. El color rojo representa el vínculo entre la sangre y la pasión.
Historia del Lazo Rojo
El lazo rojo se remonta a una costumbre estadounidense de honrar y recordar a fallecidos con una cinta atada a un árbol. Este símbolo también muestra el amor y el afecto por la persona desaparecida.
Su debut público lo tuvo el lazo rojo a comienzos de los 90, cuando el actor británico Jeremy Irons, entre otros, lo llevó en la ceremonia de entrega de los premios Tony.
También el programa de Naciones Unidas para la lucha contra el sida (ONUSIDA) tiene como logotipo el lazo rojo. "Cualquiera puede llevar el lazo rojo. No hay que ser homosexual o VIH positivo para mostrar que se tiene comprensión por los procedimientos relacionados con el VIH y el sida", dice su argumentación.
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El Director Ejecutivo de ONUSIDA
da su mensaje por el Día mundial del sida 2015
1 de diciembre de 2015
El mundo se ha comprometido a poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de losObjetivos de Desarrollo Sostenible. Este objetivo ambicioso, pero plenamente alcanzable, representa una oportunidad única para cambiar el curso de la historia para siempre, algo que nuestra generación debe hacer por las generaciones venideras.
Hoy en día, vivimos en comunidades frágiles en las que persistirán las desigualdades si los servicios esenciales no llegan a las personas necesitadas. Para cambiar esa dinámica, tenemos que acelerar el ritmo de nuestra acción. Sabemos que fortalecer los servicios locales para llegar a las poblaciones clave redundará en una mayor salud y resistencia de las sociedades.
La buena noticia es que ahora tenemos lo que se necesita para detener la epidemia y evitar que repunte, y así impedir un número sustancialmente mayor de nuevas infecciones por el VIH y muertes relacionadas con el sida y eliminar el estigma y la discriminación relacionados con el VIH.
Ya hemos llegado a 15,8 millones de personas que reciben tratamiento, que es vital. Y cada vez más podemos mejorar nuestras iniciativas y ser más precisos en nuestra capacidad de llegar a personas que, de otro modo, podrían ser dejados atrás. Así, fijándose en la población y la ubicación, los países pueden redistribuir las oportunidades para mejorar el acceso.
En este Día Mundial del Sida, los países están aplicando la Estrategia de Respuesta Rápida de ONUSIDA, y con una inversión inicial apropiada podemos esperar que se cierren más rápidamente las brechas en los servicios esenciales. Esto significa que los recursos podrán ir más lejos para llegar a más personas, cambiándoles la vida.
Con los objetivos de desarrollo sostenible, el mundo ha entrado en una nueva era de innovación e integración. Y hay una mayor comprensión sobre cómo están interconectados los objetivos globales y una mejor valoración para avanzar juntos.
Poner fin a la epidemia de sida significa que las adolescentes y las mujeres jóvenes tengan acceso a una educación apropiada en torno al VIH y a servicios de salud sexual y reproductiva. Significa también que las poblaciones clave, como las personas que se inyectan drogas y los transgéneros, tengan acceso completo a los servicios de salud, prestados con dignidad y respeto. Y significa asimismo que todos los niños nazcan sin el VIH, y que ellos y sus madres no solo sobrevivan, sino que prosperen.
Estamos en un momento apasionante de la respuesta al sida. Estamos construyendo el impulso hacia un futuro sostenible, equitativo y saludable para todos.
Michel Sidibé
Director Ejecutivo de ONUSIDA
Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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DÍA MUNDIAL DEL SIDA 2015 El primer caso conocido se descubrió en 1959 El misterio sin resolver del paciente cero: ¿Cómo se infectó el mundo?
Se cree que la enfermedad mutó en el Congo y empezó a afectar a los humanos, pero todavía no se ha logrado comprobar esta teoría
El 5 de junio de 1981 la comunidad científica dio a conocer los cinco
primeros casos de sida, una enfermedad cuyo origen sigue siendo un interrogante
Manuel P. Villatoro - ABC «En el período que va desde octubre de 1980, hasta mayo de 1981, 5 hombres jóvenes, todos homosexuales activos, han sido tratados de neumonía “Pneumocystis carinii” confirmada por biopsia en 3 hospitales diferentes de Los Ángeles, California. Dos de los pacientes han muerto». Así comenzaba el artículo que, el 5 de junio de 1981, publicó el CDC de Atlanta (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) en su boletín epidemiológico semanal. Por entonces, ni los médicos, ni los expertos, ni nadie sobre la Tierra sabía que aquellos sujetos –hasta entonces perfectamente sanos- eran unos de los primeros seres humanos conocidos en padecer el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Una dolencia más conocida como sida y que, a pesar de ser considerada como la gran pandemia del siglo XX, sigue teniendo varias incógnitas a sus espaldas. Entre ellas, quién fue el paciente cero o cómo llegó el virus a expandirse por el mundo hasta afectar a millones y millones de personas.
Desde entonces, el sida –y su causa, el VIH (el virus de la inmunodeficiencia humana)- se ha convertido en una de las enfermedades que más muertes ha causado en la época moderna. Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud, donde se explica que, desde que se tiene constancia de su existencia, esta enfermedad se ha cobrado la vida de más de 36 millones de personas. En la actualidad, y a pesar de que es una dolencia que se puede controlar, tampoco hemos logrado liberarnos de su lacra, pues hay 35,3 millones de seres humanos infectados por ella -de los que más de dos son niños-. A su vez, han tenido que pasar 30 años tras el descubrimiento de este mal para que la sociedad deje de verlo como una causa de vergüenza. Y es que, en los ochenta fue considerado erróneamente como un virus cuya propagación solo podía ser evitada cerrando las fronteras (una idea fomentada, entre otros, por el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan) y aislando en sus casas a los enfermos. Por suerte, el tiempo ha hecho a la sociedad más sabia.
Un extraño origen A pesar de que el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos puso el foco en 1981 sobre esta nueva enfermedad, para entonces ya se había cobrado varias vidas. Sin embargo, se desconoce el momento exacto en que el VIH y el sida hicieron su aparición. Las teorías son varias, pero una de las más aceptadas es la que afirma que esta enfermedad afectaba en principio únicamente a los animales. «Como ocurre con un gran número deenfermedades infecciosas, los datos disponibles apuntan a que el VIH fue el resultado de una mutación de un virus similar que afectaba a otras especies animales. Es decir, al igual que sucedió, por ejemplo, con la gripe, el sida habría sido en sus comienzos una zoonosis (una infección que habría superado la barrera entre especies para saltar al ser humano)», explica Pedro Pérez (del «Grupo de Trabajo sobre tratamientos del VIH») en su dossier «Origen y evolución del VIH».
De una opinión parecida es la doctora Shereen Usdin (una reconocida facultativa licenciada en medicina por la Universidad de Harvard y experta en esta enfermedad). En su obra «Sida», esta mujer es partidaria de que la madre naturaleza nos castigó con este cruel salto entre especies a principios del siglo XX. Esa época habría sido en la que la cepa más letal del VIH (el VIH-1) habría pasado de un animal a un humano en África central. Con el VIH-2 (un subtipo menos agresivo) habría sucedido algo parecido, aunque algunos años después y en África Occidental. «La conclusión de que este es el origen del sida se basa en las similitudes entre las formas de los virus humanos y de los monos, además de en la geografía común que comparten las cepas víricashumanas y de los monos. Aunque nadie sabe la respuesta definitiva de cómo sucedió esto […], lo más probable es que el virus pasara a los seres humanos alrededor de 1930, al contaminarse un corte en la mano de un cazador -o de una persona que preparara la carne de mono para cocinar- con la sangre de un mono infectado», añade la experta.
Segal, el ideólogo de la teoría de que el sida es una enfermedad artificial creada creada por EE.UU.
Esta afirmación coincide de forma aproximada con la teoría que, hace menos de un año, presentó un equipo de investigadores de las universidades deOxford y Lovaina (Inglaterra y Bélgica respectivamente). En ella se señalaba que, para encontrar el origen del VIH, es necesario retroceder en el tiempo hasta 1920. Ese habría sido el año en el que, en Kinshasa (en la actualRepública del Congo), el virus pasó de ser el VIS (Virus de inmunodeficiencia de simios) a VIH. A su vez, los expertos explicaban que la expansión del mismo se produjo también en esta región debido a dos causas principales: la comercialización de las relaciones sexuales con prostitutas, y el uso por parte de los médicos de las mismas jeringuillas a la hora de tratar de controlar las enfermedades de transmisión sexual en la zona. Así lo afirmó, al menos, el genetista español David Posadas en 2014 a la revistaScience (señalando siempre que todo son interpretaciones, y no datos fehacientes).
Con todo, tampoco faltan aquellos «conspiranoicos» que creen que esta enfermedad nació durante la Guerra Fría como un virus letal capaz de aniquilar a la población del bando enemigo. Así lo creía el científico Andreas Faber-Kaiser (citado por Miguel Pedrero en su libro «Corrupción, las cloacas del poder: Estrategias y mentiras de la política mundial»). Este hizo referencia en su momento a que dicha teoría había sido señalada por varios expertos como Jacob Segal a principios del siglo XX. «El profesor Segal, de la Universidad de Berlín Oriental, apunta a que fue probablemente en loslaboratorios de Fort Detrik (Maryland) donde tuvo lugar la manipulación genética. El doctor Segal ha elaborado un informe de 30 páginas sobre su convicción del origen artificial del virus, en el que se afirma que el retrovirus VIH es una combinación del virus MAEDI-VISNA, oriundo de las ovejas, y el virus humano de la leucemia de células. Muy probablemente, añade el doctor Segal, los científicos no eran conscientes de la terrible creación que habían logrado». Esta idea es, a día de hoy, totalmente denostada por la comunidad científica.
Los casos desconocidos Aunque los datos recabados no han ayudado a averiguar el momento preciso en el que el VIH pasó de ser una enfermedad animal a humana, se sospecha que este hecho se debió suceder a principios del siglo XX debido, entre otras cosas, a que el caso más antiguo de sida del que se tiene constancia en los archivos data de 1959. Tal y como explica la doctora Usdin en su libro, esta primera persona fallecida fue un hombre de la actual República del Congo. No obstante, el periodo de incubación necesario para que el virus acabe con el cuerpo humano (hasta un total de cinco años) obliga a tomar esta fecha como una mera orientación «Basándose en el tiempo que se necesita para que se produzcan cambios genéticos, se especula con que el virus debe haber estado entre nosotros durante muchos años antes que esto», añade la experta en su obra.
«El hombre, de 25 años, presentaba desde noviembre de 1958 una gingivitis crónica y lesiones cutáneas indoloras en la espalda. Anteriormente siempre había gozado de buena salud, pero en Diciembre de 1958 [empezó a tener] fatiga persistente, pérdida de peso, fiebre nocturna y tos con flemas», explica Mirko Drazen Grmek -experto en Historia de la medicina- en su libro «Historia del Sida». Tras sufrir todo tipo de dolencias como sangrados anales, nuestro triste protagonista fue ingresado en un hospital de Manchester, donde dejó este mundo tras una terrible agonía. Todo ello, para desconcierto de los expertos, los cuales no sabían qué enfermedad le aquejaba y que habían desechado una decena de diagnósticos antes de verle fallecer. El desconcierto aumentó después de que muriera ya que, cuando se le realizó la autopsia, se distinguió un extraño quiste en el cerebro que no coincidía con ninguna enfermedad conocida. Por entonces no se halló explicación alguna y se achacó todo a una curiosa coincidencia. Al caso, además, no se le otorgó ninguna importancia y fue archivado. Dos décadas después se descubrió que aquello era sida.
En palabras de Grmek, fue necesario esperar algunos años para que se tuviera constancia de otros dos casos, aunque por entonces fueron clasificados meramente como «enfermedades extrañas». «Están muy alejados el uno del otro tanto en el espacio como en el tiempo (Inglaterra, 1961 y Suecia, 1967), pero tienen varias características en común: la enfermedad oportunista es una infección diseminada debido a microbacterias; los pacientes eran muy jóvenes y de sexo femenino», añade el experto. En 1975 otra persona falleció por causas similares. En este caso, era unmarinero noruego que había hecho varias escalas en África. No obstante, en aquellos años ni se barajó que estas defunciones pudieran tener una relación entre sí por lo que, nuevamente, el suceso fue archivado y el cadáverenterrado y olvidado.
Los casos que popularizaron el sida y el estigma A principios de 1980 este desconocimiento general cambió gracias al doctorJoel Weisman, un médico de Los Ángeles que solía trabajar con grupos homosexuales y que se percató de que, en un plazo de tiempo de apenas unas semanas, cinco de ellos comenzaron a padecer una serie de síntomas similares. Entre los mismos destacaban episodios de fiebre, pérdida de pesorepentina y tumefacción (o hinchazón) linfática. A su vez, y según avanzó el tiempo, sufrieron también de diarrea e infecciones severas tamto orales como anales. Tras realizar múltiples pruebas, el buen doctor encontró que la sangrede varios de ellos había sufrido una reducción radical de linfocitos (una célula sanguínea que, junto con otras sustancias, se encarga de combatir las enfermedades cuando estas llegan a nuestro cuerpo). El estadounidense se percató, por tanto, de que se encontraba frente a una nueva dolencia que hacía que el sistema inmunológico no pudiese reaccionar ante las amenazas y que, en definitiva, podía volver letal cualquier virus.
Los cinco primeros casos fueron descubiertos en los años 80 «Los médicos se dieron cuenta de repente y con gran asombro de la existencia de una enfermedad que les pareció “nueva”. Nueva porque aparentemente antes nunca se había visto y porque, para comprendela, debían recurrir a modelos desconocidos en la patología y la epidemiología clásicas», explica Grmek. Aquel descubrimiento fue dado a conocer el 5 de junio de 1981 por el boletín del CDC, en el que también se explicó que dos de los pacientes habían muerto durante el proceso. «La gravedad de la enfermedad era impresionante. A pesar de una quimioterapia intensiva dos de los enfermos sucumbieron rápidamente y ninguno de los otros tres restantes parecía estar en vías de recuperarse», determina el médico en su obra. Aquel documento fue el primer signo de que un extraño virus había llegado hasta el mundo occidental y, según parecía, pretendía quedarse. A su vez, el que se informara de que todos los enfermos eran homosexuales e inhalaban «popper» hizo que la ciudadanía estigmatizase a estos colectivos acusándolos de haber sido los encargados de «propagar» el sida en el mundo civilizado. Una idea, por suerte, que ya ha desaparecido de la mente colectiva.
Aquel informe fue el principio del fin del sida (pues, gracias a este descubrimiento, se pudo poner coto a la enfermedad y, finalmente, controlarla), pero dio también el pistoletazo de salida a una era en la que elmiedo al VIH tomó las calles de medio mundo. Particularmente, lo que más pavor generó entre la población fue el no saber cómo se propagaba, lo que llevó a la sociedad a rechazar a aquellos que padecían la enfermedad. «Hacia 1986 el sida ya había aflorado en todas las regiones del planeta y el mundo buscaba con avidez un chivo expiatorio. Empezaban a imponerse el estigma y la discriminación, que brindaron un copioso festín para la homofobia», explica Usdin. Los políticos contrarios a la inmigración vieron su sueño hecho realidad con la aparición de este mal, pues les permitió tomarla con los extranjeros que llegaban a sus países. Un claro ejemplo de ello fue Ronald Reagan quien, como presidente de los Estados Unidos, incluyó el sida en la lista de enfermedades contagiosas por las que se podía «denegar la entrada a los inmigrantes que [solicitaban] residencia permanente» en América del norte.
Información tomada del ABC
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El SIDA en el mundo en 2015:
34 datos que reflejan el estado de la cuestión
Recordar es facil para el que tiene memoria
Olvidar es difícil para el que tiene corazón Gabriel García Márquez
No es una pandemia olvidada ni una enfermedad de la pobreza de África. El SIDA sigue siendo real. Y el 1 de diciembre se celebra, según marca el calendario de Naciones Unidas, el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sigue siendo una potencial causa de muerte en medio mundo: en todo el planeta hay 37 millones de afectados por VIH, y más de 1,2 millones de personas fallecieron solo en 2014 a causa de esta enfermedad, es decir, unas 3.300 al día.
Aunque es cierto que la expansión de los retrovirales ha ayudado a frenar la expansión de la epidemia, especialmente en los países occidentales, el SIDA no está acabado.Harían falta al menos cinco años y millones en investigación para que esto ocurriera. Por ello este 1 de diciembre es una buena fecha para tener en mente las cifras tanto del VIH (el virus) como del SIDA (la enfermedad causada por el mismo).
EN EL MUNDO
Hay unos 37 millones de afectados por el VIH en todo el mundo, según ONUSIDA, la agencia de las Naciones Unidas contra el Sida.
Menos de la mitad, un 37% (unos 16 millones), tiene acceso a tratamiento con antirretrovirales.
De los 16 millones de personas bajo tratamiento, 11 millones están en África. Según la OMS, en el año 2000 apenas 11.000 personas recibían tratamiento en el continente africano.
En el último año, dos millones de personas contrajeron VIH en todo el planeta.
Las infecciones se reparten al 50% entre hombres y mujeres.
En 2014, 1.200.000 millones de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida.
ESPAÑA
En España hay entre 130.000 y 160.000 personas con VIH.
Entre 2009 y 2014 se han diagnosticado 19.640 casos de VIH en España. A partir de 2011 se observa una tendencia, en general, descendiente.
Se diagnostican unos 10 casos al día (más de 3.000 nuevos diagnósticos anuales) de VIH. En concreto, en 2014 se notificaron 3.366 nuevos diagnósticos de infección por VIH, según datos de finales de noviembre del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Supone un pequeño repunte respecto a 2013.
Entre 20.000 y 30.000 de las personas que tiene VIH en España (un 25%-30%) están sin diagnosticar.
El tiempo medio para conocer que se está contagiado con el VIH es de siete años.
En España hay un total de 84.679 casos de SIDA.
Según CESIDA, la coordinadora estatal de VIH y SIDA, las ayudas del Gobierno contra el VIH se han reducido en un 70%. "[El Gobierno] ha roto los convenios existentes con el Consejo de la Juventud de España e Instituciones Penitenciarias y ha eliminado de manera radical el traspaso de financiación destinada a la prevención del VIH a las comunidades autónomas", denuncia su presidente, Juan Ramón Barrios.
FALLECIMIENTOS
En la última década se han reducido en un 42% las muertes por SIDA.
En 2004 fallecieron dos millones de personas por VIH en el mundo; en 2014, 1,2 millones.
Desde el año 2000 se han salvado 7,8 millones de vidas gracias a los avances en la lucha, especialmente en África.
NUEVOS DIAGNÓSTICOS
La principal vía de contagio del VIH es la sexual, en ocho de cada diez casos.
En España, el 84,7% de los diagnosticados de VIH son hombres (en la media mundial, 50%).
Los hombres que tienen sexo con otros hombres son el principal perfil de los nuevos contagiados en España.
En edades, la media de los nuevos diagnosticados está entre los 25 y los 34 años.
Un 13,4% de los nuevos diagnósticos de VIH notificados en 2014 tenía 50 o más años.
Se estima que la tasa de diagnosticados por VIH en 2014 es de 9,34 por cada 100.000 habitantes.
En España en 2014 se notificaron 444 casos (557 tras los retrasos en las notificaciones) de SIDA. Eso implica una tasa de 1,7 casos por cada 100.000 habitantes.
El 46,2% de los nuevos diagnósticos de 2014 se realizó de forma tardía.
El grupo que presentó mayor proporción de diagnóstico tardío fueron las personas que se inyectan droga (75%) y los hombres heterosexuales, 58,6%.
En los nuevos casos de SIDA, el 79,3% eran varones, y la mediana de edad fue de 43 años. Del total de casos, "el 34,9% se produjeron entre hombres que tienen sexo con otros hombres, el 33,3% en hombres y mujeres heterosexuales y el 20,5% en personas que se inyectan drogas", según un informe del ministerio.
92,3% de los diagnosticados con VIH en España reciben tratamiento antirretroviral, casi 105.000 personas.
La mortalidad en pacientes con VIH ha disminuido de 2003 a 2013 en un más de la mitad, un 54%.
La tasa de diagnósticos nuevos en España es muy similar en toda la región europea de la Organización Mundial de la Salud, pero es superior a la media de Europa Occidental y de la Unión Europea.
Para el 73% de los españoles contraer el virus no supone una preocupación, según un estudio hecho por la marca de preservativos Control con mil jóvenes de entre 18 y 35 años.
El 52% de los jóvenes españoles considera que el VIH no está presente en su entorno.
El 11,4% de los entrevistados por el CIS en 2013 se encuentran incómodos ante la vecindad de personas con VIH.
En el ámbito laboral, el 11,3% desaprueba compartir oficina con una persona con VIH.
EN LA LUCHA Para 2020, la ONU busca cumplir su objetivo 90-90-90. Con él se intenta asegurar que el 90% de quienes viven con VIH conozcan su estado serológico, que el 90% de quienes se saben infectados tengan tratamiento y que el 90% de quienes estén en tratamiento supriman su carga viral. Con datos de ONU Sida, Cruz Roja Española, Organización Mundial de la Salud, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, CESIDA, INE, Fundación Lucha contra el Sida, doctor Bo
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