Mientras en el mundo el sida era cosa de maricones
Por Yusimí Rodríguez López | La Habana | A pesar de que las películas cubanas deben quedarse en el país luego de que finalice el Festival de Cine, el público cubano no deja de repletar las salas para ver las producciones nacionales durante el evento. No importa si la película comienza casi una hora más tarde del horario programado, y esto implica no llegar a tiempo a otro cine para ver otro filme. Así sucedió con la película El acompañante, de Pavel Giroud, que tuvo su estreno en el país el pasado sábado en el cine Yara, aunque ya ha tenido un recorrido internacional que incluye un premio por guión inédito.
Ya teníamos una idea de lo que contaba el filme, gracias a que Giroud y el rapero Yotuel Romero (Orishas), quien interpreta uno de los protagónicos, estuvieron como invitados en el programa televisivo "23 y M", el sábado previo al inicio del Festival: a finales de los años 80, cuando el sida empezaba a cobrar vidas en el mundo, los pacientes detectados en nuestro país eran ingresados en Los Cocos, donde tenían garantizada buena alimentación, atención médica… y vigilancia de militares. Todo eso de forma gratuita. También tenían pases, como los becados, los que cumplen servicio militar y los presos… que se portan bien. Pero los pacientes debían ser supervisados incluso durante el pase. Ese vigilante, que debía convertirse en la sombra del paciente, según las propias orientaciones de la directora del sanatorio en el filme (Yailene Sierra), eran llamados acompañantes.
El acompañante en este filme es un boxeador (Yotuel) castigado. Toma casi un cuarto del tiempo que dura la película saber por qué, pero desde el principio queda claro que tanto él como el acompañado Daniel, paciente de VIH interpretado por Armando Miguel, están prácticamente presos.
Si hablamos de años 80 y VIH, es casi inevitable pensar en homosexuales. Casi todas las películas norteamericanas sobre el tema involucran a los homosexuales: Filadelfia, Y la banda sigue tocando, Ángeles en Nueva York… Pero en este caso Daniel nos saca de ese error: "Mientras en el mundo el sida es cosa de maricones, en Cuba es cosa de machos con medallas".
Cuando se conmemoran en nuestro país los aniversarios de la Operación Carlota, la independencia de Angola, de Namibia y todas esas hazañas protagonizadas por los internacionalistas cubanos en África, y se dice que de allá Cuba solo trajo a sus muertos, no se contabiliza a los que murieron luego aquí del sida, adquirido en aquellas heroicas misiones internacionalistas.
Y esos soldados enfermos recibieron el trato que muestra El acompañante. Hasta podría pensar que al menos los pacientes homosexuales de VIH en Cuba no podrán quejarse de haber sido discriminados por su orientación, y que sufrieron exactamente lo mismo que los heterosexuales, héroes de guerra, si meses atrás no hubiese entrevistado para Havana Times a Francisco S. Martínez Sosa, un hombre homosexual que ha vivido casi 25 años con la enfermedad, y dice que el trato con los internacionalistas "era otro", mientras a ellos (él y su pareja) los trataron "como a perros".
El acompañante de Giroud raspa ese ligero barniz de encanto que queda en los últimos años de esa década prodigiosa de los 80: la presión sobre los deportistas y la frustración de muchos sueños olímpicos debido a las alianzas y enemistades políticas del Gobierno, la llegada del VIH al país de la mano de los internacionalistas, el trato casi de criminales que recibieron los enfermos.
Sin embargo, El acompañante es predecible en varios momentos. Todos en la sala sabíamos qué vendría después de que cayera al suelo el pedazo de carne destinado a la bandeja del boxeador. El regreso de este al ring parece sacado de una película de Hollywood. También la forma en que evoluciona su relación con el acompañado resulta un poco acelerada para ser del todo creíble. Lo mismo sucede con el deterioro de Daniel.
Las actuaciones, sin embargo, son convincentes, sobre todo las de Armando Miguel y Yailene Sierra. Yotuel, con mucho menos recorrido como actor, logra sacar su personaje adelante con dignidad.
Puestos en una balanza los pros y los contras de la película, pesan más las razones para aplaudirla, y así ocurrió al final de la proyección. Aunque el festival es joven aún, me atrevo a pronosticar que El acompañante será un contrincante a tener en cuenta en los premios de popularidad. Pero más allá de los premios otorgados por el público y los jurados del 37 Festival del Nuevo Cine Latinoameriano, es importante que los cubanos puedan ver (y pensar en) este filme.
Según anunció Giroud en "23 y M", la próxima proyección de El acompañante está programada para la tanda de las 10 a.m. de hoy martes 8 de diciembre en el cine Yara.
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