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De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 10/02/2016 19:14 |
Albacea de Celia Cruz
Decepcionado con serie de Telemundo En el 2012 el canal RCN Colombia le propuso hacer un serial de TV basado en la vida de Celia Cruz
Un contrato firmado con RCN Television S. A específica:
‘Conservar el buen nombre de Celia Cruz’
UNO DE LOS GRANDES ERRORES DE LA NOVELA ES CREAR UN PERSONAJE LLAMADO LOLA CALVO,
BASADO EN LA VIDA DE LA CANTANTE LA LUPE, Y ACLARO: CELIA NUNCA MANTUVO RELACIÓN PERSONAL CON LA LUPE
POR OMER PARDILLO CID Apoyado en la lealtad que le debo a Celia de la Caridad Cruz, me veo en el deber de aclarar ciertos puntos sobre la serie de televisión producida por RCN y FoxTelecolombia inspirada en la vida de Celia Cruz.
En el verano del 2012, me contactó una oficina de abogados del canal RCN Colombia, y me propuso hacer un serial de TV basado en la vida de Celia Cruz. Desde un principio fui muy claro y les dije que la vida de Celia era una larga carrera llena de triunfos, pero también de mucho sacrificio y esfuerzo; mi primera inquietud, y se los hice saber, fue cómo sería posible mantener al televidente asido, noche tras noche, cuando su vida, a pesar de las vicisitudes, nunca se caracterizó por escándalos, como ya es tan común por estos días.
Ellos me explicaron que se inventarían personajes antagónicos para proveer a la serie de cierto drama y me dijeron que contaban con excelentes escritores para hacer este trabajo. Mi entrevista con uno de los escritores, Andrés Salgado, fue de varias horas y al término de la misma, me dijo que yo no le había contado nada “jugoso” de la vida de Celia Cruz que sirviera como material para desarrollar algún personaje conflictivo. Entregué entonces una lista de personas para ser entrevistadas que sí se relacionaron directamente con Celia. De esa, muchas no fueron contactadas, como es el caso de Linda Becquer, Francisco Hernández, Gladys Rodríguez Dod, Elia Pérez de Alejo, la mejor amiga de Celia, la familia de Pete “El Conde” Rodríguez, la señora Olga Chorens y Rolando y Gilda Columbié, por nombrar algunos.
La produccción dispuso entrevistar a personas que ellos consideraron, a libre arbitrio, que habían estado más involucradas con Celia y al ver ahora toda la serie, me percato que la mayoría de los entrevistados formaron una fantasía malintencionada sobre la vida de Celia, acción que justifican al inicio cuando anuncian que la serie es un “producto de ficción”.
La producción, por propia decisión, determinó excluirme desde noviembre del 2012 hasta octubre del 2014 de todo lo concerniente a la realización de la serie. Me enteré por terceras personas que estaban haciendo castings, y que finalmente había comenzado la filmación. En octubre del 2014, Paulo Simeon, representante de la cantante cubana Aymeé Nuviola, quien interpreta a Celia adulta, visitó FoxTelecolombia y una de sus preguntas fue: “¿Cúal es la participación de Omer Pardillo-Cid, albacea universal de Celia Cruz?” Fue en ese momento cuando la producción decidió involucrarme y hacerme saber qué estaba pasando con la serie.
Viajé a Bogotá en noviembre del 2014 y me entrevisté con los productores, que me dieron acceso a ver algunos extractos de los primeros capítulos. Después de aclarar algunos puntos, tuve conocimiento de que el Luis M. Falcón [ex albacea de Celia Cruz, a quien, por decisión de un tribunal federal de Nueva Jersey, se le ordenó pagar $2.5 millones a la hermana e hijastra de la cantante] había sido entrevistado, sabiendo, porque es de conocimiento público, que con él, ni la familia de Celia, ni la de Pedro Knight, ni yo, tenemos relación desde hace muchos años. Yo, como ejecutor del Patrimonio de Celia Cruz nunca hubiese dado la autorización a ningún proyecto donde estuviese involucrado ese señor.
En un contrato firmado el 11 de octubre del 2012 con RCN Television S. A autorizando el nombre de Celia Cruz para esta serie, se específica en el Artículo 8.1, y cito: “Se obliga a conservar el buen nombre de Celia Cruz en la obra audiovisual”, lo cual respetaron hasta cierto punto. Porque dentro de su familia incorporaron a un personaje rival llamado Noris, que representa a la hermana de Celia Cruz, un personaje de ficción, pero con datos reales de una de las hermanas de Celia Cruz como son: la muerte de un hijo y la convivencia en México con una gran cantante cubana. Esto implica una traslación de la persona “real” al personaje “ficticio”.
Celia Cruz mantuvo su vida personal y la de su familia al margen de escándalos y de los medios. Recuerdo que en conversaciones con Amparo López, productora ejecutiva de la serie, ambos aclaramos que el personaje antagónico en la familia recaería sobre una supuesta prima, pero en el transcurso de la serie hay una implicación directa con su hermana, lo cual, a mi entender es irrespetar la vida privada y el buen nombre de Celia, algo que mantuvo incólume a lo largo de su carrera artística.
Uno de los grandes errores de la novela es crear un personaje llamado Lola Calvo, basado en la vida de la cantante La Lupe, y aclaro: Celia nunca mantuvo relación personal con La Lupe. Coincidieron en contadas ocasiones, pero nunca tuvieron puntos de similitud. La vida de la Lupe, por su significado en la historia de la música, debe respetarse. Hay un momento, que al personaje de Lola se le otorga más protagonismo que a la propia Celia, y esto ha sido manifestado por la teleaudiencia.
Otro elemento de ficción, que deviene en factor de carácter difamatorio, es el personaje de Olga Guillot, otra leyenda de la música cubana, denominada en la telenovela “María, La Bolerista”. Con ella sí Celia tuvo una larga relación personal, una estrecha amistad que respetó desde el inicio de la carrera de ambas. La serie no refleja esos puntos con autenticidad.
No puedo dejar de mencionar, desde mi perspectiva, algunos aspectos positivos del serial:
▪ Ha revitalizado la vida y el legado de Celia para las nuevas generaciones.
▪ Estoy seguro de que si de algo Celia puede sentir orgullo, es la forma que se plasmó la parte de “los barbudos”. Tuvieron la valentía de denunciar las atrocidades de la Revolución.
▪ Desde el capítulo uno hasta el 60, la serie mantuvo una excelente producción, y un magnífico trabajo actoral.
▪ La esencia de Celia fue magistralmente captada por la actriz Jeimy Osorio, la época dorada de la Sonora Matancera, la elegancia de nuestra Cuba de los años 1950 y la importancia de México en la vida de Celia.
▪ Quiero agradecer a Tony Martínez, por su trabajo de estilista en la segunda parte de la novela. Supo copiar su estética y ayudó tremendamente a la percepción visual de la producción.
Del capítulo 60 en adelante, se sufre el desatino cronológico; la inclusión de actores sin un bien logrado elemento de continuidad, tan importante en las novelas de naturaleza dramática; la incongruencia absoluta de hechos que sucedieron en la vida real con escenas de la serie; las imprecisiones de personajes, y el vacuo nivel de producción que dista mucho de la calidad del inicio.
El tratamiento del personaje de Celia Cruz, en general, va en detrimento de ella, donde muchas veces se percibe muy ingenua. Para todos los que la conocimos fue engorroso verla en ese papel que no tenía nada que ver con la persona. Fue una mujer humilde, de buen corazón, que ayudaba a todo el que podía, pero en ningún momento se dejaba vejar por otros y mucho menos proyectarse en comportamientos que solamente pueden describirse como necios y fatuos. Omer Pardillo Cid Empresario y promotor musical, único albacea de la herencia de la cantante Celia Cruz
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La Lupe, gran pecadora de la serie 'Celia'
La actriz Carolina Gaitán, en el papel de Lola Calvo, en 'Celia'.
José Hugo Fernández | La Habana | Diario de Cuba Mucho se ha escrito y hablado sobre los desaciertos de la serie televisiva Celia, producida por Fox Telecolombia y el canal RCN, y recién trasmitida en Miami a través de Telemundo. Todavía más podría decirse, ya que se trata de un producto realmente anodino, a pesar de los altos índices de expectación que acaparó.
Que cientos de miles de televidentes la hayan seguido con interés, no le agrega por sí solo valor a la serie. De la misma forma que su paupérrima calidad no se debió únicamente a los disparates históricos en que incurre a la hora de presentar sucesos y biografías reales.
Pero es un hecho que cuando se trata de recrear la vida de un ícono tan querido y respetado en el mundo hispano, como es Celia Cruz, resulta un mal paso a priori abrir un abismo entre lo que esperan ver las personas que le conocieron y admiraron, y la versión libérrima de su vida que apareció en la pantalla, mediando la coartada facilista y mediocre de productores y guionistas en el sentido de que se trataba de una obra de ficción, inspirada en La Reina, pero sin pretensiones de fidelidad histórica.
Es un detalle sobre el que han rodado ríos de tinta. Y curiosamente ocurre que por más que sean los que opinan sobre el asunto, siempre hay uno que lo ilustra citando nuevos ejemplos de barrabasadas históricas. El mío (no es el único, pero es el que más me ha divertido) apunta hacia la aureola de gesta patriótica con que adornaron la biografía de Celia. Como si a su luminoso paso por la existencia le hiciera falta en lo más mínimo la impronta de una Celia heroína enfrentada a las huestes de la dictadura castrista.
De víctima sufrida de Fidel Castro y de gran voz reivindicadora de la cultura cubana en el exilio, Celia devino émula política de la otra Celia, la guerrillera de la Sierra, por obra de la frivolidad televisiva. Yo por lo menos no podía aguantar la risa ante el particular, pues me recordaba demasiado la vuelta que le dan a las cosas en la televisión cubana, que es la peor del mundo, quizás solo comparable con la de Corea del Norte.
Pero así como me provocaba risa la inane fantasía política en torno a Celia, me ocasionó tristeza ver el modo en que la serie ha recreado a La Lupe, mediante el personaje de Lola Calvo, interpretado por la magnífica actriz Carolina Gaitán. Creo que la mayor afectada por la serie, aún más que Celia Cruz, ha sido La Lupe.
Sin ir más lejos, lo demuestran las múltiples críticas y quejas que se airaron, casi desde el mismo estreno, sobre desaciertos relacionados con Celia y otros personajes. Pero menos, muchísimo menos se habla sobre el perfil superficial, desvirtuador y lastimero a partir del cual se diseñó el personaje de Lola Calvo, en el que los productores no confiesan abiertamente que está representada La Lupe, pero ni falta que hace, porque es de notar al primer tiro de ojo.
La historia de La Lupe, que no sería necesario repetir aquí, es ya en sí misma bien dramática y triste. También ha servido siempre como zócalo para tergiversaciones de mentes alebrestadas, que creen todo lo que escuchan y que además lo amplifican agregándole limón y pimienta. Gran perdedora, aunque no siempre; con altas y bajas en su carrera, pero original y única hasta el fin; con una vida personal marcada por los ardores de su mala cabeza, aunque no en menor proporción tal vez que las de casi todas las otras milagrosas mulatas de nuestra música popular, La Lupe tuvo bien poco que ver con ese ser envidioso, amargado, aburrido, aniquilado moralmente que exhibe la serie.
Celia Cruz, para orgullo de los cubanos, es mucho más conocida en Latinoamérica y en los ámbitos hispanos de Estados Unidos y Europa. Así que las pifias de carácter histórico que abundan en la serie sobre su vida, más que perjudicarla a ella, perjudican a la serie misma. No es el caso de La Lupe, que no obstante ser otra de las más encumbradas divas de la música popular cubana, resulta hoy menos conocida que Celia, tal vez porque murió antes, aún joven, cuando su fama estaba en impasse, o porque sus mayores éxitos los labró en Nueva York.
Presentar a La Lupe a través de un personaje disminuido y cargante, que no supo brillar por sí mismo, no solo constituye una simpleza más dentro de un espectáculo en el que sobran simplezas. Es también un agravio a la cultura cubana, más dañino cuanto más difícil sea neutralizar sus efectos.
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