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General: La Humildad del presidente del país más poderoso de la tierra
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 23/03/2016 16:40
Humildad
El presidente del país más poderoso de la tierra habló a una de los pueblos más pobres del planeta
 
barack_obama_eeuu.jpg (664×400)
Barack Obama en su discurso al pueblo cubano
 
                             Roberto Jesús Quiñones Haces  | Guantánamo, Cuba | Cubanet
No había visto ni escuchado nunca un discurso de Barack Obama. Quizás por eso todavía estoy impresionado. Su alocución me resultó extraordinaria por la profundidad de su exposición y por la congruencia de su lenguaje gestual, donde sus ojos varias veces me parecieron humedecidos por la emoción.
 
Tuve la intuición de que su discurso iba a ser extraordinario por el contexto donde lo haría, por las personas que ocuparían las lunetas del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, previamente escogidas por el gobierno y porque Obama sabía que sus palabras serían transmitidas a todo el pueblo cubano, aunque nunca se informó cuándo sería su intervención ni por qué medios sería transmitida.
 
Y desde que comenzó a hablar tuve la convicción de es un hombre muy inteligente, carismático, pero sobre todo —y para mí lo más importante—, muy honesto. Pocas veces en mi vida he escuchado en tan breve tiempo un discurso tan impactante como éste de Obama, por su hondo contenido humano y su franqueza, por sus reiterados mensajes de esperanza y reconciliación. Se requiere mucha humildad para que el presidente del país más poderoso de la tierra venga a una de las naciones más pequeñas y pobres del planeta a hablar en esos términos.
 
La historia entre los dos países tiene sus lados oscuros, pero Barack Obama dijo claramente que ha venido a Cuba con la rosa blanca de José Martí en sus manos, para ofrecer al pueblo cubano, como presidente de los EE. UU., un saludo de paz; para “enterrar el último vestigio de la Guerra Fría” y dejar sentado que cree profundamente en el pueblo cubano como depositario natural y único de los cambios que deben ocurrir en Cuba. Fue más allá al dirigirse personalmente a Raúl Castro en estos términos: “Presidente Castro: Le agradezco su presencia y quiero que sepa que yo he venido acá y le he demostrado que no debe temer una amenaza de nuestro país. Le he dado nuestro compromiso de respeto a la soberanía y autodeterminación de su país y tengo la confianza de que Ud. no debe temer a las diferencias de opiniones de los ciudadanos ni a su capacidad de expresarse y votar por sus líderes”
 
Obama mencionó su historia familiar y personal y la entrelazó con la historia reciente del pueblo norteamericano para ilustrar cómo un hombre afrodescendiente, hijo de una familia pobre, pudo ascender socialmente gracias a las oportunidades de esa democracia y ocupar el cargo más alto de los EE. UU. No hay dudas de que tal momento constituyó uno de los puntos más fuertes e irrebatibles de su discurso.
 
Pero al defender la democracia como la vía natural que tienen los hombres para luchar civilizadamente y mejorar la sociedad, también reconoció que en su país hay problemas y mencionó algunos de ellos para ratificar su esperanza de que también serán resueltos. Porque, como afirmó, “los ideales que son el punto de partida en toda revolución tienen su expresión cabal en la democracia. No porque nuestra democracia sea perfecta, no, justamente porque no lo es requerimos el espacio que nos da la democracia para cambiar”.
 
Con absoluto dominio de un escenario donde al parecer los ocupantes de la platea fueron instruidos de que aplaudieran lo menos posible al presidente, Obama fue interrumpido en múltiples ocasiones. No podía ser de otra forma ante un discurso inteligente, objetivo y extremadamente honesto.
 
Ya hay quien en Telesur está buscándole la quinta pata al gato. Como bien dijo Obama, citando a Martin Luther King, no hay que tenerle miedo al cambio sino buscar el cambio, pero en Cuba hay muchos interesados en las coimas de las cornucopias del poder que temen demasiado al cambio, al empoderamiento del pueblo y a que éste pueda ejercer legítimos derechos hasta ahora conculcados. Para justificar su posición echan mano a la defensa de la soberanía desconociendo vulgarmente que la soberanía radica en el pueblo y que ningún país es soberano si el pueblo no tiene vías efectivas para expresar su voluntad.
 
Obama no desconoce la historia reciente de ambos países, plagada de violencia, distorsiones, y distanciamientos, marcada por la geopolítica y las personalidades, según dijo. Pero aseguró que Estados Unidos no tiene la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba porque confía en que el cambio va a venir del propio pueblo cubano.
 
Y aunque se refirió a lo que une a ambos pueblos también mencionó lo que distancia a ambos gobiernos e hizo énfasis en la necesidad de que en Cuba sean respetados derechos humanos esenciales como son la libertad de asociación y de expresión y de que nadie sea detenido ni condenado arbitrariamente por hacer uso de tales derechos. Confirmó esas ideas citando a Martí: “La libertad es el derecho de cada persona de ser honesto, de pensar y hablar sin hipocresía”.
 
No intentó convencer a ninguno de los ceñudos ocupantes de la platea de que la razón estuviera de su parte, sólo expuso sus ideas. No hacía falta imponer nada cuando su propia historia personal es la prueba más irrefutable de la superioridad de la democracia.
 
A pesar de ser un público enemigo del embargo declaró tajantemente que estaba convencido de que si mañana mismo se levantara, los cubanos nunca podrán mostrar su potencial si no hay una mayor apertura en Cuba. Y apuntó que en el mundo contemporáneo la prosperidad sustentable depende de la educación, la salud y el cuidado al medio ambiente pero también del libre intercambio de las ideas y del libre acceso a Internet, a la cual calificó como uno de los motores más importantes que la humanidad ha creado.
 
Sin embargo, lo que más me impactó fueron sus reiterados llamados a la reconciliación entre los cubanos y entre ambos pueblos, un mensaje que también alcanza a la necesaria tolerancia del gobierno para con los ciudadanos que tienen otro proyecto de país. Se le notó emocionado al hablar del exilio cubano, de sus logros inobjetables y también de la separación entre las familias, un distanciamiento demasiado largo y cruel. No en balde estamos en Semana Santa.
 
El presidente de EE. UU. ha venido a tenderle la rama de olivo a los dirigentes castristas y lo ha hecho con incuestionable humildad. La pelota está ahora en la cancha del gobierno cubano, que muy pronto en el congreso del partido comunista tendrá la oportunidad de cerrar un ciclo histórico iniciado en 1953 con el asalto al Moncada, no para establecer una dictadura totalitaria sino para restablecer la Constitución de 1940 y la democracia, un sueño pospuesto por las amenazas imperialistas, según el decir de la dirigencia histórica de lo que un día fue revolución cubana.
 
Ahora que Obama ha dicho claramente que su gobierno no es una amenaza para Cuba, el obsoleto discurso castrista ha sido desmantelado. Ahora esos dirigentes tienen la oportunidad de demostrar si cumplirán con las promesas que le hicieron al pueblo antes de 1959 o si buscarán otro enemigo para continuar justificando el totalitarismo.
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 23/03/2016 16:43
Qué opinan los habaneros del discurso de Obama
 
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                           María Matienzo Puerto | La Habana | Diario de Cuba
A las 9:35 de la mañana pasan por la calle 23 cinco ómnibus llenos de adolescentes. Las paradas están repletas de gente que espera.
  
Comentan: "esos son los invitados”, "son ellos, para que no lleguen tarde". Uno de los vendedores de objetos viejos y rotos del parque de 12 y 23 hace algunas observaciones sobre la juventud de los que acaban de pasar. "¿Tú crees que entiendan algo? ¿Tú crees que el discurso de Obama les interese o que les sirva de algo?"
  
Luego, en el paneo que hace la cámara en el Gran Teatro de la Habana, no se ven las siluetas de los que pasaron en los ómnibus.
 
Un inspector de Salud Pública asegura que anda corriendo para "ver si le da tiempo a verlo completo. Es algo que no podemos perdernos, si no, le digo a mi mujer que me cuente. O me imagino que lo pongan por la noche de nuevo".
 
Ivania, aun sin ver el discurso, ya cree que "cualquier cambio que suscite el discurso de Obama no dependerá ni siquiera del poder cubano actual, sino del que está por venir". Tampoco cree que dependerá del pueblo, tal y como el presidente de Estados Unidos ha repetido en más de una ocasión.
 
Juan Carlos, jubilado de ingeniería automotriz, coincide: "Hemos perdido como pueblo la capacidad de defendernos y hemos ganado en supervivencia. Cristina, por ejemplo [se refiere a Cristina Escobar, periodista oficialista que ha sido vocera política en este período de negociaciones], es vergonzoso lo que dice a veces, ayer se le notaba celosa cuando decía que el Gobierno norteamericano quería hacer negocios solo con los privados. ¿Y sabes lo que creo? Que ella ya tiene su negocio redondito. Con treinta y pico de años ha viajado el mundo y se ha olvidado del resto. Sobre todo del único compromiso que debieran tener los periodista, el de la verdad".
 
El discurso
 
Mayrelis, una ama de casa que un día renunció a ser profesional porque "me di cuenta que trabajando para el Estado no me iba a dar nunca la cuenta", dice sin vergüenza alguna que lloró desde la primera frase y agrega: "Me di cuenta que en mi repuñetera vida habíamos tenido a un presidente."
 
De "sin histeria alguna", "comedido", “elegante", "genial", ha sido clasificado por algunos de los entrevistados que pudieron escuchar el discurso del presidente norteamericano.
 
Ariel, joven artista plástico que vende de vez en cuando en los almacenes del puerto, hace notar las diferencias: "Tú te fijaste que no hubo griterío, no hubo exaltaciones ni acusaciones directas por respeto, aunque todos sabemos que se lo merecen. Fidel hubiese estado cuatro horas despotricando y Raúl leyendo lo que otros le escriben. Debe de haberles dado una lección de política, pero sobre todo de humildad."
 
Y agrega: "Mi primera impresión fue impactante. Me repetía una y otra vez qué tipo más genial este. Los debe de haber desconcertado, como a mí."
 
Alguien que en un apartamento de la década del 50 en el Vedado tiene puesta la televisión para el vecindario completo, grita a la par de su aparato cuando escucha los comentarios tras el discurso de Obama: "¿Pero estos tipos de dónde los sacaron?", evidentemente refiriéndose a los entrevistados. Una voz femenina lo hace callar recordándole que "las paredes tienen oídos".
 
Por su parte, para Claudio Fuentes, fotógrafo y activista político, Obama está jugando "un tristísimo papel".
 
"Cuando un presidente comete la tremenda ingenuidad, cuando intenta transfigurar la realidad al decir que solo al pueblo de Cuba le toca elegir sus propios cambios, olvidando con eso que la vanguardia de ese pueblo, que es la oposición, no tiene un espacio ni en la radio ni en la televisión ni tiene sus propios periódicos y no puede llegar como opción política al resto de sus conciudadanos, ese hombre de alguna manera nos está enterrando."
 
Cree que es un discurso "de legitimación", donde olvidó mencionar las golpizas de los domingos en Santa Rita, que son, desde hace mucho, "un escándalo internacional". Fuentes apunta cómo la palabra oposición fue "desterrada de su discurso" con una "ingenuidad intencionada", la misma que dice sentir cuando Obama habla de la "reconciliación entre las dos orillas sin tener en cuenta que para que eso ocurra debe de haber un proceso de justicia y verdad".
 
Termina clasificando la nueva Ley de Inversión Extranjera de "apartheid" que "no permitirá que el cubano sea un futuro inversor en su propia tierra porque no tiene personalidad jurídica y, por tanto, no podrá exportar ni importar ni se le permitirá  recibir ganancia directa de los inversores ni forjar una clase media en la Isla".
 
Otros sienten más satisfacción y escucharon lo que querían escuchar. "Habló de la ropa vieja, citó a Martí, y aunque le faltó una chá cuando dijo que los cubanos en Miami bailaban al cha cha chá , me pareció genial. Yo me declaro fan del tipo. Y es verdad, ya esta bueno de rencores", dice Alfredo, mientras espera en una parada a que pase un P9.
 
Los habaneros, a modo general, parecen "quitados de bulla", dice el mismo comentarista.
 
La gente en las paradas está preocupada con la ausencia de los ómnibus urbanos. En el bulevar de San Rafael se conectan con sus familias a través de Imo o de Facebook y nadie habla del tema.
 
"Ya estamos viviendo una Habana después de Obama, así ¿qué quieres que opine?", concluye Tania, que está desesperada porque Obama se vaya. "Necesito caminar la Habana sin tantos policías ni tantos pasos interrumpidos."
 
¿Qué se dice en Cuba del desempeño de Raúl Castro junto a Obama?
"No hay que esperar hasta el 2018 para relevar a Raúl.  Hay que hacerlo ahora mismo".

"Este hombre está decrépito, no hay dudas de que otros gobiernan por él".

"Aunque parezca cosa de locos, se extraña a Fidel Castro".

"¡Qué papelazo!"

"Como cubano me siento avergonzado de tener un presidente sin argumentos para responder a las preguntas de los periodistas".

"No entendía ni tan siquiera las preguntas que le hacían".

"Parece que las respuestas se las dictaban por los audífonos y respondía: 'No entiendo, no entiendo'".

"Si la cabeza del presidente está tan mal, qué podemos esperar. Estamos embarcados".

"Que le pregunten a Elizardo Sánchez los nombres de los presos políticos".

"No sabe ni cuántas leyes tiene la Declaración de los Derechos Humanos".

"Da lástima, que lo acaben de retirar".

Fueron estas, entre otras, algunas de las reacciones de la teleaudiencia consultada telefónicamente después de observar la conferencia de prensa efectuada en el Palacio de la Revolución, tras el encuentro oficial Obama-Raúl Castro.

A muchos les impresionó la forma grosera en que Raúl trató a los periodistas que hicieron preguntas peliagudas sobre las violaciones de los derechos humanos. Lo cierto es que la actuación del presidente cubano, quien cumplirá 85 años el próximo junio, pareciera confirmar las sospechas de que la nación está siendo gobernada por un grupo que actúa a la sombra del poder.
Pablo Pascual Méndez Piña
 
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Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanodelmundo Enviado: 23/03/2016 17:14



 
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