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General: Promesas del Paraíso Habana, un mundo sobre la seducción cubana
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De: cubanodelmundo  (Mensaje original) Enviado: 28/05/2016 15:30
Promesa del Paraíso en La Habana, un mundo sobre la seducción cubana
Vicki Gold Levi, judía de Atlantic City, amasó una colección de objetos cubanos, afiches y fotografías
 
Come to Cuba Pamphlet_coverspread (640×413)
Panfleto publicado por la Comisión Nacional de Turismo de Cuba, de
la década de 1950, realizado por el ilustrador Conrado Walter Massaguer. The Wolfsonian
                Por Olga Connor - El Nuevo Herald
Una frase apropiada para recibir a los visitantes a una nueva exposición en el Museo Wolfsonian de Miami Beach sobre la nostalgia por una Cuba del ayer sería “¡Bienvenido al Paraíso!” . ¿Y la promesa de que puedan volver a visitarla ahora? Porque es una gran coincidencia que suceda esto ahora que se han restablecido las relaciones con Cuba y fomentado de nuevo el turismo.
  
Algunos llorarán, y otro se regocijarán, al ver las fotos y objetos que ha coleccionado y donado Vicki Gold Levi para la muestra, Promising Paradise: Cuban Allure, American Seduction (Promesa del Paraíso: atracción cubana, seducción americana). La Habana fue para los norteamericanos, y aún lo es, una ciudad exótica, aunque para los cubanos sea la ciudad del ensueño perdido.
 
La exposición va acompañada de actividades cada fin de semana. Después de una visita guiada este domingo 29 de mayo, a las 5 p.m., se puede cruzar la calle e ir a ver una cinta que es parte de la serie Havana Nights en la Cinematheque de Miami Beach, A Lady Without Passport (1950). Dirigida por Joseph E. Lewis, con Hedy Lamarr, John Hodiak y James Craig, este es un film noir sobre el tráfico de emigrantes en La Habana, incluida una bella superviviente de un campo de concentración en Europa. Un increíble contraste con lo que sucede ahora.
 
En la visita al Museo se podrán ver, entre otros objetos, las postales y los afiches de la isla tropical, como una invitación a Cuba de 1950, un anuncio gráfico por el caricaturista Conrado Walter Massaguer (Matanzas, 1889- La Habana, 1965), para la Comisión de Turismo de la isla; fotos de los artistas de Hollywood que visitaban La Habana, como Marlon Brando o Alec Guinnes; el traje de Celia Cruz en Tropicana, prestado de otra colección; Ernest Hemingway, por supuesto, con Joseph Kennedy; Chano Pozo, experto intérprete de las resonantes congas, uno de los creadores del jazz afrocubano, y famosos mafiosos, como Meyer Lansky en el hotel Havana Riviera. También hay cuadros de la vanguardia cubana, prestados por Ramón Cernuda; maracas, ceniceros, pañuelos, y fragmentos cinematográficos con vistas de La Habana.
 
Cuba fue parte de un “hábito” de los norteamericanos, especialmente de recreo y de turismo. De este tópico se apropió un gran escritor cubanoamericano y profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, Gustavo Pérez Firmat, quien escribió sobre esa época dorada en su libro The Havana Habit. Y pronto estará en este museo como conferencista el sábado 4 de junio, a las 4 p.m. dictando una conferencia sobre Havana Mañana: Cuba in the American Imagination con el copatrocinio del Instituto de Investigaciones Cubanas (CRI), de FIU.
 
La colección de Vicki Gold Levi
Antes de comenzar la entrevista se adelantó Vicki Gold Levi a decir: “¿Me vas a preguntar como es que una judía norteamericana de Nueva York se interesó en las cosas cubanas?, porque eso es lo que me preguntan todos, y la respuesta mía es: porque adoro la cultura cubana, el espíritu cubano, las contribuciones que hicieron”.
 
Gold Levi vive ahora en Nueva York, pero nació y se crió en Atlantic City, Nueva Jersey, ciudad que nunca olvidó. Aunque de la isla de Cuba no sabía nada antes de comenzar su colección. Pero la descubrió de manera peculiar.
 
“Yo investigaba en eBay, porque soy historiadora, y estaba preparando datos para un libro sobre Atlantic City. Esta ciudad tenía mucha influencia latina cuando yo era niña, por los artistas que iban a hacer shows allí, y La Habana tenía mucho en común con Atlantic City, en los años 1940 y 1950; por ejemplo teníamos el Boardwalk y ustedes el Malecón, nosotros, bellos hoteles, y ustedes el Nacional, tenían concursos de belleza y los carnavales, y nosotros, el Miss America Pageant. Era una mentalidad enfocada hacia el entretenimiento”.
 
Pero lo que la sorprendió fue que al estar averiguando la historia de un show, del caballo que se zambullía desde un trampolín en lo alto del muelle de acero (Steel Pier) de Atlantic City, se entera que Sonora Webster Carver fue la jineta que recorrió Cuba con ese acto en los años 1930, y había una carta de ella a la venta en eBay.
 
“En ese momento empecé a interesarme en las cosas cubanas”, dijo Gold Levi, quien entre muchas otras cosas fue la investigadora para la serie de HBO Boardwalk Empire, por cinco años, y de los gánsters que pululaban por ese lugar, algo en común con La Habana de los años 1950.
 
Su padre era el principal fotógrafo de Atlantic City, Al Gold. Por lo que, interesada en la fotografía, Gold Levi ha trabajado con diseñadores gráficos en shows de Broadway, y fue consultora de Esquire Magazine. Además cofundó el Atlantic City Historical Museum, al cual donó su colección sobre esa ciudad, y produjo el video Boardwalk Ballyhoo. De niña ella era el paje para la reina de belleza Bess Myerson en el Miss America Pageant, y como adulta juzgó a los pajes. Pero en algún momento, cuando comenzó a coleccionar cosas de Cuba, Steven Heller, reconocido director de arte y miembro de la junta del Wolfsonian, le aconsejó que publicaran juntos el libro Cuban Style: Graphics from the Golden Age of Design, que ahora acompaña la muestra.
 
Gold Levi estará el sábado 4 de junio dialogando con los curadores de la muestra Frank Luca y Rosa Lowinger, en visita guiada por la exposición, gratis y para miembros solamente. Pero es una oportunidad para suscribirse al Wolfsonian y escuchar de los expertos sobre el tema de la colección.
 
La visión del Museo Wolfsonian
Cada visitante podrá disfrutar de lo que le parezca mejor en Promising Paradise ( Promesa del Paraíso), pero uno de sus curadores tenía una visión muy propia al armarla, Frank Luca, el bibliotecario ejecutivo del Wolfsonian Museum.
 
“Vicky Gold Levi donó más de mil afiches y fotografías. Escogí de entre todos esos objetos, y también de una donación suya del 2002, de unas 500 tarjetas y anuncios, para contar la historia, que cubriera un periodo de tiempo entre 1919 y 1959, antes de que se cortaran las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”, dijo Luca, “pero enfocando no solo los viajes de los norteamericanos a Cuba, sino también la influencia cubana, el impacto que tuvieron en la escena musical norteamericana”.
 
Después de 1918 los turistas adinerados no podían ir a Europa, destruida por la Gran Guerra, y escogieron venir a un país que se mercadeaba como una isla paradisíaca.
 
“Cuba cortejó activamente a los turistas norteamericanos”, comentó Luca. “Fue un modo de diversificar su economía, pues los precios del azúcar habían caído después de la guerra. Por otra parte, la Enmienda 18 a la Constitución de Estados Unidos, que prohibía el consumo de licores, promulgada en 1919 y ejecutada en 1920, aceleró el proceso de ir a la isla, donde los turistas podían beber, jugar a las carreras de caballos, ir al country club, y jugar al golf. Después de los años 1950 la atracción eran los casinos y la vida nocturna en general, a la que acudían también las grandes estrellas de Hollywood”.
 
En sus clases de la Universidad Internacional de la Florida, Luca explicó el semestre pasado cómo las películas de Hollywood caracterizaban este tipo de vida, entre otras, la cintaWeekend in Havana, en la que participaron Carmen Miranda y César Romero.
 
“Era en realidad un intercambio cultural”, anotó. “Chano Pozo y Dizzy Gillespie tocaban juntos, y la rumba, una danza sensual afrocubana, se convirtió en danza de salón para los norteamericanos, aunque nada parecida a la original”.
 
‘Noches de Tropicana’
Tropicana Nights: The Life and Times of the Legendary Cuban Nightclub es el libro que escribió sobre ese periodo Rosa Lowinger, comisaria asociada de la exposición Promising Paradise. Ella está dedicada hoy día a la restauración de objetos artísticos y arqueológicos, después de estudiar en la Universidad de Pensilvania, Filadelfia, pero vivió sus años infantiles en Cuba, la que recuerda más por sus posteriores visitas. A ella le interesa sobremanera destacar la gran cultura de la isla previa a la Revolución, que se ha opacado u olvidado.
 
Ese recuerdo de las noches de Tropicana podrá revivirse la noche del 3 de junio con música cubana, tragos y danza, de 8 a 11 p.m., con tragos complementarios de Bacardí, lecciones del estudio de danza Arthur Murray y música de la Orquesta Son Cubano. (Gratis y abierto al público).
 
“La influencia cultural de Cuba en Nueva Orleans y en Nueva York, entre los años 1920 y 1950, se puede ver aquí, a través de objetos que cuentan esa historia”, dijo Lowinger, refiriéndose mayormente a la música. “Es un país que fue una maravilla cultural, y que tuvo una influencia profunda en la sociedad norteamericana”.
 
Uno se da cuenta del desarrollo que hubo en Cuba en toda esa época, después de que comienza la República en 1902. Y la exposición está armada para ver ese proceso y la influencia cubana en Estados Unidos. Tampoco se puede olvidar la arquitectura moderna del siglo XX en La Habana, que es ejemplar en los “arcos de cristal” del cabaret Tropicana, del arquitecto Max Borges, Jr., famoso internacionalmente.
 
“Vicki es una persona encantadora, tan apasionada con nosotros, y con nuestro país, y con nuestra tragedia, que nos hicimos amigas, y cuando publiqué el libro [Tropicana Nights] me prestó muchas fotos”, contó Lowinger. “Mi gran pasión en la vida es que ese patrimonio arquitectónico de Cuba no se pierda, esa es mi gran meta, tenemos un país que es una joya y hay que hacer lo que haya que hacer, y olvidarse de la política, para asegurarse de que no se pierda”.


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